Fuga de capitales
de US$ 6000 millones en el segundo trimestre
En junio se aceleró la salida, según
datos oficiales; en el año, llegaría a los US$ 23.000 millones
Martín Kanenguiser
LA NACION
En el segundo trimestre del año, se
repitió la foto del primero en cuanto a la salida de capitales, con
casi US$ 6000 millones, por lo que el año apunta a una cifra en
torno a los 20.000 millones, que podría ser superior si el Gobierno
no encara un ordenamiento del frente fiscal y de las cuentas
externas. Fuentes oficiales admitieron a LA NACION que la formación
de activos externos del sector privado que contabiliza el Banco
Central entre abril y junio llegó a "una cifra similar" al período
enero-marzo, cuando ascendió a 5684 millones.
"La fuga de capitales fue similar a
la del primer trimestre y junio, en particular, fue peor de lo
esperado [la salida rondó los 3000 millones de dólares]", admitió un
funcionario, que de inmediato indicó que el diagnóstico era
"estable". Esta salida contradice el objetivo del Gobierno de lograr
un ingreso importante de capitales por medio del polémico blanqueo
lanzado en marzo.
Los US$ 43.000 millones que salieron
desde mediados de 2007 equivalen a una pérdida anual del 8% del PBI.
La fuga tuvo su pico más alto en el segundo trimestre de 2008 -en el
conflicto entre el agro y el Gobierno- con 8400 millones.
En total, 2008 presentó una salida de
US$ 23.000 millones (en el cuarto trimestre la salida fue de 6000
millones), que superó los 21.000 millones de 2001 y también al resto
de los años posteriores a la convertibilidad (7400 millones, en
2002; 2300 millones, en 2004; 2900 millones, en 2006, y 8880
millones, en 2007). La excepción positiva fue 2005, con un ingreso
neto de 1200 millones.
Para el segundo trimestre de 2009,
las autoridades del Banco Central esperaban cierto aquietamiento
respecto del primero, pero la virulencia de la campaña electoral
renovó los nervios de los inversores, que ahora están a la espera de
los primeros pasos del nuevo ministro de Economía, Amado Boudou. En
ese sentido, para el Central la prioridad es que se tranquilice el
ritmo de suba del gasto público, luego de un primer semestre con
erogaciones que crecieron cerca del 28% e ingresos, cerca del 10 por
ciento. Si se achica esa brecha, se retoma la negociación con los
acreedores que aún no cobraron desde el default (privados y
oficiales) y hay un plan para devolverles credibilidad a las
estadísticas -que escape a la incumbencia del secretario de Comercio
Interior, Guillermo Moreno-, la situación puede moderarse, según
opinan en la entidad que conduce Martín Redrado. Allí descartan que
la solución pueda pasar por un mayor torniquete sobre el movimiento
de divisas.
De todos modos, los analistas
privados ya proyectan una salida para este año que rondará entre US$
18.000 millones y 23.000 millones, según las consultoras MVAS,
Econviews y Prefinex.
La buena noticia en este contexto es
que el superávit comercial superó con creces las estimaciones
previas (se preveían 8000 millones para todo el año, pero ya alcanzó
los 9800 millones en el primer semestre, por el desplome de las
importaciones y por la mejora en los precios de los productos de
exportación). Este mejor resultado en la balanza comercial compensa
parcialmente la constante fuga de divisas.
Al respecto, Miguel Kiguel, de
Econviews, comentó en un informe: "Para el segundo trimestre
estimado tenemos una salida de capitales de US$ 6500 millones,
levemente superior al número del primer trimestre", aunque esto se
compensó con un saldo comercial mayor (6500 millones, frente a 3500
millones del mismo período del año anterior). En esa sintonía,
Maximiliano Castillo, de MVAS, agregó: "Ya pasaron las elecciones y
la situación en el mundo, en general, está mejorando; uno podría
tender a ver una menor salida, pero la clave es si se toman las
decisiones que están trascendiendo".
Osvaldo Cado, de Prefinex, dijo: "La
falta de credibilidad complica la reversión de la fuga de capitales,
por lo que una condición necesaria es la toma de decisiones
concretas respecto de los temas que preocupan a los inversores
[estadísticas polémicas, situación fiscal endeble, cambios
constantes en las reglas de juego, falta de acceso al financiamiento
internacional por parte del Gobierno]". Enseguida aclaró: "Los
inversores no son dogmáticos y, si se dan las condiciones para
obtener retornos interesantes, los capitales volverían".
Advierten
sobre el uso de las reservas
- Una
intensificación de las políticas económicas actuales podría
implicar que, de aquí a 2011, el Gobierno tuviera que recurrir a
aproximadamente US$ 20.000 millones de reservas del Banco
Central para pagar la deuda, según una estimación de la
consultora Economía & Regiones. El cálculo está atado a ocho
supuestos, entre los que se destacan un deterioro mayor del
superávit fiscal, la profundización de la fuga de capitales y
una caída del financiamiento intrasector público
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