El debut sexual
de los adolescentes está dejando de ser un acto íntimo
Es porque ahora muchos chicos
sienten la necesidad de mostrar en la Web todo lo que hacen. La moda
de la popularidad y sus riesgos
El debut sexual subido a la Web y
difundido por celulares ya se convirtió en un tema de debate que
preocupa a padres y expertos. Tanto, que el 18 de noviembre, el
Consejo de Medios -representado por las cámaras de los medios de
comunicación del país-, discutirá el uso que los adolescentes hacen
de los medios en el Ministerio de Educación de la Nación.
El último caso de un debut sexual colgado en YouTube se conoció la
semana pasada y desató
un escándalo en Villa Carlos Paz, Córdoba. Se veía a un chico de 12
años practicándole sexo oral a otro. También en octubre, se divulgó
un video en Paraná, Entre Ríos, en el que se exhibía a una pareja de
15 haciendo lo mismo en el baño de una estación de servicio. Fueron
amonestados por su colegio porque tenían el uniforme.
Para Andrea Gómez, psicóloga especializada en sexualidad y miembro
del Centro Latinoamérica de Salud y Mujer (CELSAM), el factor que
marca esta conducta adolescente es reflejo de lo que reciben y
aprenden de la sociedad. "Transitan un cambio emocional y físico en
el que buscan una identidad -explica-. Es un proceso en el que la
mirada de los otros es fundamental porque necesitan sentirse
aceptados y formar parte de un grupo". Hugo Marietan, médico
psiquiatra de la Asociación Argentina de Psiquiatras, coincide: "Es
una moda de las nuevas tribus urbanas (floggers, emos, reggaetoneros,
entre otras) pero se destaca en los floggers porque su lema es 'lo
mío le pertenece a todos'. Buscan popularidad porque es una forma de
conseguir la aceptación entre sus pares que hacen lo mismo". Por
eso, agrega, los adolescentes tienden a ser impulsivos, a actuar sin
reflexionar. "Es que vivimos en la cultura del 'todo ya y ahora' por
la inmediatez de las tecnologías", argumenta Gómez.
Otros especialistas opinan que esta tendencia involucra también a
las viejas tribus y a chicos que no integran ninguna. Y apuntan a la
influencia de los medios y a la falta de límites de los padres:
"Estamos en una sociedad exhibicionista. Todo está hipererotizado.
Los chicos comparten con su familia o amigos programas de televisión
con escenas que deberían ser privadas o que no deberían ver", dice
Alejandra Landoni, psicóloga y titular de la Asociación Prisma.
Gómez lo enfatiza: "Si la sociedad les dice que para ser exitoso hay
que mostrarse, los chicos siguen ese camino y no toman conciencia de
cuánto se exponen. Es posible que lo que los demás digan y vean
sobre ellos les afecte. Y con el tiempo, les importará mucho más"
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