Raúl Castro reitera su bienvenida al diálogo con el futuro
presidente de EEUU
Cuba ha comenzado a celebrar la fecha
más importante del calendario revolucionario sin su líder, Fidel
Castro, que realizó justo hace un año su último discurso público. Su
hermano Raúl, presidente provisional del país desde entonces, ha
realizado un nuevo guiño a EEUU
Raúl Castro ha retirado su
"bienvenida" a un diálogo con el futuro presidente estadounidense
que se elija en las elecciones de noviembre, destinado a pacificar
las relaciones entre Cuba y Washington. El pasado diciembre, ya
mostró públicamente su disposición a "resolver en la mesa de
negociaciones" sus diferencias con EEUU.
El presidente provisional de Cuba ha reconocido que la isla no ha
superado aún el "periodo especial", ha admitido la necesidad de
ajustes "estructurales" y ha adelantado que se estudia incrementar
la inversión extranjera en el país.
En un discurso autocrítico en el que subrayó las deficiencias del
sistema, Raúl Castro advirtió que "no habrá soluciones
espectaculares, se necesita tiempo y sobretodo trabajar con seriedad
y sistematicidad, consolidando cada resultado que se alcance por
pequeño que sea".
Raúl Castro, de 76 años, vestido de verde olivo y acompañado por
tres de los comandantes de la revolución, Ramiro Valdés, Juan
Almeida y Guillermo García Frías, ocupó la presidencia de la Plaza
de la Revolución de Camagüey, donde les esperaban ya los miembros
del Gobierno y numerosos dirigentes del Partido Comunista de Cuba.
Ha pasado un año del último discurso en público de Fidel Castro -que
cumplirá 81 años el 13 de agosto-, cuando, el 26 de julio de 2006,
apareció en la ciudad de Bayamo, con motivo del aniversario del
asalto al cuartel Moncada. Dijo entonces, en tono jocoso: "Que no se
preocupen los vecinitos del norte [en referencia a EEUU], que no
pretendo ejercer mi cargo hasta los 100 años".
Más de 100.000 personas, según fuentes oficiales, participan en el
acto convocado en Camagüey para conmemorar el frustrado asalto al
cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, considerado el inicio de la
revolución cubana y la fiesta grande de Cuba.
La operación fue un sangriento fracaso que costó la vida a la
mayoría de los compañeros de Fidel Castro, pero sentó las bases del
movimiento guerrillero que le llevó al poder en 1959.
"Este pueblo y este país sabrán ser consecuentes con su gloriosa
historia", decía un enorme cartel con la fotografía de Castro,
colocado junto a la tribuna del mitin en Camagüey
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