No me refiero a ese tiempo que existe entre una relación de
pareja que concluye y otra que se espera que comience, o a
cargar como inexorable en la vida el "estar sola/a" porque
no se encuentra con quién estar, ni a un estado de
permanente búsqueda...
No.
Me refiero a una elección consciente de un ejercicio
pleno de la autodeterminación y el autoabastecimiento
económico, cotidiano y afectivo.
Se trata de una experiencia inigualable para dejar aflorar
todos nuestros recursos y capacidades, conocernos como de
ninguna otra manera podemos hacerlo.
Disponer exclusivamente del tiempo, espacio, voluntad,
recursos -y hasta del control remoto de la televisión- es
una experiencia sumamente placentera que muchas mujeres se
deben en su vida.
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Quienes pasaron de la casa familiar a la casa
matrimonial que terminó,
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quienes padecieron una pareja violenta o
desvalorizante,
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quienes transitaron un divorcio traumático
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quienes nunca se fueron solas de vacaciones, ni
felices de pasar un sábado a la noche solas mirando
la tele,
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quienes nunca estuvieron en pareja y sienten eso
como una frustración,
se deben en su vida la experiencia de vivir felizmente
solas, de no compartir la casa ni la cama con nadie, ni
añorarlo, durante un tiempo prudencialmente largo.
La situación puede llegar inesperadamente, pero ahora que
está, puedes reelegirla tú misma : "Si, esto
está bien así, quiero aprender y disfrutar de estar sin
pareja", y actuar en consecuencia con ello.
Decidir la vida como si nunca más fueras a estar con
alguien, te permitirá conocer tus propios límites, recursos,
deseos, posibilidades, como nunca antes lo puedes haber
hecho.
Diseñar tu espacio solamente para ti, es una experiencia
vital que una mujer debiera conocer. Qué deseas, cómo lo
deseas, cuánto lo deseas, conocerlo, re-conocerlo y hacerlo
acto en tu vida, será una experiencia inigualable de la que
aprenderás más de tí misma, que en el resto de toda tu
existencia.
En los momentos en los que sientas que tu voluntad de
continuar sin pareja flaquea -los mandatos son fuertes y
esto puede sucederte por convencida que estés de vivir esta
experiencia-, sólo será necesario recordar los cientos de
condicionamientos que tenías cuando estabas en esa
situación. O ir a un restorán, pedir una rica comida y un
buen vino y sentarte a observar las parejas a tu alrededor :
¿cuántas son las que se ven realmente felices de compartir
ese tiempo juntos?, ¿cuántas siquiera conversan
animadamente?... ¿y las que permanece en absoluto silencio
durante toda la cena?, te habías fijado antes en esto?.
Piensa : ¿es esa la pareja que añoras tener?....
Esa pareja "diferente" que sueñas, no podrá ser
nunca si antes no eres otra de la que fuiste.
Estando sin pareja, no tienes porqué estar sola cuando no
quieras estarlo... muchos hombres y mujeres en pareja están
profundamente solos... recuerda cuando tu misma lo sentiste
así estando acompañada. Amigas y amigos, familiares, y hasta
tú misma, pueden ser una excelente compañía cuando sientas
que estar sola no es lo que hoy quieres.
¿Que los hijos son un obstáculo?... De ninguna manera. Puede
ser incluso una oportunidad de entregarte a una maternidad
diferente, sin codicionamientos, sólo "acuerdo" entre tu y
tus hijos...
No se trata de renegar de la relación de pareja, se trata
sólo de reconocer que la relación de pareja no es lo
que pensamos que es cuando estamos solas... Darnos
cuenta que la pareja es eso que vivimos cuando estuvimos en
pareja, y siempre que nosotras no podamos ser otras que
las que fuimos, ese modo insatisfactorio de la pareja... se
volverá a repetir de modo inexorable.
Se trata de que si no ahondamos en nosotras mismas, no nos
"amigamos" con nosotras, nuestras relaciones siempre serán
lo que fueron las que hasta aquí nos trajeron.
Se trata de que sólo quien puede estar sola en plenitud,
puede estar plenamente con otro.