EL ASESINATO DE
ISABELLA EN BRASIL
Isabella tenía
cinco años y el 29 de marzo fue arrojada de un sexto piso en la
ciuda de San Pablo, Brasil, después de que alguien tratara de
asfixiarla. Ayer el país siguió en directo por televisión durante
ocho horas la reconstrucción de lo sucedido. Participaron la Policía
Militar, el Grupo de Operaciones Especiales y la Compañía de
Ingenieros de Tráfico, e incluso se cerró el tráfico aéreo en la
zona norte de la ciudad
Las sospechas y los indicios de
la policía apuntan a su padre -Alexandre Nardone, de 29 años- y su
nueva pareja -Ana Carolina Trotta, de 24-, que tiene otros
dos hijos pequeños con él y no soportaba a la nena. Además de
investigar, la policía tienen el
trabajo de proteger la
casa donde murió
Isabella y a los sospechosos. Es que una gran cantidad de vecinos
está enfurecida con el caso y dispuestos a hacer justicia por su
cuenta.
Hasta el presidente de
Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva calificó a lo
sucedido como “crimen monstruoso” y advirtió que nadie debe ser
considerado culpable antes de que lo hagan los jueces.
La investigación policial reveló que el padre y la madrastra de
Isabella habían ido a un supermercado junto a los otros dos chicos.
Al regresar, el padre subió primero a Isabella y luego bajó a buscar
a los dos nenes. Poco después, Isabella cayó por del sexto piso, en
donde la tela metálica que servía de protección tenía un agujero. La
autopsia reveló que alguien trató de asfixiarla y que fue arrojada
con vida por la ventana.
Algunos de los testigos indicaron que antes de la caída escucharon a
un chico decir “¡Basta, papá, basta!”. Desde la defensa del padre y
la madrastra dicen que una tercera persona pudo subir luego de que
Alexander dejara a su hija
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