LLEGAN LAS PANIC
ROOMS
La inseguridad cambia los hábitos de las personas y
hasta lleva a tomar medidas de todo tipo para combatirla. Ahora, lo
último en la
Argentina son los panic rooms, las habitaciones
blindadas con un moderno sistema inteligente para evitar ser víctima
de la delincuencia
La ola de inseguridad (endémica ya)
que vive nuestro país genera nuevas formas de combatir el flagelo.
Ahora, cada vez más personas instalan un panic room (habitación
para el pánico) en su casa.
"Ya hay unas 450 habitaciones en el
país. Y cada semana instalamos dos, con picos de tres o
cuatro", detalla Rodrigo Olmos, gerente general de Panic Room
Espacios de Seguridad, una empresa que se dedica a este tipo de
trabajo en el país.
Ahora bien, ¿de qué se trata el
panic room? Simple:
el
blindaje total de una habitación de la casa ante una amenaza
externa, desde un ladrón hasta un ataque químico.
Así, según explica el especialista,
el 60 por ciento de los pedidos
tienen que ver con particulares y el 40 por ciento a empresas
privadas.
La gran mayoría, alrededor del
80 por ciento,
proviene del
gran Buenos Aires,
y en especial de la
zona Norte (uno de
los lugares preferidos por la delincuencia). El resto se reparte
entre la
Capital Federal y algunas ciudades del interior.
Si bien los panic rooms
comenzaron a aparecer internacionalmente en la década del ‘80 entre
personas de mayor nivel adquisitivo, al parecer la histórica franja
de consumidores se está modificando hacia otros sectores económicos.
"Esta
tendencia está cambiando. La gente de clase media también lo pide
porque se puede blindar cualquier tipo de ambiente, incluso un
pequeño baño de tres metros cuadrados", cuenta
Olmos, en diálogo con el diario
La Nación.
¿Cuánto sale construir un panic
room? Aunque depende del grosor de la placa de acero que
el interesado elija (el metro cuadrado de pared puede ir desde cinco
hasta los
16 milímetros de espesor), la habitación más
económica está
alrededor de 2800 pesos.
Claro que cada una tiene
aislación acústica, un equipo
energético y un botón (denominado
pulsador de pánico) que
activa
una alarma dentro de la casa
para asustar al intruso o que está conectada con la policía.
Además, también es posible instalar una serie de sofisticados
accesorios como comandos inteligentes para manejar las
cámaras en los distintos ambientes, las luces, las puertas y
ventanas de la casa. Aunque es un complemento
interesante, esta tecnología de avanzada
cuesta alrededor de 2000 dólares.
"Nosotros
asesoramos de acuerdo a la amenaza a la que se enfrenta el cliente.
Le sugerimos qué tipo de blindaje y de accesorios necesita.
Por ejemplo, hay panic rooms para proteger objetos, no personas, con
lo cual no haría falta un sistema de monitoreo", expresa el
especialista.
"Algunos han tenido
experiencias traumáticas como
asaltos y otros no han pasado por eso, pero
prefieren cubrirse para sentirse seguros. La gente
accede a esto simplemente para protegerse y sentirse segura.
Hoy en día una alarma se puede desconectar fácilmente, en cambio,
esta habitación es inviolable. No hay forma de que ingrese alguien", concluye
Olmos.
Lo cierto es que las nuevas formas que va tomando el
delito necesitan de nuevas maneras para combatirlo. ¿Se vendrá una
oleada de habitaciones blindadas?
Fuente
PANIC ROOMS EN ARGENTINA
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