PARA QUE SIRVE EL
APENDICE
(www.saludyciencias.com.ar) Varias
generaciones de médicos vienen repitiendo, desde hace décadas, los
textos de diversos libros de anatomía. Y todos coincidien en algo:
el apéndice es una parte del intestino grueso que no sirve, desde el
punto de vista funcional, para nada conocido
Y este hecho lo atestiguan millones de
operados que se recuperan y viven perfectamente bien tras una
dolorosa apendicitis y su correspondiente extracción operatoria.
Lo interesante es que recientemente
un grupo de investigadores postuló, y parece poder comprobar, cual
fue la verdadera función que cumplía esta remota parte del cuerpo,
al menos en un pasado lejano.
La guarida de las bacterias
Para un grupo de profesionales
médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, el
apéndice “funcionaba como es una especie de reservorio de bacterias
que el organismo necesita imperiosamente tener en su interior para
poder estar saludable”.
Y esta teoría la publicaron en la
revista científica "Journal of Theoretical Biology".
En concreto, lo que explican es algo
muy lógico. Parten de la base de que convivimos con millones y
millones de diversas familias de bacterias benéficas, que nos ayudan
a la digestión de los alimentos y que habitan nuestros intestinos.
El problema es que tras algunas infecciones con diarreas muy
fuertes, esa población de bacterias necesarias podía quedar tan
diezmada que la persona que ya no las tenía en su interior podía
terminar muriendo de desnutrición.
Allí entraba, posiblemente, a
funcionar el apéndice según los investigadores, ya que actuaría como
un resevorio de bacterias saludables que, una vez pasada la diarrea,
se expandirían y repoblarían el intestino para volver a lograr el
saludable equilibrio biológico de la normalidad.
Más extraño todavía
Los médicos William Parker y Randal
Bollinger, fueron un paso más adelante, todavía: "nuestros estudios
indican que el sistema inmune del cuerpo no sólo no ataca a las
bacterias benéficas, sino que también protege sus colonias y las
alimenta. Así, protegiendo a las “buenas” bacterias que habitan a lo
largo de las paredes internas del intestino, disminuyen las
posibilidad de que las malas y/o peligrosas logren hacerse fuertes y
desaten una infección peligrosa”
Parker, además, ha completado su
hipótesis de la siguiente manera: en las sociedades primitivas,
cuando no existía la medicina tal como ahora, ni la higiene o el
agua potable para grandes cantidades de personas, estas infecciones
y diarreas que “vaciaban” al intestino de sus parásitos benefactores
eran muy comunes. Y por eso se necesitaba luego que salieran las
reservas desde el refugio del apéndice para volver a ocupar su lugar
en el intestino.
Lo más llamativo es que en las
sociedades modernas su función ya no es tan necesaria porque las
infecciones se controlan mucho antes de que causen un gran deterioro
en nuestra fauna interior y –además- porque con medicamentos y
cultivos es posible “replantar” la fauna bacteriana en forma
inmediata.
Toda esta teoría, por otra parte, es
consistente con la observación de que la remoción del apéndice no
tiene efectos negativos discernibles en la salud de las personas
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