El origen las frases que siempre decimos
y no sabemos por qué
“A seguro se
lo llevaron preso”, “spam”, y “viva la Pepa” son usadas
cotidianamente con sentido inequívoco, pero cuando nos preguntamos
de dónde vienen, las respuestas hacen agua. Sin embargo, los
expertos en refranes contestan la incógnita. Conozca su génesis
Palabras y frases populares como "bondi",
"spam", "no quiere más Lola" y "viva la Pepa" son utilizadas
cotidianamente con sentido inequívoco, pero a la hora de preguntarse
qué las originó, las respuestas hacen agua.
Un consuelo: sólo los paremiólogos -expertos en refranes- son
capaces de dar respuesta a semejante incógnita.
Lo que sigue es parte de sus desvelamientos. La manera porteña de
decir que uno va a subir a un colectivo, es "me tomo un bondi", pero
resulta que esta palabra es una derivación brasileña de "bond"
(boleto, en inglés), palabra que lucía en los pasajes de los
tranvías que las compañías británicas habían instalado en San Pablo.
Como en portugués a las palabras terminadas en consonante se les
suele agregar una vocal, "bond" se convirtió en "bondi". Más tarde,
los porteños la adoptaron para designar al colectivo, que nunca fue
inglés y cuyos pasajes jamás se llamaron "bond".
En cambio, "no quiere más Lola" es "made in Argentina". Lola era el
nombre de una galleta sin aditivos que a principios del siglo XX
integraba la dieta de hospital. Por eso, cuando alguien moría, se
decía: "Este no quiere más Lola". Y, desde entonces, se aplica a
quien no quiere seguir intentando lo imposible.
"Spam" fue la primera marca de carne especiada en conserva que salió
con abrelatas incorporado y los Monty Python -famoso grupo de
comediantes que sintentizó en clave de humor la idiosincracia
británica de los años ’60 y ’70- hacían un sketch con ella.
El sketch consistía en unos comensales desesperados porque en el
restaurante todas las comidas del menú contenían "Spam". De allí a
su aplicación al correo basura hubo un solo paso.
"A Seguro se lo llevaron preso" viene de Jaén, España, donde los
delincuentes eran recluídos en el Castillo de Segura de la Sierra.
Originalmente se decía "a (la prisión de) Segura se lo llevaron
preso", que advertía de no robar, para no terminar en Segura. Hoy
significa que nadie está libre de alguna contingencia.
Los corderos, una vez destetados, siguen mansamente a su madre, en
cambio los cabritos se disparan a los saltos hacia el monte y su
pobre madre se vuelve loca tratando de ubicarlos.
De allí lo de "más loca que una cabra" o "está rechiva". "Hasta que
las velas no ardan" se originó en los prostíbulos, en épocas en que
no existía la luz eléctrica y los relojes eran objetos de lujo.
La madama le entregaba al cliente una o varias velas, según lo
pagado. Cuando se consumían, el turno había concluído, esto es,
había sexo "hasta que las velas no ardan". Del derecho de pernada
que le asistía al señor feudal en la Edad Media, derivó lo de "poner
los cuernos".
Antes de acostarse con la novia, el caballero colgaba en la puerta
una ornamenta de ciervo para advertir que nadie entrara so pena de
ser decapitado. Mientras tanto, el marido llamaba orgulloso a sus
vecinos para mostrar que su señor le había puesto los cuernos.
"A cada chancho le toca su San Martín" alude al 11 de noviembre, día
de San Martín de Tours, patrono de Buenos Aires, que se celebra
comiendo lechón. Significa que a todos les llega en algún momento la
compensación por sus buenos o malos actos.
Contra lo que pudiese creerse, "viva la Pepa" no es el grito de
alegría de un buscador de oro, sino el que usaban los liberales
españoles en adhesión a la Constitución de Cádiz, promulgada el 19
de marzo de 1812, en la festividad de San José Obrero. Como a los
José se los apoda Pepe, en vez de decir "viva la Constitución" -lo
que conllevaba llegar a ser reprimidos- los liberales gritaban "viva
la Pepa".
Hoy, en Argentina, su significado se ha desvirtuado y se parece a
"piedra libre". Con la expresión "al tun tún", los paremiólogos no
se ponen de acuerdo: para unos deviene de "ad vultum tuum", que en
latín vulgar significa "al bulto", y para otros, es una voz creada
para sugerir una acción ejecutada de golpe. De cualquier forma, hoy
"al tun tun" indica algo hecho sin análisis ni discriminación.
Por último, "atar los bártulos" alude a Bártulo de Sasso-Ferrato,
jurisconsulto de la Edad Media, profesor de Derecho en Pisa, Bolonia
y Padua, cuyas obras -contenidas en trece volúmenes- sirvieron de
base de estudio durante tres siglos.
Los estudiantes tomaban nota de ellas y luego ataban esos apuntes, a
los que llamaban bártulos, para que las hojas no se les perdieran.
Hoy la expresión alude a preparar una mudanza
Por Ana María Bertolini http://www.telam.com.ar
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