Un mitómano se da por muerto en la tragedia aérea de Barajas
Juan José Soto Vargas es el
protagonista de una serie de historias falsas.
Entre ellas figura la de darse por muerto en el accidente aéreo de
Spainair en el aeropuerto madrileño de Barajas, la de haber llegado
a Argentina haciendo dedo tras huir de la erupción del volcán
Chaitén y la de pedir una audiencia a las autoridades de Bariloche
argumentando ser representante de Chile en materia de derechos
humanos.
En realidad se trata de un ex agente de la policía secreta del ex
dictador Augusto Pinochet.
La supuesta muerte de un chileno en el
accidente aéreo ocurrido el miércoles en el aeropuerto de
Madrid-Barajas resultó ser una falsa historia, tras la cual asoma la
figura de un mitómano que ya protagonizó varios episodios
inventados, según publica hoy la prensa de Chile.
Lo primero que se estableció es que fue un falso cónsul de Chile en
Madrid quien se comunicó con un canal chileno de televisión y dio
por muerto a un chileno en la tragedia, que costó la vida a 153
personas.
"Hay una persona fallecida que es don Juan José Soto Vargas,
ciudadano chileno que estuvo exiliado en Alemania", dijo al canal de
televisión el presunto cónsul chileno, que se identificó como Carlos
Montenegro.
El ministerio de Exteriores chileno aseguró después que no se había
confirmado la presencia de ningún chileno entre las víctimas y que
Carlos Montenegro no es el cónsul en Madrid.
Un funcionario de la Embajada de Chile en Madrid dijo hoy que no
tiene constancia de que hubiera alguno de sus nacionales en el avión
que se accidentó en Barajas.
Sin embargo, Juan José Soto Vargas, el chileno que el falso cónsul
en Madrid identificó como víctima en el accidente, sí existe y es el
protagonista de una curiosa historia.
Se trata de un ex agente de la policía secreta de Pinochet (DINA)
que reclamó los beneficios de exonerados políticos de la dictadura
(1973-1990) y que, ante las sucesivas negativas por no cumplir los
requisitos, presentó recursos de amparo y protección contra los
ministerios de Justicia e Interior.
Según registra el archivo Memoria Viva, administrado por el Proyecto
Internacional de Derechos Humanos , "este ex oficial de la DINA se
escondió en Alemania desde 1981, pero en mayo de 1989 apareció
solicitando asilo político en Suecia".
"Se estima que durante su estadía en Europa continuaba espiando a
los exiliados para entregar información a sus antiguos jefes", añade
el archivo.
Un mentiroso conocido en las redacciones de América
La última aparición pública de Juan José Soto, de 53 años, se
remonta a junio pasado en el diario "Hoy", de La Plata.
Según esa publicación, Soto dijo haber llegado a territorio
argentino haciendo dedo tras huir de la erupción del volcán Chaitén,
en el sur de Chile, y afirmó en una entrevista que sus pulmones
"están cargados de cenizas" y que "no recibimos ayuda
gubernamental".
Fuentes del rotativo platense señalaron al diario chileno " La
Tercera" que, "curiosamente, tras conocerse el accidente aéreo en
España, una persona que se identificó como cónsul de Chile en Madrid
llamó también a ese medio para anunciar que este chileno residente
en La Plata había muerto en Barajas".
Desde los años noventa, Soto Vargas se ha hecho conocido en las
salas de redacción nacionales e internacionales por sus noticias
falsas y suplantaciones de identidad.
Desde 1992 Juan José Soto transitó por Argentina, donde en 2007 fue
denunciado por las autoridades de Bariloche por pedir una audiencia
argumentando ser representante de Chile en materia de derechos
humanos.
A propósito de este incidente, el diario "Página/12" lo describió
como "un contador de historias que fue miembro de la DINA y que
arrepentido se refugió en Alemania. En 2001 solicitó refugio
político en Argentina, pero sólo se le concedió la residencia".
Antes, en octubre de 2006, apareció en " El Diario", de La Paz,
solicitando asilo político al gobierno boliviano.
"Soto Vargas exigió en 2004 al entonces gobierno del presidente
Ricardo Lagos que se devuelva a Bolivia su acceso soberano al mar,
lo que le costó dos años de prisión en la cárcel de San Miguel,
donde recibió torturas y maltratos", relató el periódico paceño,
sobre la base de las declaraciones del chileno.
Efectivamente, estuvo preso en Chile en esa fecha, pero en calidad
de imputado por el delito de lesiones contra la madre de cuatro de
sus hijos.
Fuente
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