Simulador de
control aéreo
INDRA la empresa
española más potente en tecnología no tiene complejos a enfrentarse
a "monstruos" como IBM en este terreno. El
mayor centro de simulación de tráfico aéreo del mundo es obra de
INDRA y está situado en Barajas, junto al
aeropuerto de Madrid, su objetivo es formar a especialistas en el
control del tráfico aéreo
Oposición a controladores aéreos
Formar un
controlador aéreo es sumamente complejo, Comienza el proceso por
seleccionar los alumnos que formarán una promoción entre los miles
de aspirante que optan a estos puestos tan bien retribuidos. Se
pretende con esta selección encontrar las personas que por
condiciones físicas, psíquicas y curriculares, tengan la "materia
prima" adecuada para, una vez preparados convenientemente, ocupar el
puesto de controlador aéreo. Se tiene en cuenta por tanto, muchos
factores, físicos, psicosomáticos y de formación académica, desde
tener un perfecto dominio del inglés, a no padecer ni rastros de
dislesia, pasando por tener una buena vista, personalidad adecuada
para el trabajo en equipo, dominio del "Código de la Circulación"
aéreo, capacidad para reaccionar con sangre fría en los momentos de
emergencia etc.
Simuladores de control
Pasada
esta dura selección, la promoción de alumnos, se preparará durante
no menos de un año y medio, en un simulador aéreo de control de
vuelo. El uso del simulador es el cuello de botella que limita el
número de alumnos de cada promoción, pues a pleno rendimiento, un
simulador no puede formar simultáneamente más que cuarenta y ocho
alumnos en los simuladores de torre de control y 36 alumnos en los
simladores de control de ruta..
El
sistema instalado en un edificio próximo al aeropuerto de Barajas,
consta tres simuladores de ruta/aproximación que permitirán formar
simultáneamente a 36 alumnos, que se simula el control de las
aeronaves en ruta entre los distintos aeropuertos y la aproximación
de una aeronave al aeropuerto. Hay además tres simuladores de torre
con una visión de 360 grados, que normalmente se desdoblan en seis
simuladores de torre de solo 180 grados de visión, (la
correspondiente a la vision de las pistas de aterrizaje), que
permiten efectuar la gran mayoría de los incidentes de un vuelo,
donde se pueden formar a la vez otros 48 alumnos. Aparte una serie
de salas simulan ser cabinas de avión donde hasta 80 pilotos
profesionales simultáneamente, manejan las aeronaves siguiendo las
órdenes que reciben de los controladors. Todos estos simuladores
pueden trabajar independientemente o coordinados entre sí, por tanto
es posible simular vuelos completos desde que un avión despega en un
aeropuerto hasta que aterriza en otro,
Se simula
desde el movimiento en tierra y despegue del avión, gestionado por
una torre del aeropuerto, para a continuación transferir el vuelo al
centro de control de aproximación que dirige al avión hasta su ruta
de crucero, pasando entonces a ser supervisado por los centros de
control de ruta que correspondan al vuelo efectuado, hasta que el
último control de ruta cede el control al centro de aproximación del
aeropuerto de llagada, que por último lo transfiere a la torre del
aeropuerto de destino.
Simulador de torre de control
Lo más
espectacular son los simuladores de torre de control, un espacio
circular, similar a la sala de una torre de control de un
aeropuerto, rodeado de un círculo de pantallas donde mediante un
sistema de retroproyección multicanal de alta resolución,
controlados por ordenador proyectan los 360º, tal como los
controladores divisan el aeropuerto desde la torre, tanto en tierra
como en el aire. Sobre la imagen fija del aeropuerto se añaden las
imágenes de los aviones en vuelo o rodando por las pistas, y el
trafico habitual de un aeropuerto, los trenecillos de maletas, los
finguers de embarque de viajeros, los camiones de combustible y
cátering, etc,
El
simulador puede representar cualquier hora del día y cualquier
estado meteorológico, sol deslumbrante, niebla, lluvia, o nieve, así
como, simular los vientos dominantes y las rachas que afectan al
vuelo de los aviones en sus aproximación a la pista de aterrizaje.
Desde los
simuladores de aeronaves, hasta un máximo de 80 pilotos
profesionales actúan siguiendo las instrucciones que reciben de la
torre de control como la harían en vuelos reales. Preferentemente se
buscan pilotos extranjeros, para que los controladores se
acostumbren a entender el inglés con los raros acentos que puedan
tener los pilotos y vocalicen el inglés claramente, para facilitar
su compresión a los pilotos extranjeros.. Los instructores,
controladores profesionales, dirigen a loa alumnos y a los pilotos,
para observar la reacción de los futuros controladores, corregir
errores y provocar de vez en cuando "incidencias de vuelo".
