EL ESTRÉS PUEDE
PROVOCAR DEPRESIÓN
Una de las hormonas que permiten a
la conexiones entre neuronas adaptarse en caso de estrés, puede, si
es segregada en una muy grande cantidad o durante mucho tiempo,
puede ser la causa de la depresión, según los trabajos con ratones
realizados por científicos franceses
Los trabajos, dirigidos por Laurent Groc,
del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) francés, y
Francis Chaouloff, del Instituto Nacional de Salud y de la
Investigación Médica (INSERM), fueron publicados este viernes por la
revista Nature Neuroscience.
Los mismos deben permitir a los científicos la identificación de
nuevos ángulos de ataque terapéuticos en las patologías
psiquiátricas como el estado de estrés post traumático o la
depresión. "Cuando nos vemos sometidos a un estrés, nuestras
glándulas suprarrenales segregan hormonas que van a actuar en todo
el organismo", recuerdan ambos investigadores en un comunicado.
Entre estas hormonas, el cortisol (corticosterona en los ratones de
laboratorio) permite adaptarse al estimulo modificando la intensidad
de transmisión de las sinapsis excitadoras, que representan más del
80% de las sinapsis con las que las neuronas se comunican entre
ellas.
Esta hormona "aumenta la movilidad de los receptores situados en la
superficie de las neuronas", lo que aumenta la plasticidad de las
sinapsis y permite a las conexiones sinápticas "adaptarse más
eficazmente a las demandas de la actividad cerebral", explican los
investigadores.
Por el contrario, si el estrés es de gran amplitud (de varias horas)
o reiterado, la secreción de cortisol en gran cantidad y de modo
durable reduce las capacidades de plasticidad de las sinapsis. Esta
hipersecresión, indican, se vuelve nefasta, "al punto que acelera el
envejecimiento y facilita la aparición de enfermedades como la
depresión".
Esto se explica, según los investigadores, por el hecho de que, en
este caso, esta hormona del estrés aumenta el número de receptores
movilizados a nivel de la sinapsis, disminuyendo sus posibilidades
de plasticidad. "De este modo, ahora se puede imaginar que en
algunos individuos sometidos a estrés importante, la falta de
movilidad de los receptores contribuye a la falta de adaptación",
subrayan los investigadores. (AFP-NA)
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