SOR ANNA
Una bailarina especializada en
lap-dance que animaba las noches milanesas y se
convirtió después en monja bailará el próximo día 7 en la
Basílica romana de Santa Cruz de Jerusalén, en un acto presidido por
el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el arzobispo
Gianfranco Ravasi
El diario La Repubblica publica
hoy la entrevista a sor Anna Nobili, de 38 años, ex bailarina que
reconoce que "estaba tirando una vida con el alcohol y el
sexo, sin amor verdadero" hasta que a los 25 años visitó la
ciudad natal de San Francisco, Asís, donde sintió la llamada
de Dios.
"Tenía 25 años y bailaba desde los 18. Después en Asís, delante de
la Iglesia de Santa Clara, sorprendida por el cielo, por los
colores, por la paz, me puse a bailar entre el estupor de la gente",
explicó.
Cuando regresaba en tren a Milán sintió que "Dios estaba
dentro de mí. Había renacido, estaba transfigurada", dijo
sor Anna, vestida con sus hábitos de las Monjas Obreras de la Santa
Casa de Jerusalén, tras haber hecho votos perpetuos el pasado mes de
septiembre en la catedral de Palestrina, en las afueras de Roma.
Sor Anna reconoce que es una afortunada ya que, lejos de
recriminarle su antigua actividad, el obispo de Palestrina, Domenico
Sigalini, le ha encargado enseñar danza sacra contemporánea
en el centro pastoral juvenil de la diócesis.
"Un trabajo que desarrollo con pasión y entusiasmo porque puedo
llevar a tantos jóvenes, chavales, niños, a una camino de fe
y de búsqueda artística en el mundo fascinante de la danza que llevo
siempre dentro de mí", explica.
Con el mismo entusiasmo, sor Anna bailará ante obispos, cardenales y
feligreses en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén donde se
celebrará el acto biblio-teológico presidido por el arzobispo
Gianfranco Ravasi, considerado el ministro de Cultura de la Santa
Sede, que bendecirá la Capilla de la Palabra y presentará el libro
"la Biblia de Día y Noche".
Porque para sor Anna "rezar con el cuerpo" es su
objetivo, "entramos así en sintonía con la Palabra de Dios. Justo
como enseña San Pablo cuando dice que el cuerpo es el templo del
Espíritu Santo".
La superior de las Monjas Obreras de la Santa Casa de Jerusalén, sor
Paula, confirmó a Efe la historia de sor Anna "aunque los
medios de comunicación a veces exageran, pero sí, era una bailarina
de discoteca", y aseguró que la monja danzará en la basílica romana
de Santa Cruz de Jerusalén.
"Después de una bella conversión, sor Anna es ahora una
monja santa que ama muchísimo al Señor", dijo.
"Además ha creado una escuela que se llama Holy Dance (Danza Sacra)
por la que ayuda a los niños a hacer la catequesis a través de la
danza", concluyó.
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