EL BOOM DE LAS
VENTAS DE REMERAS POR INTERNET
Las remeras no son lo que eran.
Las lisas o con pequeños logos están dando paso a las
más llamativas, con frases con doble sentido o imágenes sugerentes.
Por supuesto que esta moda abre un nicho de explotación,
la venta de remeras por Internet. Se trata de un canal
de comercialización inmejorable por sus bajos
costos fijos y una rentabilidad que crece al
ritmo de la innovación.
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“Con una bajísima inversión pude
montar un negocio muy interesante” explicó Bernardo
Regueira, de Remeras Impresas. En este punto, la sencillez y
los bajos costos que permite la venta on line son una característica
común. La mayoría de los emprendimientos ahorran costos de
alquiler, trabajan sin stock o con uno muy pequeño y no buscan
demasiada publicidad, para mantener “exclusivos” sus productos.
Para entender el ahorro, José, de la página Oveja Negra, explica que
un local en un shopping de Córdoba (donde él tiene la fábrica)
cuesta no menos de $5 mil por mes, sólo de alquiler.
Bernardo cuenta que las remeras empezaron como un hobby. “Empecé
haciendo remeras para mi, y la gente me paraba en la calle, a ver de
dónde las había sacado”. La mayoría de los consultados coincide.
Transformaron un pasatiempo en un emprendimiento.
Cómo y cuánto
Las remeras se compran por Internet. La mayoría de las
páginas no muestran números de teléfono, sino que el contacto se
realiza completamente vía web y los pagos se efectúan por
medios electrónicos o directamente contra entrega.
Los precios varían de acuerdo al modelo, al estampado y la cantidad
de remeras pedidas. Oscilan entre $25 a $50.
Además, se suma el costo de envío. “Si es en Capital
cobramos $3, o sea el colectivo de ida y vuelta” explica
‘Tiro Loco’, socio de remeras KillBush. Si es más lejos, se
envían por correo contra reembolso.
Negocio redondo
Si bien la cantidad de remeras vendidas varía de acuerdo al tamaño
del emprendimiento, todos coinciden en que la rentabilidad
es de entre el 30% y el 50%. “Nosotros estamos en un 40%,
aproximadamente, dependiendo de la temporada”, dice José.
Como en casi todo el sector textil, el consumo está creciendo. “Se
duplicaron las ventas y se triplicaron los pedidos”,
confirma Regueira. Y es que esta forma de comercializar permite
combinar una buena cantidad de dibujos o diseños con una buena
cantidad de colores y remeras sin tener que sobrestockearse,
es decir, sin tener una gran inversión inmovilizada.
El cliente la pide y el fabricante la hace, así de sencillo. Esto
es, ni mas menos, que lo que los japoneses llamaron "just in
time" es decir, venta sin stock, muy sensible a la demanda.
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