QUE HACES ANTE
LOS COMPLEJOS CON EL CUERPO?
Cuando los complejos con el cuerpo
afloran en la intimidad
Tener sexo o complejos ¿qué preferís?
O me saco los rollitos o me meto a monja ¿lo escuchaste alguna vez?
TXT "No no, no puedo ahora", me dijo Claudia con cara de puchero,
"así no puedo". Claudia cree que tiene rollos, que si el hombre que
quiere acostarse con ella (porque sepámoslo, hay un señor que la
desea) la ve desnuda saldrá corriendo, espantado. Mientras piensa
que va a defraudar a su potencial amante, Claudia se pasa el día
frente al espejo.
Mmmmm sospechoso, Watson, ¿usted qué piensa? Como sea, Claudia, que
es una densa obsesiva y le encantan las listas, me pidió que
fabrique para esta columna una lista de estrategias para disimular
lo que menos nos gusta de nosotros mismos. "Por el bien de la
humanidad", alegó.
Encontró en la web un inventario de posiciones del Kama Sutra que,
siempre y cuando podamos estirarnos con cierta facilidad, viene a
darnos una manito para hacer parecer que si sobra no está y si falta
no nos damos cuenta. "Eso es una cosa útil, ¿ves?", me miró con ojos
de esperanza. Pero no me pareció bien.
Con los asuntos de la autoestima pasa esto: solemos inflar los
defectos y desinflar las virtudes. Además, quién puede decir qué
cotiza más ¿la estría sobre la cadera izquierda mata delantera es-pec-ta-cu-lar?
¿pancita rolliza dice hundido a un buen par de bíceps marcaditos?
¿piedra, papel o tijera?.
La cotización de los defectos y virtudes a la hora de la desnudez no
aparece en ninguna pizarra pública, pero todos especulamos. Les voy
a contar lo que le dije a Claudia: vos andás tan preocupada por tus
rollos que te la pasás todo el día mirándote al espejo, ¿no será que
te gusta tu cuerpo más de lo que vos pensás? No sé si entendió, pero
se fue enojada. Espejito, espejito...
Amigo acomplejado, antes de que desarrolles extraordinarias
capacidades para aguantar la panza adentro el tiempo que sea
necesario, te propongo una opción revolucionaria: ponele el pecho a
miedo y confesale a tu pareja cuál es tu complejo. Seguro que el
otro te va a mirar y te va a decir ¿qué cosa?, nunca lo había
notado. Adianchi. El que no arriesga no gana
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