Tos, dificultades para respirar y fatiga
nocturna son los síntomas principales del asma, una enfermedad que a
pesar de los continuos avances médicos no ha hecho sino aumentar su
prevalencia en los niños.
Definida como una inflamación crónica de las vías aéreas, sus
desencadenantes más comunes son las infecciones virales, la
inhalación de pólenes, el humo del tabaco, ciertos contaminantes del
aire y los cambios climáticos. Por el momento no tiene cura, y todo
lo que se puede hacer es mantener sus síntomas a raya. Pero ¿cómo
saber si la enfermedad está bajo control?
Un reciente estudio llevado a cabo por profesionales de la Unidad de
Medicina Respiratoria del Hospital de Niños Allasia de Santa Fe
determinó que la mayoría de los padres subestiman el malestar que
padecen sus hijos. "Controlar el asma es un objetivo posible de
alcanzar con los actuales tratamientos. Pero requiere la constancia
de los adultos y los niños", destaca el alergólogo Hugo Neffen, uno
de los coordinadores del estudio.
Para unificar criterios, las asociaciones de Alergia e Inmunología
Clínica, de Medicina Respiratoria y la Asociación Latinoamericana
del Tórax (ALAT), junto con el laboratorio GlaxoSmithKline, lanzaron
un cuestionario de autoconsulta para chicos y padres. El test,
denominado ACT, es una versión adaptada para niños de 4 a 11 años de
un cuestionario de adultos.
Sus 7 primeras preguntas están dirigidas a los pequeños y contienen
una escala con dibujos para que los chicos puedan determinar por sí
mismos cómo se sienten (ver Cuestionario). Las tres preguntas
finales son para los padres e implican un seguimiento de los
síntomas del asma durante el último mes.
El ACT pediátrico, cuyo máximo puntaje es 27, considera que los
pacientes están controlados cuando el puntaje es de 20 o más. Por
debajo de los 19 puntos, los pacientes están parcialmente
controlados o fuera de control.
"Esta herramienta es muy útil para los padres y los médicos, ya que
constituye una forma simple y precisa de reconocer cuándo se
requiere un mejor control de la enfermedad y cuán lejos o cerca
estamos del control total o la desaparición de los síntomas, y
permite una comunicación más efectiva entre los chicos, los padres y
los médicos", dice el doctor Neffen.
Una afección frecuente
Actualmente, el asma es la afección crónica más común en los niños.
Según datos del Estudio Internacional de Asma y Alergia Infantil
(Isaac, según sus siglas en inglés), afecta al 16% de los chicos de
6 a 7 años en la Argentina, y al 13,6% de los adolescentes de 13 a
14 años. Si bien algunos niños con asma mejoran sus síntomas en la
adolescencia, que pueden desaparecer por mucho tiempo, no se puede
hablar de cura sino de control de la enfermedad.
"Al hablar de asma en los chicos, hay que tener en cuenta que cursa
en forma cíclica. No están todo el día con fatiga, sino que las
crisis se producen por momentos, y con el tratamiento adecuado
desaparecen", aclara el doctor Natalio Salmún, presidente de la
Fundación para el Estudio del Asma y Otras Enfermedades Alérgicas (Fundaler).
Además, "el asma infantil suele presentarse junto con estornudos,
secreción líquida y picazón en la nariz; es decir, asociada a la
rinitis alérgica –dice Salmún–. Hoy se tiende a considerar una sola
vía aérea de la nariz a los bronquios".
En este sentido, un estudio que hizo la fundación determinó que
aquellos chicos que tienen rinitis presentan cinco veces más
posibilidades de padecer asma. En cuanto a los métodos de control,
además del cuestionario ACT, hace muchos años que se vienen
utilizando las "mediciones de flujo pico".
Se trata de una medición personal que se realiza mediante un
aparatito en el que los chicos deben soplar para ver el grado de
obstrucción que tienen sus bronquios. "Si bien es una medición
bastante burda, la ventaja es que se puede hacer en casa", destaca
Salmún. Lo importante es contar con las herramientas para poder
mantener la enfermedad controlada.
María Naranjo
Consejos para evitar las crisis
asmáticas
- No fumar en
la casa.
- Eliminar los
muñecos de peluche, cortinados y objetos que puedan acumular
polvo.
- Limpiar con
trapos húmedos.
- Evitar los
alfombrados y que los niños duerman con mascotas.
- No
impedirles hacer ejercicio.
- En algunos
casos es necesario administrarles una medicación antes, pero de
todas maneras si el niño asmático no se siente bien tampoco
obligarlo a hacer ejercicios.
Dónde
consultar
Fundaler:
www.fundaler.org.ar
Asociación de Asma, Alergia e Inmunología Clínica:
www.alergia.org.ar