Cuál es el origen del verdadero Gran
Hermano?
Lejos de ser un mero formato
televisivo, la historia de Gran Hermano se remonta a 1949, cuando
nació de la mente del novelista inglés George Orwell.
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El Gran Hermano original es la cabeza de
un régimen totalitario que vigila y controla la vida de las personas
en todo momento.
te cuenta la verdadera historia y los antecedentes de lo que hoy se
convirtió en un reality show.
El regreso de Gran Hermano a la televisión local marcó la vuelta del
reality a los hogares argentinos. Formato que no sólo tiene éxito en
el país sino que da la vuelta al mundo. El experimento ya se estrenó
con éxito en países como Gran Bretaña, Italia, Brasil, y Alemania,
entre otros.
Foucault también hizo referencia a un sistema carcelario que induce
a la persona a un estado permanente y consciente de visibilidad. A
diferencia de otros programas, Big Brother produce toda una movida
paralela con foros de Internet, clubs de fans y merchandising,
además de fabricar estrellas fugaces de TV. Sin embargo, gran parte
de las personas que siguen el show desconocen las raíces de la idea
original y la carga política que conlleva.
Lo cierto es que el verdadero Gran Hermano es uno de los personajes
más famosos de la literatura universal. Más precisamente, uno de los
protagonistas de la novela “1984” de George Orwell, publicada en
1949 y llevada al cine en más de una oportunidad.
Allí, el famoso Big Brother es la encarnación de los ideales de un
partido único y todopoderoso que vigila sin descanso y da la
sensación de omnipresencia. La enigmática figura, que se comunica
por medio de pantallas gigantes de televisión, suple a todo
personaje político: es comandante, guardián de la sociedad, juez
supremo o presidente. El mismo Orwell llega a insinuar la
posibilidad de que ya ni siquiera sea una persona real, sino un mero
icono propagandístico.
Un mundo autoritario
La historia escrita durante la primera mitad del siglo XX, anticipa
cómo será Londres en 1984. Orwell refleja un futuro en el que una
dictadura totalitaria interfiere hasta tal punto en la vida privada
de los ciudadanos que resulta imposible escapar a su control.
En la trama de la novela, la ciudad es manejada por un régimen
autoritario que controla todo y está dirigido por el Gran Hermano,
el líder con figura casi divina que todo lo supervisa y vigila los
movimientos de los individuos.
El personaje principal es Winston Smith, un hombre que desde hace
años trabaja el Ministerio de la Verdad hasta que un día se revela
contra el sistema ya que éste no respeta la intimidad ni el libre
pensamiento.
El Gran Hermano de Orwell es un líder autoritario que supervisa y
vigila todos los movimientos.
Además del ministerio donde trabaja Smith, existen otros tres: el
del Amor que se ocupa de los castigos y la tortura sin reglas que lo
regulen, el de la Paz, que es responsable de hacer que la guerra se
convierta en algo permanente y el de la Abundancia, donde se hace
todo lo posible por que la gente viva al borde de la pobreza.
La sociedad vive en la pobreza y tiene hambre pero no se revelan
porque no conocen otra realidad. Fueron engañados por el partido,
quien modifica el pasado, haciéndoles creer que tienen un nivel de
vida mucho mas elevado al que había en tiempos pasados.
El final de la novela es muy poco alentador. Después de haber sido
derrotado por el sistema y liberado una vez comprobado que no supone
ningún riesgo, Smith termina cayendo en la manipulación y adorando
al Gran Hermano, algo similar a lo que sucede con el formato
televisivo. Todos sueñan con ser parte del ciclo y convertirse en
estrellas de la televisión.
El panóptico de Bentham
Después de que Orwell hablara de una sociedad vigilada por un
personaje omipresente y autoritario llamado Gran Hermano, el
filósofo francés Michel Foucault hizo alusión a un tipo de sistema
carcelario en el que el individuo siente que puede ser visto en
cualquier momento.
La figura arquitectónica de éste régimen es el "Panóptico de Bentham":
una construcción en forma de anillo que tiene una torre en el centro
con anchas ventanas que abren a la cara interior y desde la cual se
controlan todas las celdas.
Si bien los participantes del reality show no se encuentran presos,
sino que están aislados por decisión propia y pueden interactuar
entre ellos, el efecto mayor tanto del formato televisivo como del
panóptico es inducir a la persona a un estado consciente y
permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático
del poder.
En 1998 la película "The Truman Show" cuenta la historia de un
programa de TV que dura las 24 horas, protagonizado por un hombre
que no tiene la menor idea del experimento. .
De esa manera, la vigilancia se hace permanente en sus efectos,
incluso si es discontinua en su acción. Tal como señala Foucault en
su libro "Vigilar y Castigar", publicado en 1975, el individuo no
debe saber jamás si en ese momento se le mira, pero debe estar
seguro de que siempre puede ser mirado.
Antes que en la TV, en el cine
La idea de un programa que dura las 24 horas del día, todos los
días, llegó al cine en 1998 con la película “The Truman Show”, una
crítica a la televisión dirigida por el australiano Peter Weir y
protagonizada por Jim Carrey.
El film cuenta la historia de Truman Burbank (Carrey), el primer
bebé adoptado por una corporación para un experimento televisivo.
Habitante de un mundo irreal sin que él lo sepa, todos sus
movimientos son controlados por unas 5 mil cámaras ya que su vida es
parte de un enorme set de televisión
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