SOPHIE AUSTER EN
ARGENTINA
Hija del escritor Paul Auster, se
convirtió en cantante casi por casualidad Sabe que tiene viento a
favor por la fama de su padre· Pero que al primer error, la van a
despedazar
Con un grito gutural símil camionero,
cualquier padre que tenga una hija que esté (muy) buena habrá
escuchado alguna vez un "entregá a la nena, che". Y Paul Auster, sí,
el escritor, entregó a la hija que tuvo con la también escritora
Siri Hustvedt... a una banda de rock. Pero en lugar de cumplir el
deseo del baboso promedio, Auster la puso en las manos correctas
para que la chica se convirtiera en la nueva figurita ultracool de
la canción.
Los músicos de One Ring Zero, una banda indie de los Estados Unidos,
trabajaba en el disco sucesor de As Smart As We Are, su placa de
2004, cuando se les ocurrió que, tal vez, Paul Auster podía coparse
y escribirles un tema. El autor de El palacio de la Luna se
entusiasmó y sí, firmó unos versos. Pero Sophie cantaba bien y papá
se la presentó a los rockers. Los pibes la escucharon y quedaron
encantados. Linda, talentosa, sensible... Mandíbulas al suelo.
Sophie y One Ring Zero grabaron el primer disco solista de la
neoyorquina —que salió en 2005, cuando tenía 17 años—, un álbum que
va desde tímidos pasajes de cabaret berlinés a la chanson francesa,
pasando por el folk-pop y el tango, con letras basadas en poemas de
Tristan Tzara, Guillaume Apollinaire y otros escritores. Sí, claro,
de papá Paul también hay. El disco, sin mayor difusión, no fue
editado en los Estados Unidos. Pero según contó Sophie en una
entrevista, una vez que llamó a un amigo francés, éste le dijo "sos
la nueva gran cosa en Francia". Y de Francia, al resto de Europa. El
romance con lo cool comenzó: Rolling Stone la puso en la tapa de
inmediato y la firma de diseño de modas Hoss Intropia la convocó
para ser la cara de su catálogo.
En casa, a Sophier nunca se le insistió rabiosamente con la
literatura. La ediciones de los libros de papá y mamá llenaban la
casa, pero ella no agarró ningún texto de ellos sino terminando la
adolescencia. Siri quería que llegara solita a la literatura, pero
la estimulaba leyéndole todas las noches como a cualquier nena. Muy
liberales ellos, la enviaron a la escuela Sarah Lawrence, un lugar
de enseñanza moderna donde los chicos duermen la siesta y, en
definitiva, hacen y aprenden lo que les viene en gana. "No estaba
preparada para los libros de papá y mamá —contó—, y ahora es de lo
mejor que leí en mi vida".
De pequeña se metió al Lee Strasberg Institute para estudiar
Literatura Francesa e Interpretación, al tiempo que también tomaba
lecciones de canto. Es que sus inquietudes de niña tenían que ver
con otra cosa: Lou Reed y Kevin Spacey se pasaban tardes enteras
tomando té y charlando con los Auster. A los nueve años, Paul la
hizo trabajar en Heridas de amor (1998), tercer trabajo como
director cinematográfico del escritor. A los 11 participó en el
musical basado en Heridas... Más tarde, en 2007, papá la llamó
nuevamente para participar en The Inner Life of Martin Frost. "Ser
la hija de Paul Auster tiene cosas positivas y negativas. Con ese
nombre pueden llegarte muchas más críticas, la gente te mira más y
esperan más de vos. También pueden machacarte más. Pero depende de
vos probar que están equivocados."
"A mi hija le interesa la música y la interpretación. Ahora está
preparando su segundo disco: yo ya lo he escuchado y me ha
impresionado mucho", dijo Paul, orgulloso. Y ella anticipa que lo
próximo que edite (¿saldrá en la Argentina?) tendrá que ver con Kurt
Weill y su amado Tom Waits. En una entrevista con la prensa española
dio las pautas de su repentino renombre: "Si no tuviera tanta
seguridad en mí misma se me haría difícil llevar lo que implica mi
disco debut. Y eso que, hasta ahora, sólo ha contribuido a darme
notoriedad. Sé que, en cuanto dé un mal paso, la crítica se cebará y
será duro. Sin embargo, no voy a sacrificar mi libertad por el miedo
a equivocarme."
Fuente
Fotos de SOPHIE AUSTER
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