LA SEXUALIDAD EN
LAS NUEVAS TRIBUS URBANAS
Son la "Generación B", que expresan
su bisexualidad abiertamente. Las chicas tienen aspecto de chicos y
ellos de chicas. Para algunos expertos es más una moda que una
actitud definitiva frente al sexo. Y que en el futuro puede cambiar
Pá, tengo un problema: me gustan las
chicas y los chicos", dice que le confesó. David C. (18 años),
recién llegaba a su casa en Caballito. Había estado en "la Plop",
una fiesta que organizan en el Teatro Fénix en Flores, al que las
nuevas tribus urbanas suelen ir los viernes y sábados. Es la última
"onda".
Cuenta que esa noche se "chapó" a tres mujeres y a dos varones. "No
fue la primera vez, pero fue récord", bromea. Y vuelve: "¿Qué me
dijo mi papá? Se quedó callado. Se lo fue a contar a mi mamá y no me
hablaron por una semana.
Después, me dijeron que si a mí me hacía feliz, estaba todo bien".
David es uno de los tantos adolescentes de las nuevas tribus urbanas
de entre 14 y 18 de años de la "Generación B", que se define como
bisexual o que admite que "le da lo mismo, que besa o 'curte' con la
persona que le atrae sin importar su sexo". Clarín lo comprobó
charlando con chicos floggers y recorriendo los boliches gay
friendly y otros igualmente permisivos, donde -dicen- experimentan
esa curiosidad que sienten por tener relaciones sexuales con una
persona del mismo sexo y del opuesto.
Los expertos coinciden en que está más de moda expresar la
bisexualidad que el ser bisexual. Tanto, que el 18 de noviembre la
Comunidad Homosexual Argentina (CHA) presentó una guía de consejos
para "salir del closet" en el Colegio Nacional Buenos Aires. Lo
organizó la comisión de diversidad del Centro de Estudiantes.
Para los adolescentes de las nuevas tribus, los tabúes no existen.
No hay blancos ni negros. Y todos aseguran que cada vez son más los
chicos y las chicas que confiesan su bisexualidad y la viven con
naturalidad, sin miedos ni prejuicios. Y hasta se animan a decirle a
sus padres, que, a su vez, hacen un mayor esfuerzo por entender. O
al menos, eso dicen los chicos.
Adriana Arteaga, psicóloga del equipo de sexualidad adolescente
EPSYCO, afirma que la bisexualidad no es un enfermedad. "No hay
estudios científicos que lo comprueben. Tampoco se sabe si es
genético o psicológico". Y explica porqué: "Es una condición natural
del hombre". Isabel Boschi, presidenta de la Federación Sexológica
Argentina, lo detalla: "Las dudas sobre la sexualidad existieron
desde siempre con marcas de la época. Sólo que ahora se ven más con
las nuevas tribus porque son más libres para hablar de su
sexualidad. Con una marca posmoderna, y una sociedad más permisiva.
Estos chicos no están confundidos. Prueban y juegan. Es ensayo y
error. Llaman la atención. Son las nuevas actitudes revolucionarias
del adolescente".
Daniel Jones, investigador del grupo de estudio sobre sexualidad del
Instituto Germani, también habla de una revolución, pero sexual y
futura. "Los chicos se animan a expresar una sexualidad distinta en
la medida que hay mayor disidencia. Dicen bisexuales para la mirada
de los adultos, que necesitan un nombre porque no entienden. No pasa
sólo en las tribus urbanas". Para Alejandra Landoni, presidenta de
Asociación Prisma, está potenciada por las nuevas tribus porque
expresan mucho su androginia. "Ellas parecen chicos: usan ropa
holgada, pelo corto y no les importa cuidar su peso. Y ellos parecen
chicas: son muy delgados y usan ropa ajustada, pantalones chupines,
remeras al cuerpo, el pelo largo planchado y usan cremas y se
maquillan porque les importa el cuidado de la piel", describe.
Hugo Marietan, psiquiatra de adolescentes, dice: "Es por apariencia
o curiosidad no porque les guste estar con una chica o un chico.
Después es muy probable que se arrepientan". No es el único que mira
a futuro. Jones asegura "que las chicas se animen a explorar más
allá de la heterosexualidad no significa que la bisexualidad y la
androginia sean el destino de estos jóvenes. No todos los
adolescentes y jóvenes que mantienen relaciones sexuales con
personas del mismo sexo son gays o lesbianas".
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