HABLAR DE SEXO
CON LOS HIJOS
El 70% de los padres
teme hablar de sexo con sus hijos
Consideran que la escuela y los
medios de comunicación están más capacitados para responder las
dudas de los adolescentes que ellos mismos.
Los datos fueron revelados en un
estudio del Centro Latinoamericano Salud y Mujer.
Siete de cada diez padres tienen miedo de hablar de sexualidad con
sus hijos y creen que la escuela y los medios de comunicación están
más capacitados para responder las dudas de los adolescentes sobre
el sexo, reveló hoy una encuesta del Centro Latinoamericano Salud y
Mujer (Celsam).
El estudio cualitativo realizado a padres, varones y mujeres de
adolescentes de ambos sexos y que fue difundido hoy, señaló además,
que la mayoría de los adolescentes manifestaron que a pesar de saber
que a sus padres no les gustaría que se iniciaran sexualmente, lo
harían igual sin consultarles ni avisarles.
La investigación destacó que los adultos a la hora de hablar de sexo
con sus hijos temen que informarlos pueda dañarlos y tienen la
fantasía, de que el diálogo propicie la actividad sexual.
Otros de los temores que manifiestan los padres es no ser capaces de
hablar correctamente de sexualidad por falta de conocimientos y
esperan que aparezca un interlocutor más idóneo, ya sea en la
escuela o en los medios de comunicación.
Andrea Gómez, psicóloga del Celsam, añadió que "en un tercio de las
familias entrevistadas el tema de la sexualidad queda directamente
excluido de los diálogos familiares".
Gómez sostuvo que "esos padres deciden no hablar y evitan todos los
temas que tengan que ver con el sexo de sus hijos. En ese silencio
convive la ambivalencia de sentir a sus hijos muy chicos para
hablarles o por el contrario, muy maduros y conocedores de esos
temas".
Otro tercio de los padres encuestados, sostiene que hablan con sus
hijos de sexualidad pero en realidad, imparten mensajes dogmáticos y
prohibiciones sin permitir el diálogo y el intercambio de opiniones.
Gómez consideró que "un monólogo controlador o un silencio absoluto,
son estilos no recomendables para cuidar a los hijos" y precisó que
"ellos cuando perciben esa postura, se alejan, se cierran y buscan
la información por otros medios".
"El silencio no impedirá que los adolescentes se inicien sexualmente
y tampoco los ayudará a prevenirse de situaciones de abuso", destacó
la especialista.
El informe del Celsam indicó que el diálogo sobre sexualidad se
organiza de una manera particular en cada grupo familiar y es más
frecuente que las madres hablen sobre sexo, estén más informadas y
se adjudiquen el rol de educadoras, tanto para las hijas mujeres
como para los varones.
Karina Iza, ginecóloga del Celsam, sostuvo que "la proximidad de la
menarca (primera menstruación) suele ser el disparador para que las
madres hablen de sexualidad con las hijas mujeres, aunque hacerlo
recién allí por primera vez resulte un poco tarde".
"En el caso de los varones no existe un correlato biológico y
socializado tan claro como la menarca en la mujer, por lo tanto, el
momento del diálogo y la información que se obtenga, queda más
librado al azar y a la informalidad", evaluó Iza.
El estudio destacó que al varón se lo impulsa al inicio de la
sexualidad genital como un atributo valioso para construir su
identidad masculina, no se le enseña a cuidarse y no se le transmite
un rol valorizado de la mujer (se le comunica que no debe ponerse de
novio y debe estar con muchas chicas para adquirir experiencia).
Además, se sigue sosteniendo el mito de que debe iniciarse
sexualmente porque tiene "necesidad biológica" sin importar con
quién lo haga.
En cuanto a la sexualidad de las hijas mujeres, los consultados la
percibieron como un factor determinante de cómo van a ser valoradas
por los demás.
Se espera entonces que ellas se preserven de ser dañadas o mal
vistas por otras personas y se les enseña que cuidarse implica
"cuidarse de que el varón las pueda dejar embarazadas e incluso
abandonarlas".
Alicia Figueroa, ginecóloga del Celsam, estimó que "en las mujeres
se ha sustituido la idea de la virginidad como valor fundamental,
por la de iniciarse sexualmente en el marco de una pareja estable".
"Estos modelos de cómo debe ser una mujer y cómo debe ser un varón
van forjando una identidad sexual basada en la inequidad de género",
opinó Figueroa. Para una parte de la sociedad, "la mujer debe
postergar su inicio sexual y el varón debe mostrarse deseante y
adquirir experiencia".
La ginecóloga sostuvo que "tanto ellos como ellas son estigmatizados
en roles estereotipados que los limitarán en su libertad para elegir
sus relaciones con conciencia, respeto y cuidado mutuo"
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