No garantizan en
Colombia la seguridad de Néstor Kirchner
Así se lo expresó el gobierno de
Uribe, según fuentes argentinas; no obstante, el ex presidente
decidió permanecer en ese país, al menos hasta hoy; la liberación de
los rehenes podría demorarse varios días
|
CARACAS.–
Habrá sido el clima adverso, la falta de coordinación logística con
una guerrilla inasible y feroz o las insalvables diferencias entre
el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su par de Colombia,
Alvaro Uribe.
Cualquiera haya sido la verdadera razón, lo cierto es que la
Operación Emmanuel, diseñada por Chávez para rescatar a tres rehenes
de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), volvió a
postergarse ayer, tal vez de manera definitiva.
En horas de la tarde, en medio de una creciente tensión, el alto
comisionado para la paz del gobierno de Uribe, Luis Restrepo, le
comunicó al ex presidente Néstor Kirchner y a Marco Aurelio García,
asesor del gobierno brasileño, que no podía garantizar la seguridad
de los rehenes ni la de ellos mismos en la proyectada incursión a la
selva colombiana como principales garantes del proceso. Así lo
manifestó anoche a LA NACION una alta fuente de la delegación
argentina.
Kirchner, según esa fuente, habría analizado retirarse de la
comisión internacional de garantes (integrada por representantes de
siete países) y volver a Buenos Aires, aunque finalmente decidió
quedarse “al menos hasta mañana (por hoy)”. Kirchner y García
llamaron entonces a una reunión de urgencia de los garantes, en la
que se decidió continuar con sus funciones y extender el crédito
dado a Chávez, impulsor de la iniciativa humanitaria junto con la
senadora opositora colombiana Piedad Córdoba.
Ese fue el complicado final de una jornada con acusaciones entre
chavistas y defensores del gobierno colombiano en torno al operativo
para rescatar a la ex congresista Consuelo González, a la ex
candidata a la vicepresidencia Clara Rojas y a su pequeño hijo
Emmanuel, gestado y nacido en cautiverio, a quienes las FARC
prometieron liberar hace 12 días. Lo harían como gesto de desagravio
a Chávez, que había sido apartado por Uribe de su tarea como
mediador para el canje humanitario. Anoche, y con el olor a fracaso
flotando en el ambiente, los miembros de la comisión -encabezada por
Restrepo y que integra el ex presidente argentino- se encontraron en
una finca de la localidad colombiana de Villavicencio, desde donde
partirían los helicópteros MI 17 hacia la selva para rescatar a los
rehenes.
Los chispazos entre Chávez y Uribe, la falta de comunicación
efectiva con las FARC y la decisión de Venezuela de seguir una
negociación "que puede demorarse unos días más", según expresó ayer
el canciller venezolano, Nicolás Maduro, precipitaron la
desconfianza de los garantes, que decidieron ampliar por unas horas
más el crédito a Chávez a fin de que la operación de rescate culmine
con éxito.
La operación, prevista para las 6 de ayer, fue postergada hora tras
hora mientras crecía la expectativa de la prensa mundial apostada
aquí y en Villavicencio por conocer alguna novedad. Lo cierto es que
los helicópteros con emblema de la Cruz Roja no partieron hacia la
selva colombiana, mientras funcionarios colombianos y venezolanos se
intercambiaban acusaciones por la dilación del proceso.
El primer indicio del cortocircuito estuvo a cargo del alto
comisionado para la Paz, Luis Restrepo, quien afirmó por la mañana
que "no hay límite de tiempo para la realización de la operación" y
que "están dadas todas las garantías de seguridad" para el
operativo. Tampoco llegaron las ya famosas "coordenadas finales" que
las FARC le entregarían al negociador venezolano Ramón Rodríguez
Chacín a fin de retirar a los secuestrados sanos y salvos.
Restrepo también destacó que los tiempos y las modalidades del
rescate "son decisión conjunta de Venezuela y la Cruz Roja".
Horas después de que Chávez hablara de "presiones" del gobierno
norteamericano para abortar la iniciativa, diversos medios de
comunicación y dirigentes chavistas acusaron de manera reiterada a
Uribe de no ordenar el cese de las operaciones del ejército regular
colombiano en la zona donde se desarrollaría la entrega de los
rehenes.
Era ésa, precisamente, una de las exigencias de la guerrilla
marxista que encabeza Manuel Marulanda, alias "Tirofijo", para
entregar a las dos mujeres y al niño que retienen desde hace años.
Los tres forman parte de un grupo de 45 políticos, soldados,
policías y estadounidenses que las FARC pretenden canjear por 500
guerrilleros presos.
Por la tarde, Maduro y Rodríguez Chacín intentaron insuflar
confianza en el éxito final de la iniciativa. "Las cosas van bien y
van a terminar bien; debemos tener tranquilidad, paciencia y nervios
de acero", dijo Maduro, con lo que abrió la posibilidad de que el
rescate no se produzca finalmente hoy, tal y como se prometía al
promediar la jornada.
Desde el gobierno argentino trascendió el malestar de Kirchner y de
Marco Aurelio García, a quienes Restrepo les habría indicado de
manera reservada que no podía garantizar "en un ciento por ciento"
la salida con vida de los rehenes.
La espera se extendía de manera inexorable, y había visiones
diferentes sobre la demora y sus responsables. "Hay mucho entusiasmo
por este canje humanitario, y muchos intereses en contra. Tenemos
que ser conscientes de eso", afirmó a LA NACION en esta ciudad la
embajadora Alicia Castro, que elogió "el coraje del ex presidente
para manejar esta situación".
Desde la delegación argentina intentaban explicar la ausencia de
novedades concretas.
"Hay mucha gente en la selva; es casi imposible garantizar el ciento
por ciento de seguridad y de éxito", afirmaron las fuentes. Los
dardos apuntaban contra el grupo guerrillero Ejército de Liberación
Nacional (ELN), los paramilitares y Estados Unidos, como supuestos
interesados en el fracaso de la misión.
Pedido de la Cruz Roja
Según el plan de Chávez, la entrega de los rehenes debería
realizarse en algún lugar del centro o del sudeste de Colombia,
donde abundan los cultivos cocaleros y las FARC tienen fuerte
presencia.
Para el ex canciller venezolano Alí Rodríguez Araque, "es un error
de alto costo político pensar en las diferencias entre Venezuela y
Colombia. Creo que las tres partes [incluidas las FARC] están
interesadas en conseguir paz", dijo el diplomático a LA NACION.
Menos complaciente con la guerrilla, la jefa de la delegación del
Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Colombia, Barbara
Hintermann, le pidió que agilice la entrega de los tres rehenes. "En
el nombre de los familiares y de los rehenes quiero hacer un llamado
a las FARC [...] en el sentido de que puedan dar la información
sobre el lugar de las liberación de manera pronta", dijo Hintermann
a los periodistas en Bogotá.
A pesar de las promesas de los seguidores de Hugo Chávez, y el
anuncio del gobierno colombiano de que había extendido otras 72
horas el permiso para que cuatro helicópteros y tres aviones de
Venezuela pudieran operar en el país, la Operación Emmanuel corría a
última hora de ayer serio riesgo de quedarse sin apoyo ni protección
internacional en las horas que vienen
Fuente
Compartir este articulo : | | | | |
|
|