Preocuparse puede generar recuerdos de cosas que nunca sucedieron
¿Cuántas veces le han dicho a
usted que, ante un problema, mejor que preocuparse es ocuparse? ¿Y a
razón de cuántos minutos de su vida pasó angustiándose por lo que
podría suceder si... ?
(www.neomundo.com.ar) ¿Cuántas veces le
han dicho a usted que, ante un problema, mejor que
preocuparse es ocuparse? ¿Y a razón de cuántos minutos de
su vida pasó angustiándose por lo que podría suceder si... ?
Ahora, habría una explicación científica para
hacerle caso al consejo o, al menos, tratar de hacerlo. Y para
intentar ignorar aquél extendido sueño de caerse en un escenario
antes de recibir un premio, el título de graduación, o ese otro en
el que uno olvida hasta su nombre antes de un examen...
Y es que estudios llevados a cabo en la Universidad de
Wisconsin-Madison (Estados Unidos) indican que el sólo hecho de
anticiparse a o de preocuparse por algo que va a ocurrir hace que
esta experiencia se grabe en el cerebro con la misma intensidad que
un recuerdo negativo real, incluso antes de que ocurra.
Más al grano: que por el mero hecho de preocuparse usted está
corriendo el riesgo de convertir esa aprensión en un recuerdo de un
hecho que todavía no pasó.
De acuerdo con un ensayo publicado en la reconocida revista
Proceedings of the National Academy of Sciences , cuando algo
le preocupa a una persona se activa un circuito del miedo que
amplifica el temor a volar o a hablar en público y condiciona así el
comportamiento futuro de dicha persona.
Kristen Mackiewicz, cabeza del equipo que realizó la investigación
científica analizando qué sucedía en el cerebro de voluntarios por
medio de técnicas de resonancia magnética, explicó que el estudio se
hizo para tratar de entender más y mejor la formación de recuerdos
en casos de estres postraumático y aplicar tratamientos más
apropiados.
Todos sabemos por experiencia propia que los hechos emocionalmente
más perturbadores, como una agresión, un accidente o la muerte de un
ser querido, quedan marcados en la memoria con mucha mayor
profundidad que los acontecimientos cotidianos.
Fue estudiando este fenómeno, que los expertos descubrieron que el
sólo hecho de anticiparse a una situación angustiante, temida o
claramente mala puede activar dos regiones cerebrales relacionadas
con la formación de recuerdos, incluso antes de que dicha situación
se produzca.
Una persona que tenga miedo de hablar en público o de volar en avión
sentirá ansiedad cada vez que se enfrente a estas situaciones. De
acuerdo con los resultados obtenidos en Wisconsin-Madison, cuanto
más tiempo pase alguien pensando en esas situaciones posibles o
futuras, más fuertemente grabado en su cerebro
quedará dicho acontecimiento, con lo cual más temor y aprensión y
preocupación sentirá el individuo la próxima vez que tenga que
exponer en público o subirse a un avión.
De manera que la anticipación a una situación
angustiante pone en marcha en el cerebro un circuito de miedo que,
al mismo tiempo, ayuda a reforzar viejos recuerdos y acentúa la
grabación profunda de los nuevos.
Los investigadores tienen la esperanza de que, al descubrir qué
regiones del cerebro participan en esta reacción, las personas que
sufren algún tipo de desorden post-traumático no se vean invadidas
continuamente por recuerdos espantosos de hechos que, en realidad,
nunca ocurrieron.
Sabiendo dónde se da dicha fijación cerebral, podría
desactivarse esa respuesta hiper negativa, eliminando la
propensión a que esas personas recuerden tan fácilmente los
recuerdos negativos.
Esta solución podría aplicarse sobre todo en el caso de desórdenes
de estrés post-traumático y de ansiedad social, que
suelen producir en quienes los padecen desagradables recuerdos
intrusivos o retrocesos en el tiempo, generando una cíclica
rememoración de los hechos traumáticos
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