EXCUSAS PARA NO
TENER SEXO
A veces es duro decir la verdad, o
al menos eso piensan algunos cuando se sienten obligados a hacer uso
de esas excusas, que acaban convirtiéndose en clichés para ocultar a
sus parejas que no tienen la más mínima gana de hacer el amor
Bien porque temen hacer daño u ofender
al compañero, bien porque se han acostumbrado a zanjar la cuestión
con la frase rutinaria de turno, el caso es que eligen el camino de
la mentira a medias o piadosa para dar a entender al que busca juego
sexual que no hay nada que hacer por esa vez.
La más conocida sin lugar a dudas se remonta a tiempos inmemorables,
aquellos en que las mujeres aprendieron a excusar su indisposición
ante la llamada del marido y sus deberes maritales. Hablamos de la
frase tan manida de “lo siento, pero me duele la cabeza”, la cual
una vez era pronunciada dejaba claro, como si de una verdad absoluta
se tratara, que esa molestia era incompatible con poder participar
de un encuentro sexual. Pues bien, al final este pretexto va a
perder fuerza en los hogares cuyos protagonistas difieren en deseo
sexual, pues los últimos hallazgos en lo que a jaquecas se refiere
van a dejar a más de una sin argumentos.
Parece ser, según un estudio de la Universidad y Escuela de Medicina
de Wake Forest en Estados Unidos, que no todos los que sufren de
fuertes dolores de cabeza evitan tener relaciones sexuales. Los
investigadores encontraron que los adultos jóvenes con jaquecas
mostraban niveles más altos de deseo sexual. Resulta que tanto la
libido como la migraña se relacionan con bajos niveles de
serotonina, un neurotransmisor implicado en los estados depresivos.
Un exceso de esta sustancia en el cerebro puede estar asociado a una
disminución del deseo, y como las personas que padecen migraña
tienen los niveles de serotonina bajos, esto podría explicar que su
apetencia sexual fuese mayor.
Aunque sabemos que el deseo sexual es algo que depende de múltiples
variables no sólo físicas sino psicológicas, es significativo
descubrir cómo los que más soportan fuertes jaquecas son los que en
realidad más libido manifiestan. Si a esto le añadimos los hallazgos
efectuados en otro estudio científico que concluye que un orgasmo
equivale a dos aspirinas contra el dolor de cabeza, la mayor excusa
de la historia para no hacer el amor acabará por extinguirse.
Un grupo de científicos y especialistas en cardiología, ginecología
y urología franceses apoyándose en varias investigaciones
internacionales vuelven a subrayar que tener sexo regularmente es
más que beneficioso para la salud: disminuye el riesgo de infarto,
como si de un deporte se tratara; los masajes sobre los senos
liberan una hormona que juega un papel protector sobre el cáncer de
mama; eyacular cinco veces por semana disminuye la probabilidad de
padecer cáncer de próstata; y además, llegar al clímax hace que se
liberen las endorfinas, equivalentes naturales a los opiáceos como
la morfina, que son analgésicos de los más potentes en cuanto a
relajación. Así pues, tras escuchar esto, ten en cuenta que la
próxima vez que pronuncies lo de “no puedo, es que me duele la
cabeza” tal vez te contesten: “tengo el mejor remedio natural para
tu dolor”
Otra disculpa para dar calabazas al amante que llega con la
propuesta es la famosa sentencia de “no podemos, los niños pueden
oírnos, no estamos solos”, la cual encierra varias creencias
distorsionadas a la vez, ya que por un lado implica que los hijos
tienen que ser totalmente desconocedores de que sus padres mantienen
relaciones sexuales, y por otro, potencia la idea de que es
necesario que los progenitores esperen a que los niños no estén en
casa para poder tener sexo. Cualquiera de los dos esquemas
anteriores es cuando menos cuestionable, pues como en casi todo en
la vida entre el blanco y el negro hay muchos matices donde poder
elegir.
Para muchos niños observar a sus padres expresando cualquier tipo de
muestra física de cariño puede ser una conmoción, si los adultos no
se han permitido exteriorizar sus sentimientos de forma natural
cuando estaban delante de ellos. Es entonces cuando la relación
física y sexual de los progenitores se convierte en algo
completamente oculto, que acaba siendo objeto de conjeturas y
prejuicios. O bien crecen con el pensamiento de que los padres son
seres asexuales una vez que les trajeron al mundo, o bien el mensaje
que reciben es que la relación física de sus padres sí existe, pero
es una cosa embarazosa y vergonzosa que nunca hay que presenciar, y
de la que nunca hay que hablar.
Por lo tanto, los adultos, de vez en cuando, deberían abrazarse,
besarse en la boca apasionadamente o cogerse de la mano delante de
sus hijos, dejando claro con sus acciones que el amor es sexualidad
física y, al mismo tiempo, emoción y ternura, pues la estabilidad
emocional a largo plazo incluye la demostración física del afecto y
la intimidad sexual. Esto no significa que los niños tengan que ser
testigos directos de las relaciones sexuales, ni que los padres no
tengan derecho a su privacidad sexual, tan sólo se trata de no
mostrar tantas cohibiciones ni tabúes en torno al sexo. Se pueden
poner pestillos en las puertas y educarles en llamar antes de
entrar, pero lo que no tiene sentido es hacerles creer que en la
habitación de los mayores sólo se duerme, cuando ellos han nacido de
esos encuentros sexuales
Fuente
Compartir este articulo : | | | | |
|
|