MARADONA DIJO QUE
NUNCA PENSO EN SUICIDARSE
Diego Armando Maradona
aseguró que nunca pensó en suicidarse para poner punto final a su
drama de dependencia de las drogas, y que en cambio aceptó el reto
de enfrentarse a sus problemas, en declaraciones que publicó ayer la
revista deportiva francesa L'Equipe
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Maradona reconoció que en muchos
momentos de su vida sintió "dolor por mi madre, por mi esposa
Claudia y mis hijas. A veces un diario decía 'Maradona se quiere
matar'. Eso no es verdad. Pienso que quien quiere matarse es un
cobarde que no quiere enfrentar la vida. Yo acepté enfrentar la
vida". "Es verdad que no he sido un santo, pero he pagado muy caro
por mis excesos", se lamentó además el "10".
"He hecho cosas mal, pero todo lo que hice bien lo hice por mis
hijas. Nunca pensé en matarme o volverme loco", remarcó el ex
capitán del seleccionado argentino, para luego agregar: "Salí de mis
problemas por el amor de mis hijas".
Curiosamente, la revista semanal del diario L'Equipe dedicó ayer la
tapa y numerosas páginas internas a una larga entrevista que
Maradona concedió al prestigioso periodista italiano Gianni Miná en
mayo de 2005, y en la que el "Pibe de Oro" repasó todos los aspectos
de su carrera.
La revista no explicó porqué la larga entrevista permaneció bajo
llave durante dos años, pero en su diálogo con Miná, Maradona
enfrentó todas las preguntas, inclusive las que se referían al
origen de su dependencia de las drogas. "Comencé a tomar drogas en
Barcelona. Tenía 22 años", confesó Diego. Cuando Miná le preguntó:
"¿Por qué lo hiciste?", Maradona apenas pudo responder con un largo
silencio. "Es una enfermedad que me ha hecho perder mucho tiempo. Al
comienzo era una cosa que me hacía fuerte, que me levantaba de la
silla. Cuando dejó de ser una diversión y se transformó en una
pesadilla, entonces hice sufrir mucho a las personas que me aman",
relató.
Maradona aseguró que nunca se sintió presionado por nadie para
consumir cocaína, y asumió la total resposabilidad por el enorme
desorden en que se transformó su vida. Cuando llegó a Nápoles, ya
arrastrando el consumo de drogas, "no tenía miedo. De nada. Yo
pensaba que no le hacía mal a nadie. Que no habría represalias
contra mí mientras yo hiciera mi trabajo y que el equipo recuperase
la pasión".
En un momento de la entrevista, reconoció que el segundo gol que le
convirtió a Inglaterra en la Copa del Mundo de 1986 fue la
realización de un sueño que lo acompañó desde niño. "Fue el gol
soñado. Vi que Shilton salía desesperado, moviendo los brazos para
distraerme. Vi que un defensor buscaba golpearme el pie. Pero ya era
demasiado tarde, yo ya sabía en ese momento que iba a anotar. Nadie
podría detenerme ya", manifestó. Para cerrar su obra maestra,
recordó: "Hice un amague hacia un lado y allí entendí que estaba
haciendo el gol que soñé desde niño, desde antes de jugar en mi
primer equipo, desde cuando jugábamos nuestros partidos en mi barrio
de Villa Fiorito"
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