LOS EFECTOS DEL
CIGARRILLO EN LA PIEL
Un estudio publicado en
Archives of Dermatology describe el paradigmático caso de
las gemelas
El diario El Mundo publicó que
hace más de 150 años, Samuel Solly, un cirujano británico, había
advertido de los efectos del tabaco sobre la piel,
dado que sus pacientes fumadores tenían una apariencia
cetrina, la piel arrugada y un rostro demacrado.
Numerosos estudios constataron que el tabaco es un factor
casi tan influyente como el sol en el envejecimiento de la piel.
Al parecer, si pasar horas bajo el astro rey multiplica por ocho las
arrugas, el tabaquismo triplica la aparición de los surcos de la
edad.
Fueron tres dermatólogos
norteamericanos de la Case Western Reserve University quienes
ejemplificaron el desgaste del tabaco con el caso de estas gemelas.
Estos investigadores se encontraron
con las hermanas en el Día Nacional de Gemelos, un certamen anual
que se celebra en Twinsburg (Ohio, EEUU) y donde estos dermatólogos
hacen cada año una encuesta sobre enfermedades cutáneas, según contó
el dermatólogo Daven N. Doshi, principal firmante del trabajo.
"En dermatología, a menudo se
puso en duda la relación entre el hábito de fumar y las arrugas
porque es difícil controlar múltiples variables. En gemelos
que están 'genéticamente' controlados y con niveles similares de
exposición al sol, podemos hacer una correlación directa entre el
avanzado envejecimiento cutáneo y el tabaco, pues parece ser la
única diferencia entre las gemelas", resumió Doshi.
Estas mujeres, de 52 años, tienen
unas características muy parecidas: pasaron gran parte de su vida
(entre los 30 y los 50) en la misma ciudad, sus historiales clínicos
son menores y similares, ninguna padeció alguna enfermedad cutánea.
Además, tampoco pasaron mucho tiempo al sol.
"La clara diferencia fue la
amplia historia de consumo de tabaco en una de ellas",
explicaron los autores. Mientras una hermana había consumido tabaco
durante años (52,5 paquetes-años, un valor que equivaldría a
consumir dos cajetillas diarias durante 26 años o un paquete y medio
durante 35), la segunda nunca había fumado.
Las consecuencias saltan a la vista.
"El cutis de la primera gemela muestra arrugas profundas y
extendidas, frecuente lentigo (pecas), hipopigmentación dispersa y
una moderada laxitud cutánea", relataron los
investigadores.
Su envejecimiento facial se calificó
como severo (cinco puntos en una escala con un máximo de seis),
mientras su gemela recibió un dos (envejecimiento leve o moderado),
pues "su grado de envejecimiento facial era significativamente menor
que el de su hermana".
"Una demostración visual tan obvia de
la relación entre el tabaquismo y el envejecimiento prematuro de la
piel es valioso en la educación pública. Las arrugas, más que las
mortales consecuencias del tabaco, puede resultar el motivador más
poderoso para que los fumadores dejen de fumar", concluyeron
Fuente
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