Formación en simuladores
Se
inician el curso aprendiendo la rutina de aproximación, de
aterrizaje y despegue en condiciones normales. Poco a poco, cuando a
juicio de los instructores van estando suficientemente fogueados, se
comienzan a complicar las cosas, se aumenta el ritmo de despegues y
aterrizajes, aparece viento lateral racheado, o un avión solicita
cambio de turno por escasez de combustible, hay que aterrizar por
instrumentos por que hay niebla, u ocurre cualquier otra emergencia
Toda la
simulación está soportada por poderosos ordenadores que crean la
fición en cada momento de acuerdo con las reglas que rigen el
movimiento de las aeronaves según sean pilotadas teniendo en cuenta
las condiciones exteriores de viendo, presión barométrica etc. Por
dar una idea de la capacidad de estos ordenadores, permiten simular
simultáneamente 500 aviones en vuelo y hasta otros 1.000 en tierra.
Cuando se
proyectó el edificio se pensaba poder formar a los controladores
nacionales y a otros extranjeros pero el creciente aumento del
tráfico aéreo y la apertura de nuevos aeropuertos ha hecho que en la
realidad este inmenso simulador sea incluso insuficiente para cubrir
la creciente demanda de controladores que se necesitan en España..
La
seguridad ante todo es el lema en el control aéreo y ninguna
consideración puede tenerse en cuenta, si supone un aumento de
riesgo, por ello el controlador aéreo puede tomar las medidas que
estime oportunas y solo los piloto pueden desobedecerlas en función
de su propia apreciación de los riesgos para su nave. No obstante,
sin reducir la seguridad, hay medidas que el controlador puede tomar
discrecionalmente. El mantener en vuelo un avión más tiempo del
estrictamente preciso, no aumente la seguridad DEL vuelo sino más
bien la aumenta, tanto en el riesgo por mantener una avión
innecesariamente volando. Por otro lado una decisión de este tipo
tiene un coste, pues los atrasos y los aumentos del gasto de
combustible, reducen los beneficios de las compañías aéreas. Es por
ello fundamental que los controladores sepan, manteniendo absoluta
seguridad, pero sin que ello suponga prolongar los tiempos de
aproximación y aterrizaje. Solo un entrenamiento repetido les da la
habilidad suficiente para tomar las decisiones correctas.
Habilitación en el lugar de trabajo
Cuando a
juicio de los instructores la promoción está totalmente formada, los
alumnos obtiene el título de controlador aéreo, sin embargo aquí no
acaba su instrucción, durante el curso habrán hecho frente a más
emergencias que las que se les plantearán durante toda su vida
profesional, y sobre todo habrrán aprendido a hacerlas frente con
sguridad y sangre fría. Pero por mucho y bien que se simule la
realidad, cada aeropuerto tiene sus peculiaridades. Así pues,
llegado a su puesto de destino, durante seis meses se especializará
en el control de ese aeropuerto en concreto, trabajando en pareja
con un controlador veterano que actuará de instructor. Pasados esos
seis meses, el controlador aéreo queda habilitado para ejercer su
profesión en ese aeropuerto. Si por cualquier motivo cambiara de
destino, por muy experto que sea, deberá volver a practicar en el
nuevo destino durante seis meses para quedar habilitado para ejercer
en el nuevo puesto, igual que un controlador recién incorporado,
pues el título de Controlador solo le permite ejercer en los
destinos donde esté habilitado.
Los
simuladores aéreos tanto de control como de vuelo, permiten
practicar sin riesgo para nadie situacione de emergencia que sería
imposible simular con equipos reales, pero para que la simulación
sea útil lo que perciben los sentidos del alumno debe asemejarse lo
más posible a lo que en la realidad percibirá de ocurrir el
simulacro, ello exige costosísimas instalaciones ye instructores
avezados.
Los
simuladores se mantiene al día la pericia de los profesionales del
sector y contribuyen a que el tráfico aéreo sea el medio de
transporte con menor índice de accidentes por pasajero/kilómetro
transportado, a pesar de que la espectacularidad de los escasos
accidentes que se producen den otra impresión en los medios de
comunicación
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