VOLVERA EL DOLAR
A 3,20?
Tras la crisis entre el campo y el
Gobierno, que afectó durante casi 130 días a distintos sectores de
la economía argentina, uno de los temas que más atención acapara
entre los analistas, empresarios y exportadores, es cuál será el
valor del dólar durante los próximos meses
Esta incógnita cobra cada vez más
fuerza tras el inédito giro de 180 grados dado por el Banco Central
(BCRA) en su política cambiaria, iniciada a fines de marzo, que dejó
apreciar el peso.
En este contexto, si bien todos los economistas consultados por este
medio consideraron que recuperar el dólar desde los $3,05 actuales
es una decisión de política de la entidad -una variable
"imprevisible"-, coinciden en que dejar la cotización de la divisa
en ese piso significaría un cambio de modelo productivo y fiscal.
Sobre este punto, el presidente del BCRA, Martín Redrado, durante el
último seminario organizado por infobaeprofesional.com, dio algunas
pistas que no pasaron desapercibidas: explicó que para reestablecer
el escenario "base" monetario y financiero de marzo, que se vio
distorsionado por la fuerte demanda de dólares y el consiguiente
desajuste en la demanda de moneda doméstica, el banco apreció el
peso para brindar previsibilidad "hacia delante" y desarticular así
cualquier especulación del mercado sobre una posible devaluación del
peso.
Por último, Redrado se encargó de aclarar que "nuestro accionar, en
este sentido, finalizará cuando se restablezca el adecuado balance
en el mercado de moneda doméstica".
Todo indicaría que este escenario estaría cerca: en base a datos
preliminares, los depósitos en julio volvieron a crecer, según el
propio Redrado. A esto se suma el aluvión de u$s200 millones por día
que se esperan por liquidaciones de los exportadores.
El regreso hacia un nivel "lógico"
En este contexto, para los especialistas el tipo de cambio volverá a
los niveles precrisis. Sin embargo, se encargaron de aclarar que
esto es algo que recién se dará a fin de año.
Al respecto, Fausto Spotorno, economista de la consultora Orlando
Ferreres y Asoc., dijo que "al BCRA le va a llevar un tiempo; no irá
en seguida hacia el tipo de cambio alto. Por ahora, recuperará
reservas y mantendrá la paridad, mientras observa que el flujo de
divisas se mantenga estable. Y así, para fin de año, posiblemente se
vea un dólar más alto, de 3,20 pesos."
Por su parte, el analista de la consultora Joaquín Ledesma y
Asociados, Gabriel Caamaño Gómez, concidió en que, por ahora, el
Central dejará el tipo de cambio estable mientras la economía supere
este período de transición. Porque, si bien se derogó la resolución
125, sus considerandos describen que la situación no está definida.
A este cóctel, se suma que el Gobierno está por hacer retoques
impositivos y cambios de gabinete.
"El Central tiene que garantizar estabilidad en el medio de las
definiciones", dijo.
Y agregó: "Habrá que esperar que los productores liquiden los
dólares de las exportaciones de granos, que el Central recupere
reservas (ya perdió alrededor de u$s3.000 millones), inyecte
liquidez y baje la tasas de interés. Recién después de septiembre,
el Central tendrá margen para subir la cotización del dólar, para
terminar el año a los niveles precrisis, es decir, entre $3,15 y
3,20 pesos".
En lo que respecta a la influencia del sector exportador, Spotorno
sostuvo que las cerealeras y aceiteras, si el dólar se mantiene
bajo, probablemente esperen para liquidar divisas por sus
exportaciones, y ejercerán más presión sobre el Central para
subirlo.
El poder del Central
A pesar de todas estas variables, la entidad bancaria tiene mucha
autonomía y poder de fuego para determinar el tipo de cambio gracias
al nivel de sus reservas.
Al respecto, el economista de la consultora Finsoport Gustavo
Perilli explicó que "para estar en una situación de debilidad, el
BCRA tendría que perder unos u$s20.000 millones de reservas. Algo
que no va a pasar".
Por eso, la tarea pendiente es encaminar el tipo de cambio a $3,20 y
que ese sendero no sea inflacionario, según dijo Perilli.
En la misma línea, el economista de la consultora Econviews, David
Mermelstein, dijo que el BCRA tiene margen de maniobra para inyectar
pesos en el mercado para comprar divisas, lo que no generaría un
incumplimiento de metas, porque la política monetaria no fue "tan
expansiva en este último ciclo sino más bien contractiva". La meta
monetaria del M2 (el promedio de los medios de pago) se cumplió en
el piso, unos $2.200 millones por encima del límite inferior de la
banda establecida para el mes.
Inflación
En ese sentido, el Central tendría entonces posibilidades de elevar
el tipo de cambio y no acelerar la inflación, uno de los principales
temores que afecta a la economía.
Perilli aclaró que el BCRA podría elevar el tipo de cambio sin un
salto inflacionario, debido al menor crecimiento económico.
Al respecto, el analista explicó que por el menor ritmo de
actividad, la gente empieza a gastar menos, por el miedo ante la
fragilidad del empleo y de los últimos 120 días, se queda con los
pesos en la mano y no presiona al alza los precios.
