CRISTAL : LA
NUEVA DROGA DE MODA
La droga es una
metanfetamina que produce euforia y excitación pero que destruye el
cerebro con la misma velocidad que actúa en el cuerpo
Su nombre puede resultar gracioso,
simpático y hasta inofensivo. Pero lejos está la droga conocida como
“Cristal”
de cumplir algunos de estos adjetivos.
Altamente adictiva esta metanfetamina se ha convertido en la nueva
una “amenaza global” en propias palabras de
Agencia
Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) que, sin dudas,
sabe de lo que habla. Llamada también "speed", "met", "tiza",
"hielo" o "vidrio", esta sustancia psicoactiva es también la vedette
entre deportistas y modelos.
“Es un estimulante y excitante del
sistema nervioso central y además de euforia produce un fuerte
acostumbramiento”, señaló el psiquiatra Ricardo Grimson. Para el
especialista, la sustancia produce la suspensión de la consciencia y
la noción de riegos. Así una persona puede cruzar caminando un
semáforo en verde sin siquiera inmutarse
Pasada la sensación de adrenalina, el
organismo hereda daños tan inmediatos como sus efectos. “Al igual
que un motor que se acelera se desgasta más rápido, el sistema
nervioso se daña velozmente provocando lesiones en el cerebro como
la falta de irrigación”. Así Grimson es contundente al afirmar que
aunque se puede controlar el consumo, el “daño provocado es
irreversible”
Famosos afectados
Durante muchos años se recetaba en diferentes tratamientos, para
inhibir el apetito o para combatir problemas de retraso
e incoordinación del sistema nerviosos. Sin embargo, ya en los 60 la
OMS prohibió su uso terapéutico por considerarla una sustancia
dañina.
Para entender la velocidad con que se propagó, bien valen los
factores expuestos por el ex titular de SEDRONAR. “Es fácil
de producir en laboratorio y difícil de detectar en paso de frontera”,
consideró Grimson. En 2006 Karen Tandy, la jefa de DEA,
citó como ejemplo un gran laboratorio de metanfetaminas ubicado en
Indonesia que -asegura- exporta el estimulante a Asia y a Estados
Unidos y luego los carteles de la droga se encargan de enviarlo
desde territorio estadounidense hacia Japón.
También se supo que Britney Spears fue internada
por consumo de esta sustancia que causa desde tics y convulsiones
hasta paranoia y esquizofrenia. Dicen que bajo sus efectos la
cantante le pidió a su ex marido que vuelva con ella y hasta llegó a
escribir 666 (el número del diablo) en su cabeza rapada mientras
corría por los pasillos de un centro de rehabilitación al grito de
"soy el Anticristo
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