Un estudio científico demostró que el dinero
sí hace a la felicidad
Así lo
comprobaron expertos en una investigación de calidad de vida y
satisfacción en los 27 países de la Unión Europea. No obstante, la
riqueza no implica automáticamente alegría de vivir y otros
factores, como el entorno social y la salud, también contribuyen a
este sentimiento, indicó el trabajo
El dinero hace feliz, pero mucho
dinero no implica automáticamente la felicidad, según comprobaron
expertos en una investigación de la calidad de vida y satisfacción
en los 27 países de la Unión Europea (UE), que fue presentada este
miércoles en Bruselas.
El estudio demuestra que otros factores, como el entorno social y la
salud, también tienen un papel importante en la felicidad y la
satisfacción de vivir.
Los europeos más felices fueron los daneses y finlandeses, según la
encuesta representativa realizada a más de 30.000 ciudadanos.
En tanto, los húngaros y los búlgaros se colocaron en la parte más
baja de la escala de felicidad.
Alemanes, eslovacos y checos están en el medio de la tabla, mientras
que los franceses, británicos y españoles son un poco más felices
con su vida. En cambio, los polacos, austríacos y ante todo los
italianos se manifestaron más infelices.
"Los países con altos ingresos tienen muy buenos resultados al ser
consultados sobre satisfacción en la vida", dijo Branislav Mikulic,
de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y
Laborales (Eurofound).
Sin embargo, la felicidad y la satisfacción no crecen al mismo ritmo
que la cuenta bancaria: "Cuando se alcanza un cierto nivel de
ingresos, el dinero no tiene ya ningún papel en el aumento de la
calidad de vida".
Como ejemplo, Mikulic mencionó a los países nórdicos, donde las
personas encuestadas dieron una respuesta similar en cuanto a
felicidad, pese a que pertenecían a diferentes niveles de ingresos.
Los daneses, finlandeses y suecos, así como holandeses igualmente
felices, sostuvieron que son muy escasas las tensiones entre pobres
y ricos en sus respectivos países. En cambio, esta diferencia entre
ciudadanos ricos y pobres se registra con mayor intensidad en países
como Alemania, Francia, Polonia y Austria.
Ante todo en los países que ingresaron en la UE en 2004,
comparativamente muchas personas no pueden adquirir las cosas más
simples.
En la mayoría de los países nuevos de la UE, más del 15 por ciento
de los consultados tienen poco dinero como para calefaccionar su
vivienda o comer al menos una vez cada dos días una comida caliente
con pescado o carne. Los más pobres sostienen que su vida familiar
también es más difícil.
Por otra parte, gran cantidad de ciudadanos se sienten enfermos. "No
son muchas las personas en la UE que consideran que su salud es
buena", dijo el experto Robert Anderson.
Sin embargo, la familia y la salud son los factores más importantes
para estar satisfechos en la vida.
Algunos europeos se quejan de la contaminación del aire y el ruido,
así como de las tensiones étnicas o la criminalidad.
Pese a los problemas, la mayoría de los europeos se manifestaron
optimistas respecto del futuro en el momento de la encuesta, que se
realizó entre septiembre de 2007 y febrero de 2008. Sólo en Hungría
son mayoría los pesimistas.
En marzo, Eurofound tiene previsto presentar un análisis completo de
la encuesta, que también incluirá comparaciones con un estudio
similar realizado en el año 2003
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