EL AUGE DEL
CIBERSEXO
Ni refugio para raros, solitarios o
tímidos ni, como cantan 'Las Supremas de Móstoles', un 'veneno sin
igual'. Internet es para muchos hombres y mujeres una herramienta
más que útil para ligar, encontrar pareja o disfrutar de una
sexualidad más lúdica e imaginativa. Es la hora del cibersexo
Internet, escribe Elisabeth G. Iborra
en su libro 'EnRedadas' (Somoslibros), es ya 'uno de los canales más
socorridos y permanentemente disponibles al alcance de la mayoría
para ligar', y pone en bandeja 'la libertad de decir o practicar
aquello que fantaseas con llevar a cabo pero no te atreves por culpa
de miedos, pudores, complejos, timidez, temor al juicio ajeno,
represiones, prejuicios o creencias inculcadas'.
Sin olvidar, advierte, la parte negativa que supone 'la tentación de
caer en el abuso y convertirse en un adicto que recurra al cibersexo
de modo compulsivo e incontrolado, hasta perder el contacto con su
entorno real y relegar facetas imprescindibles para el desarrollo
personal (familia, amigos, pareja...)'.
Los datos hablan por sí solos del auge del cibersexo. En marzo
pasado, según Nielsen, empresa de servicios de información e
investigación de mercados, las webs más 'calientes' que proliferan
en la Red sumaron en España más de ocho millones de usuarios, frente
a los más de seis del mismo mes de 2008.
Más hombres que mujeres -60% frente a 40%- acuden a día de hoy a
este 'bar gigante en el que es posible conocer a muchísima gente',
como lo define Ana Díaz. 'No nos sentimos identificados con la
palabra cibersexo, pero sí es cierto que el objetivo final de
cualquier persona que recurre a nuestro portal es tener un encuentro
físico'.
'Somos un país todavía tradicional en el cortejo. El hombre tiene
que acercarse a la mujer para conocerla, lo contrario que ocurre en
Internet, pero las cosas están cambiando a pasos agigantados',
afirma la directiva de Match.com.
Sus clientes tienen mayoritariamente estudios universitarios, un
poder adquisitivo medio o alto, son urbanos, de entre 30 y 45 años,
solteros (el 70% nunca ha estado casado), sin hijos (74%) y con un
único deseo en el 80% de los casos: encontrar 'una relación seria' a
largo plazo.
Iván Rotella, portavoz de la Asociación Estatal de Profesionales de
la Sexología, es partidario 'sin dudas' del cibersexo, 'una
herramienta más - para lograr una sexualidad satisfactoria y
placentera. Estimula la imaginación y puede ser un complemento más
en las relaciones de pareja'.
"Es una cuestión de medida, ya que un uso desmedido puede crear
adicción"
Ruptura de la soledad
En opinión de Rotella, sentarse ante el ordenador a la búsqueda de
sensaciones y conocimientos nuevos en materia de sexo 'invita a
romper la soledad y a muchas personas -dice- les permite salvar
trámites que en la calle, en la vida real, pueden costar toda una
vida. Facilita la comunicación, conocer a personas afines de forma
mucho más rápida'.
Vega Arranz, psicóloga y sexóloga, también encuentra 'positivo' el
cibersexo. 'Como todo en la vida, es una cuestión de medida, ya que
un uso desmedido puede crear adicción. En materia de sexualidad,
Internet -continúa- ha abierto muchas posibilidades, por su
accesibilidad. Permite desarrollar fantasías, explorar otros mundos
de manera placentera....Se ha convertido en un juguete erótico más
que ayuda a desinhibirse, a llevar nuestra sexualidad más allá'.
Por su consulta, asegura, no han pasado todavía muchos adictos al
sexo en la Red, ya que se trata de un fenómeno 'aún reciente', si
bien advierte que hay casos que lo que esconden 'pura y simplemente
es un sentimiento de culpa, no una adicción propiamente dicha'. 'Ese
sentimiento, en éste y otros muchos placeres de la vida, nos hace
mucho mal', recalca.
Ventajas y riesgos
Francisco Alonso-Fernández, catedrático emérito de Psiquiatría y
Psicología Médica por la Universidad Complutense y autor del libro
'Las nuevas adicciones', habla del cibersexo como de 'una de las
grandes manifestaciones del narcisismo del hombre moderno', y
considera que contribuye al aislamiento, 'a la soledad'.
'No seré yo quien ponga en tela de juicio las ventajas de la Red,
que son muchas e importantes, pero esas ventajas llegan acompañadas
siempre de ciertos riesgos. Y en el caso del cibersexo, de una más
que posible adicción'.
Según sus estimaciones, más del cincuenta por ciento de los adictos
a Internet 'son adictos al cibersexo', un mundo 'que engancha'. 'Es
una realidad -continúa- no auténtica, virtual, que provoca gran
atracción en personas que frente al ordenador se sienten más libres.
Su potencialidad adictiva es grande, de ahí la necesidad de la
prevención en su uso'.
Este sería el caso de ese hombre 'enfermo' del cibersexo al que 'Las
Supremas de Móstoles' se refieren en su canción. Un hombre que se
pasa el día 'pegado a la pantalla' de su 'persé', que pone los
cuernos a su pareja 'con el disco duro, la pantalla y el ratón',
'haciéndole el amor a una tal Pamela dentro del ordenador'.
'Tu ya no me quieres, yo ya no te hago falta, que el amor internauta
es un veneno sin igual', se lamentan las tres rubias y maduritas
mostoleñas en su éxito musical de hace ya varios veranos
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