Resulta muy difícil, a decir
verdad, que se concrete fraude electoral en los términos
clásicos. Sin embargo, nuevos factores –o mejor dicho,
maniobras, artimañas- van apareciendo con el paso de los
años.No se conocen en
Mendoza casos recientes en los que se le haya quitado el
documento a un votante y se le haya dicho: “vaya, usted ya
votó”, como ocurría en la denominada “década infame”.
Por otro lado, es fundamental
que muchas fuerzas políticas sumen sus propios fiscales para
garantizar la transparencia de los comicios.
Las maniobras espurias, a
pesar de todos los controles institucionales y sociales,
sobreviven gracias a un trabajo de hormigas que, algunos
personajes, insisten en practicar.
Por ello es bueno estar
alertados. Conociendo el manual de las artimañas también
podremos reconocernos a nosotros mismos, como ciudadanos y
ciudadanas, como el antídoto frente al fraude.
Aquí, algunas de las formas
más usuales de violar la legalidad de los comicios, de
acuerdo con la experiencia recogida por la ONG Poder
Ciudadano y los apuntes tomados de casos reales por el
diario La Nación:
Voto cadena:
el puntero se hace de un sobre ya firmado por el presidente
de mesa. Lo llena con una boleta de su candidato y se lo
entrega al primer votante o eslabón de la cadena, que debe
meterlo en la urna y entregarle a cambio el sobre vacío que
recibió en la mesa cuando presentó su documento, con lo que
posibilita otro eslabón de la cadena. El director nacional
electoral, Alejandro Tullio, lo definió casi como un "mito
urbano", ya que consideró que es imposible comprometer a
tanta gente". En 2007 se denunció en Lomas de Zamora,
Tucumán y Santa Fe.
El "acarreo" :
consiste en llevar a votar a los afiliados o a aquellos que
responden a un puntero, por lo general en remises y autos
municipales. El riesgo obvio de esta práctica es que el
acarreado puede votar a quien sea en el cuarto oscuro. "Nos
pasó con Lalín en Racing", recordó un puntero al diario
porteño La Nación sobre el empresario Daniel Lalín,
cuando intentó volver a la presidencia del club.
Robo de boletas:
antes o durante los comicios, cualquiera que ingrese en el
cuarto oscuro se lleva las boletas del partido que quiere
perjudicar. Si el robo es continuo, tarde o temprano el
partido se quedará sin boletas para reponer el robo. En
2007, el vocero del candidato Roberto Lavagna, Alejandro
Rodríguez, denunció "un faltante sistemático de boletas",
planteo que compartió ARI.
Manipulación de
autoridades: el presidente es la única autoridad de
cada mesa, por lo que se pretende que sean independientes.
Durante años, sin embargo, el PJ y la UCR se repartieron las
designaciones, colocando a sus afiliados. La práctica
continúa en el conurbano bonaerense, como denunció en 2007
la combativa arquitecta de José C. Paz, Patricia Lazzeretti
al diario La Nación. Se logra con la manipulación de los
telegramas que notifican la designación de autoridad de
mesa, hasta la colocación de gente propia en el primer lugar
para que, ante la ausencia del presidente designado, asuma
en su reemplazo.
Votos "truchos":
con la connivencia del presidente de mesa y la ausencia del
fiscal opositor, sobre la hora de cierre se registra como
que votaron empadronados que no se presentaron y se colocan
las boletas en la urna. Sean 20 o más votos, todos para el
partido propio.
Electores "mellizos":
con documentos de identidad falsos, pero obtenidos al amparo
de alguna protección oficial, el infractor vota en nombre de
un empadronado real que, si se presenta a votar, será
rechazado y, como máximo, podrá radicar una denuncia penal.
Trueque de boletas:
también conocido como "dar vuelta la urna", consiste en
aprovechar la falta de fiscales de la oposición en algunas
mesas -o incluso escuelas completas- para reemplazar las
boletas que se extraen de los sobres durante el recuento con
las del candidato propio o, como máximo, dejarlos vacío.