Ejecutan de un balazo en la nuca a un pedófilo en
la plaza de la ciudad
Advertencia: las
imágenes pueden herir la sensibilidad del lector
Fue la caminata más larga de su vida,
aunque haya sido desde la cárcel hasta la plaza central de la ciudad
donde vivía. Después de ser declarado culpable por la violación y el
asesinato de un chico de 11 años, Yahya Hussein al - Raghwah fue
ejecutado frente a sus vecinos de Sana'a, la capital del país árabe
de Yemen, según informa el sitio Daily Mail.
Sólo un mes antes, al - Raghwah habría admitido ser el autor del
crimen de Hamdi al - Kabas, asesinado en diciembre del año pasado.
El chico había entrado en la peluquería de al Raghwar para cortarse
el pelo, y terminó siendo atacado, violado, asesinado y
descuartizado. La policía yemení encontró sus restos en las afueras
de la capital.
La sentencia de muerte para al - Raghwar fue dictada por la Justicia
yemení un mes después de que el hombre supuestamente confesara ser
el autor del crimen, y se cumplió finalmente ayer, a la vista de los
vecinos de la ciudad. Cada año, oficiales del ejército del pequeño
país árabe ejecutan a unas 13 personas.
En este caso, al - Raghwah fue llevado esposado desde la cárcel
donde se encontraba hasta el centro de la ciudad, donde se
encontraba la "alfombra ceremonial", sobre la tierra. Vestido de
blanco, el hombre hizo sus últimas oraciones y después se acostó
boca abajo sobre la alfombra.
El oficial que ejecutaría la sentencia se encargó de rasgar su
camisa en la espalda. Con un sólo disparo cumplió la sentencia que
momentos antes había leído en voz alta un funcionario público.
Una extraña mezcla entre costumbres arcaicas y hábitos modernos
logró una dicotomía de imágenes en los momentos finales de al -
Raghwar: por ejemplo, mientras algunos vecinos lo insultaban con los
puños en el aire, otros filmaban la escena con su celular.
También había chicos entre la multitud, lo que recuerda más a los
suplicios medievales que a la ejecución de una sentencia de muerte
como las que se llevan a cabo en otros países (en Estados Unidos,
por ejemplo, se realizan dentro de las cárceles, con una inyección
letal y frente a un reducido grupo de "testigos", y no "público").
Esta fue la novena ejecución en el país árabe en lo que va del año,
y organismos de Derechos Humanos como Amnesty Internacional dudan si
el hombre recibió un juicio justo. Al parecer, él se habría
declarado culpable, pero todavía no quedaría claro en qué
circunstancias.
Pero Yemen es un país árabe musulmán regido por las leyes de esa
religión, donde la familia de las víctimas pueden elegir entre
perdonar al asesino a cambio de un pago, o de manera gratis, o pedir
su ejecución, como en éste caso.
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