Una familia argentina, atrapada en un aeropuerto de Rio hace ya un
mes
Se trata de un
matrimonio con tres hijas de 6, 5 y 2 años
Un matrimonio de argentinos,
con tres hijas de 6, 5 y 2 años, vive desde el 11 de junio en el
Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro. La residencia habitual
de la familia es Panamá
y ahora buscan que alguna compañía aérea se apiade de ellos y los
lleve hasta Roraima, un estado del norte de Brasil limítrofe con
Venezuela. Mientras tanto, sobreviven en la terminal aérea Tom Jobim
gracias a la ayuda de las personas que trabajan allí y de un policía
que se sensibilizó con la historia.
Y si bien no tienen dinero para volver a la capital
panameña, tampoco quisieron aceptar la propuesta del Consulado de
Argentina en la capital carioca de pagarles el pasaje para retornar
a Buenos Aires. La mujer se llama Liliana Sava y fue entrevistada
por el portal G1 de la TV
Globo. Contó que los cinco familiares fueron a la Argentina a
visitar a su padre "que está muy enfermo". Pero cuando llegaron allí
vieron que por esa situación la madre de la señora tuvo que vender
todo, informa el diario Clarín.
Cuando le preguntaron por qué no pedía ayuda a Panamá, Liliana
indicó que ellos no tienen residencia definitiva en el país
centroamericano. Afirmó que lo único que quiere es que le paguen los
pasajes a Boa Vista, la capital de Roraima, porque desde allí "estoy
segura que podemos volver a nuestra
casa" . Explicó que
viajaron a Río en ómnibus y una amiga les hizo la reserva de pasajes
aéreos de Río a Panamá. "Pero nuestra amiga no los había comprado
por falta de dinero. La crisis está afectando a todo el mundo. Mi
marido ayudó a mucha gente en Panamá pero ahora no tenemos a quién
recurrir". Comentó que su esposo trabaja en una fábrica panameña de
material plástico.
Según Liliana, "tenemos un amigo que vive en Venezuela y que nos
puede ayudar a viajar
desde Boa Vista a Caracas". Hay una carretera entre ambas ciudades
que permite ir con bastante tranquilidad. Desde la capital
venezolana, el pasaje para Panamá es muy barato. "Allí conseguimos
comer con 1 dólar. Aquí no".
Liliana dijo que los 6 miembros de la familia fueron llevados por el
Consulado argentino en Río a un refugio en la Isla del Gobernador,
donde está el aeropuerto. Pero no se sintieron seguros en ese
ambiente: "No era el más apropiado para mis tres hijas". Fue
entonces que decidieron acampar
en el aeropuerto. "En el albergue teníamos miedo. Había gente muy
distinta. En cambio, en el aeropuerto hay gente con valijas y con
notebook. Aquí nos sentimos seguros".
Al más puro estilo de la película La Terminal, con Tom Hanks como
protagonista principal, en el Tom Jobim (antiguamente conocido como
Galeao) se formó una amplia red de solidaridad entre los empleados
de las tiendas. Según el portal G1, la peluquera Claudia Machado,
que comanda un salón de belleza en la terminal, se dio cuenta en un
par de días que los 6 argentinos no embarcaban en ningún vuelo. Fue
entonces que decidió ayudarlos.
La peinadora contó que las chiquitas "son muy cariñosas y educadas".
De acuerdo con Claudia, las niñas nunca piden nada: "Por eso, todo
el mundo está conmovido con la historia de la familia". La madre,
Liliana, dice que casi no duerme de noche: "Pienso en la incomodidad
de mis hijas Elizabeth, la mayor; Bianca, la del medio y Juana, la
de 2 años". Todos duermen en bancos de una cafetería, una vez que el
negocio cierra, entre las 11 de la noche y las 5 de la mañana.
A pesar de lo terrible de esta situación, Liliana se las ingenia
para bañar a las chiquitas. En los aeropuertos hay un toilette
destinado exclusivamente a bebés. Allí aprovecha para asear a las
niñas y para lavar las ropas. Para el secado se arregla de un modo
simple: las cuelga de un carrito de equipaje. Tanta dificultad tenía
la familia para pedir alimentos que en un inicio las chiquitas solo
se alimentaban con leche, galletitas y agua. Los empleados de las
cafeterías decidieron entonces ofrecerles sándwiches y otras
comidas.
El viernes 13 de julio, Bianca cumplió 5 años y los empleados del
aeropuerto llevaron globos, juguetes y torta. "Ella se sintió tan
feliz. Nunca imaginó tener una
fiesta de cumpleaños tan lejos de sus casa", contó una
manicura que trabaja en el salón de belleza aeroportuario. Pero la
ayuda va mucho más allá: el policía carioca José Walber Francisco
dos Santos, quien se desvive por ayudar a la familia, los llevó el
domingo último a comer un asado en la casa. Se lamentó de no tener
lugar para acoger tantas personas. La preocupación de los
trabajadores del aeropuerto Tom Jobim es que una de las niñas está
resfriada. "Ellos no aceptan dinero. Solo quieren volver a su casa
de Panamá" reveló el agente
Fuente
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