No hace falta que lo explique ya
que a simple vista luce muy distante de la mujer que era.
Reconoce que está cambiada, que ahora tiene un perfil muy
bajo y que no estaría dispuesta a hacer algunas cosas que en
su pasado inmediato realizaba, como producciones de alto
voltaje.Tiene la misma
energía de siempre, pero su tono es calmo como la marea del
mar bueno. Se la nota feliz, alegre y radiante.
Lo está, lo confirma con una sonrisa. Es que, como siempre,
el amor todo lo puede y desde hace un año y medio ha tocado
la puerta de su alma y conquistó su corazón por completo.
Y a ella no le tiembla el
pulso al admitirlo, de hecho Analía Franchín (35) ni lo
duda, y responde con actitud avasallante: “Cuando conocés al
amor de tu vida, todo te cambia y se vuelve más lindo.
Soy la típica tonta enamorada. Tengo
cosquillas en la panza y mariposas en la cabeza. De hecho,
quiero quedarme junto a mi pareja el resto de mi vida. El
amor me transformó en una mujer maravilla”, dice al borde la
emoción.
El es Sebastián Eskenazi (CEO de YPF), la
empresa más grande de la Argentina, y dueño de un perfil muy
bajo. Se conocieron en Buenos Aires y hubo amor a primera
vista, según ella comenta. “Me enamoré perdidamente. El es
lo más lindo que tengo en la vida y la persona con la que
quiero envejecer, lo aseguro. Es como que ya somos un
matrimonio porque estamos absolutamente comprometidos de
corazón, y eso basta”, resume.
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