Por otra parte, según Spotorno, que el dólar vuelva a niveles $3,20
significará un 5% para arriba, que no es un movimiento tan grande en
el nivel de precios. "Sobre una inflación superior al 20%, un 5%
sobre los productos importados y exportables, no es un gran
impacto", dijo.
Multilateral
En este contexto, otro de los puntos que genera interrogantes entre
los especialistas es el tipo de cambio real.
Si se tiene en cuenta los valores oficiales, el dólar bajo también
castiga al Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), que
disminuyó un 2,3% en junio último respecto del mes anterior. Es
decir, el peso se apreció en términos reales con relación a la
canasta de monedas de los socios comerciales que componen el índice,
según datos del BCRA.
"La disminución del ITCRM en el mes pasado es explicada
fundamentalmente por la apreciación real del peso respecto de las
monedas de los principales socios comerciales: el euro, el dólar y
real, dada la ponderación que los respectivos países tienen en la
conformación del índice agregado", explicó el BCRA.
Sin embargo, al tener en cuenta los valores de la inflación que
estiman desde el sector privado, esta variable ya está en torno a
$1,40-$1,45, según datos de la consultora Econviews. ¿Qué significa
esto? Que el tipo de cambio real está cercano a los valores pre-devaluación,
y es la razón por la que los industriales ya pusieron el grito en el
cielo por la pérdida de competitividad.
Y para fin de año, Raúl Ochoa, miembro del Consejo Académico de la
Fundación Standard Bank, calculó que el peso argentino se apreciará
a tal punto que quedará en apenas $1,65 respecto de la canasta de
monedas.
Al respecto, el economista jefe de la consultora Abeceb.com, Mariano
Lamothe, explicó que en términos reales, el peso se aprecia contra
el dólar y perdemos competitividad contra Estados Unidos. En tanto,
con el euro y el real, si bien perdemos competitividad por el alza
de costos porque la inflación local es cuatro veces superior a la de
nuestros socios comerciales, evitamos la pérdida de competitividad
porque esas monedas se apreciaron frente al dólar y el peso se
mantuvo relativamente constante.
Caamaño coincidió en que "el grueso de las exportaciones
industriales está concentrado en Brasil, Chile y la Unión Europea,
donde no tuvimos apreciación. Por eso el Central se dio el lujo de
dejar caer el dólar".
Dólar futuro
A pesar de que los expertos coinciden en que a fin de año, el dólar
trepará hasta los $3,20, el mercado de futuros refleja a diciembre
de este año un valor de 3,13 pesos.
Según explicó Mermelstein, el valor futuro del dólar se mantiene
bajo porque no se han emitido aún señales claras de política
económica, en tanto, el BCRA opera a futuro para no generar
expectativas de fluctuaciones excesivas. Pero el economista coincide
en que el tipo de cambio se acomodará suavemente en valores en torno
a 3,20 pesos.
Por otro lado, pensar en un tipo de cambio nominal más bajo
implicaría un cambio de modelo, porque el dólar alto:
* en el plano fiscal, favorece las exportaciones y la recaudación
por retenciones.
* en el plano productivo, permite a los industriales y agropecuarios
no perder competitividad respecto de sus socios comerciales
De este modo, el Central tiene poco margen de movimientos, según
explicó Mermelstein:
* Si deja caer el tipo de cambio, la avalancha de divisas por
exportaciones caerá y se perderá competitividad para los productores
y recaudación por retenciones.
* En tanto, las subas adicionales en el tipo de cambio más allá de
los valores anteriores (3,15-3,20) son inflacionarias.
Mismo dilema
La lluvia de divisas que provendrá de las liquidaciones de los
exportadores seguramente volverá a presionar a la baja el valor de
tipo de cambio.
Así, la política cambiaria volverá a cumplir el mismo circuito
anterior a la crisis: el Central comprará dólares para que no se
desplome aún más el tipo de cambio, recompondrá reservas, inyectará
pesos y esterilizará dicha intervención mediante la emisión de
letras y notas.
Caamaño explicó que el BCRA tiene margen para volver a ese juego
cambiario, porque durante el conflicto con el campo el Central no
renovó los vencimientos y el stock de letras se redujo, aunque
deberá convalidar una tasa superior para poder vender sus letras,
que el economista estima en seis puntos por arriba a la tasa que
pagaba el año pasado, que superaba el 10% a 90 días.
En tanto, Spotorno coincidió que la tasa de interés será más alta
por la demanda de pesos adicional de los exportadores que liquiden
divisas.
Según explicó Mermelstein, hay una correlación fuerte de las tasas
de las Lebacs con las de la economía. Por lo que el economista
adivirtió que no se verá una baja muy importante de las tasas de
interés, porque con una inflación del 25%, las tasas suben para no
volverse negativas. "En el mediano y largo plazo el mercado te
impone el equilibrio", concluyó.
De este modo, pasada la tormenta, los especialistas coinciden en que
el dólar volverá a los $3,20. Sin embargo, esto se dará siempre y
cuando las "variables ocultas" no se muevan en sentido contrario.
Esto es, que el contexto "K" sea favorable y que no renazca en el
Gobierno -tal como se rumoreó tiempo atrás- la idea de seguir
aleccionando con un dólar bajo a los industriales, señalados como
jugadores "tibios" ante la mirada oficial en la cruzada contra el
campo.
Verónica Dalto
© infobaeprofesional.com
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