Es posible
saber lo que los demas piensan de vos
Las relaciones
humanas son fundamentales en cualquier nivel de una organización y
para que éstas sean buenas el ejemplo debe partir desde los
directivos, que deben aprender a conocer a sus empleados y saber
cómo son percibidos por ellos para no cometer errores de
comunicación e interacción que pueden afectar el trabajo y la
productividad. Un estudio de los profesores Nicholas Epley, de la
Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, y Tal Eyal, de la
Universidad de Ben-Gurion del Negev, asegura que es posible saber
más sobre lo que otros piensan de uno mismo si se mira desde un
panorama general. Por Catalina Franco R
Para nadie es un secreto que las
personas se preguntan lo que los demás puedan pensar de ellas para
medir los niveles de aprobación de sus actos y su forma de ser, así
como para formarse una idea general de cómo son percibidas desde
afuera. Y esta idea que se crea a partir de simples conjeturas es
realmente importante porque influye en el comportamiento de la
persona en cuestión y en sus relaciones con los otros.
Hay que decir que no es nada fácil acertar a la hora de meterse en
la cabeza del vecino o del compañero de trabajo, pero un
estudio de los profesores
Nicholas Epley, de la
Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, y Tal Eyal, de
la
Universidad de Ben-Gurion del Negev, proporciona nuevas claves
que facilitan la labor con el fin de encaminar esta información
hacia el mejoramiento de las relaciones interpersonales.
Los profesores hacen énfasis en la importancia de conocer la
percepción, principalmente, de los compañeros de trabajo ya que,
según explican, lo que piense un simple conocido o un extraño en la
calle no pasará a mayores, lo que piensen los familiares y los más
cercanos tendrá más posibilidades de ser discutido y aclarado, a
diferencia de una empresa, en donde las impresiones pueden tomarse
por hechos y causar problemas y baches de comunicación.
Adentrarse en la mente de los demás
Realmente no hay que adentrarse mucho, sino todo lo contrario; no
hay que ser tan detallistas y tan específicos, sino aprender a ver
eso que llaman “the big picture”, el panorama general…Y es que Epley
y Eyal explican que cuando una persona quiere saber cómo la ven, lo
primero que hace es dar un vistazo a la imagen que tiene de sí misma
que, con toda seguridad, es mucho más detallada que aquella que
poseen los demás.
Cada uno sabe mucho sobre las cosas que hace, cree e imagina, ya que
está presente permanentemente y es testigo de todos sus actos. Pero
la gente sólo ve y conoce pequeñas partes de la realidad de otro ser
humano, por lo que la imagen que se forma de él es mucho más general
de lo que esa persona se imagina.
Esto quiere decir que el error y lo que impide a alguien acertar a
la hora de entrar en otras mentes para descifrar sus opiniones
acerca de él es creer que es observado con el mismo cuidado y
partiendo de igual cantidad de información a la que él tiene de sí
mismo. Por eso, según afirman los profesores, no hay que pegarse de
detalles positivos o negativos para asumir que debido a ellos los
demás tendrán la mejor o la peor opinión, respectivamente.
“Si nosotros pensamos sobre nosotros mismos bajo la óptica de un
microscopio, mientras que los demás nos miran a través de
binoculares, vamos a entender las cosas de manera equivocada, vamos
a preocuparnos por pequeñas cosas que no deberíamos preocuparnos o
vamos a sentirnos orgullosos de detalles de bajo nivel que no
importan a otros”, afirman Epley y Eyal.
Su recomendación, después de realizar sus experimentos, es
despojarse de tanta información y observarse de forma general, sin
tener en cuenta cosas muy específicas, para salir de la propia mente
y hacerse una idea de eso que pueden ver quienes tienen acceso sólo
una mínima parte de la vida de otro ser humano.
Leer mentes para trabajar mejor
Como ya se dijo anteriormente, el trabajo es un excelente lugar para
aplicar esta capacidad de entrar en las mentes de los demás y así
conocer sus percepciones, ya que, de acuerdo con los profesores,
cuando una persona no sabe bien lo que sus compañeros de trabajo
piensan de ella puede enfocar sus esfuerzos y sus energías de manera
errónea.
Para un directivo, por ejemplo, es muy importante y puede significar
grandes avances el fortalecimiento de la habilidad de conocer a sus
empleados y saber qué piensan de él y cómo lo perciben, ya que así
tendrá una idea más clara de cómo debe acercarse a ellos para
establecer una comunicación efectiva y unas relaciones humanas de
calidad, lo que, muy probablemente, repercutirá en un mejor ambiente
laboral y una mayor productividad.
No siempre los detalles y la información específica son los que
permiten acertar; en esta ocasión es el panorama general, y no el
primer plano, la herramienta adecuada para acceder a otras visiones
y actuar de forma consecuente
http://www.tendencias21.net
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