FOTOS EROTICAS
POR CELULAR
Cada vez son más los adolescentes
que realizan esta práctica: sacarse fotos a través de
celulares luego subirlas a la red. ¿Cuáles son las consecuencias de
este nuevo hábito?
Casi en forma mensual, una nueva
palabra -generalmente en inglés y terminada en ing- aparece para
denotar una nueva moda que se propaga a través de los medios
virtuales y/o las diferentes formas para la comunicación que existen
en la actualidad.
En este caso, llegó la hora del sexting: enviarse fotos y mensajes
eróticos a través de teléfonos celulares.
Según la asociación Prevención de Embarazos entre Adolescentes, un
20% de los jóvenes de entre 13 y 17 años mandó alguna imagen o video
suyo desnudo, semidesnudo o en alguna situación sexual.
Sin embargo, según especialistas, las secuelas de una acción tan
fugaz pueden ser tan desagradables como duraderas.
Lo que se envía a través de estos medios o se sube a la Web escapa
totalmente del control personal y puede ser usado para cualquier
fin. El mayor problema se encuentra entre los menores de edad,
quienes están totalmente desprotegidos y pueden ser usados por
adultos para los fines más perversos.
El sexting suele ser realizado por adolescentes o jóvenes que no
tienen reparos en enviar imágenes de sus propios desnudos. Lo más
preocupante entre los mayores es que, por lo general, los chicos no
son conscientes de las consecuencias que puede traer este tipo de
prácticas. Ellos lo ven como algo ingenuo y divertido.
Un ejemplo es del de una chica de 13 años, hija única de padres
divorciados que pasa varias horas frente a la PC. Un día su papá
descubre que la niña se dedicaba a chatear con un amigo –según ella-
de 16 años con quien había establecido una relación virtualmente
íntima y que por pedido de él, le había enviado imágenes desnuda a
través de la Web Cam. Ella sabía que posiblemente ese chico no era
quien decía ser pero -según su padre- no parecía afectarle.
En otros casos, ex novios despechados sacan fotos o filman a quien
fuera su chica durante un encuentro sexual y, después del corte,
envían esas imágenes al resto de los chicos de su división, barrio,
o pueblo.
Es importante prestar atención acerca de qué es lo que filmamos,
colgamos, y/o enviamos por cualquiera de estos medios. Tener en
cuenta que todo lo que subamos a Internet o enviemos mediante
mensaje deja de ser propio para transformarse en material a
disposición de quien desee verlo o utilizarlo para lo que tenga
ganas.
Fuente consultada: soitu.es
Por: Analía Sánchez http://www.ciudad.com.ar
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