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Se suicidió el
'Malevo' Ferreyra
El polémico ex comisario se
disparó en la cabeza frente a su familia cuando Gendarmería llegó a
su casa para aprehenderlo. Estaba acusado por crímenes de lesa
humanidad cometidos durante la última dictadura
El ex comisario tucumano Mario
'Malevo' Ferreyra, quien estaba prófugo de la justicia federal en
una causa por desaparición de personas durante la dictadura, murió
hoy de un balazo en la cabeza, que según los primeros informes se
disparó él mismo.
Ferreyra, de 63 años, se encontraba recluído desde hace diez días
con su esposa y su hijo de 11 años en su casa de la localidad de San
Andrés, en la zona este de Tucumán, luego de que el juez subrogante
Daniel Bejas ordenara su captura.
Esta tarde, efectivos de Gendarmería Nacional llegaron a buscarlo a
la vivienda por orden del juez, pero el ex comisario se resistió a
ser nuevamente detenido y, según fuentes ligadas al caso, 'se pegó
un tiro' en la cabeza.
Ferreyra fue llevado de urgencia por los gendarmes al Centro de
Salud Zenón Santillán, en la capital tucumana, donde ingresó a las
16.35 ya fallecido, dijeron fuentes médicas.
El director del hospital, Ricardo Figueroa, sostuvo que el cuerpo de
Ferrerya estaba 'en la morgue del hospital, vigilado por
Gendarmería' y destacó que también algunos familiares y allegados al
ex comisario se acercaron esta tarde hasta el centro de salud.
María Arraguada, mediadora de la Corte tucumana, lamentó en diálogo
con la prensa la rapidez del accionar de Gendarmería porque dijo que
un abogado 'logró dialogar con él' antes del ingreso de los
gendarmes.
La funcionaria judicial manifestó que luego de hablar con Ferreyra,
que se había atrincherado en un tanque de agua de la casa, iba junto
al letrado 'caminando para encontrarnos con Gendarmería, pero
irrumpen los gendarmes por la tranquera y a la carrera'.
'Les dijimos no entren, no entren y a los minutos se escuchó el
disparo', explicó.
El ex jefe de la Brigada de Investigaciones de la Policía de Tucumán
encabezó entre 1989 y 1990 autoacuartelamientos policiales en
reclamo de mejoras salariales y laborales, en 1991 denunció a toda
la cúpula de la institución por corrupción, tras lo cual fue
separado de su cargo.
Luego fue sometido a un juicio oral y público por distintas
irregularidades cometidas en su función y en 1993 fue condenado a
prisión perpetua por un triple homicidio en una aparente simulación
de fuga en el paraje Laguna de Robles.
Ferreyra protagonizó el día en que se leyó la condena una fuga desde
los Tribunales para refugiarse en el monte.
Durante de su detención en el penal de Villa Urquiza protagonizó
nuevas protestas, se casó y tuvo a su hijo.
Años atrás logró la libertad condicional.
Hace una semana el juez federal Bejas ordenó su captura para que
responda sobre las actividades que desempeñó durante la dictadura en
vinculación con el centro clandestino de detención del ex Arsenal
Miguel de Azcuénaga.
'No tengo nada que ver. Que investiguen, que vayan a los lugares,
que busquen. Si miento, que me fusilen', dijo el ex comisario al
diario La Gaceta.
Además, sostuvo que detrás de la causa que busca conocer el destino
de desaparecidos que estuvieron detenidos en ese centro clandestino
hay intereses económicos, porque los deudos 'cobran 250.000 pesos
por cada preso o desaparecido'.
'Hay dos mujeres en esto, (la jueza) Alicia Noli y (abogada de los
organismos de Derechos Humanos) Laura Figueroa. Supe que Figueroa
cobra una parte', denunció Ferryera.
Asimismo, advirtió: 'Las hago responsables de lo que me pase a mí o
a mi familia'.
Ferreyra anticipó que no iba a presentarse ante el juez y sostuvo:
'Me declaran prófugo, y aquí estoy. Si viene Gendarmería, que me
acribille; ya no me interesa'.
'Los jueces no son Justicia, sólo la administran, pero son humanos',
remarcó en la entrevista