Se avecina otra Gran
Depresión?
Los economistas consideran que esta recesión es el peor declive
económico desde la Gran Depresión; pero consideran poco probable que
el PIB caiga más de 25%, como ocurrió en la década de los 30
¿Es éste el peor ambiente económico
desde la Gran Depresión? ¿Cuáles son las probabilidades de caer en
una nueva depresión?
La respuesta a la primera pregunta es
bastante clara. Desde la mayoría de los ángulos importantes para los
economistas y estadounidenses promedio, ésta es la peor crisis
económica desde la Depresión.
La respuesta a la segunda pregunta no
está tan clara. Mientras que la Oficina Nacional de Investigación
Económica de los Estados Unidos declara tanto el comienzo como el
fin oficial de las recesiones, nadie hace lo mismo con las
depresiones.
Aun así, el consenso general de los
economistas dice que otra depresión es poco probable. Pero los
riesgos son mayores de lo que eran hace sólo algunos meses.
Porqué esta recesión es tan
mala
Primero lo primero: Aunque a la
mayoría le parezca obvio que éste es el peor declive económico desde
la Gran Depresión, la economía ha experimentado otras recesiones
serias en el pasado, en particular a mediados de los 70s y
principios de los 80s.
Pero, por varias razones, esta
recesión hace parecer pequeñas a las otras dos.
En términos de duración, la más larga
crisis económica post-Depresión fue de 16 meses, tiempo que se
registró tanto en la recesión de 1973 a 1975 como en la de 1981 a
1982. Sin embargo, esta recesión comenzó en diciembre de 2007, lo
que significa que entrará a su diecisieteavo mes el próximo
miércoles.
La recesión actual también es más
generalizada que ninguna otra desde la Depresión. Los indicadores de
la Reserva Federal muestran que 86% de las industrias han disminuido
su producción desde noviembre, se trata de la reducción más extensa
en los 42 años en que la Reserva Federal ha monitoreado esta cifra.
Además, todos los estados reportaron
incrementos en sus índices de desempleo el pasado diciembre. Es la
primera vez que esto ocurre en los 32 años durante los que se han
llevado registros de desempleo en cada estado.
"Esto es importante porque no hay
ningún lugar en los Estados Unidos al que te puedas mudar para
encontrar un empleo", dice Gus Faucher, director de macroeconomía de
Moody's Economy.com
Por último, durante los pasados nueve
meses, la caída del capital inmobiliario ha sido la mayor que se
haya registrado en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Porqué ésta no será otra
depresión
En lo que va de esta recesión, el
producto interno bruto (PIB) de los Estados Unidos, la medida más
generalizada de la actividad económica, ha caído alrededor de un
1.7%. Los pronósticos de los expertos reunidos por la Asociación
Nacional de Economía de Negocios resultan en un declive promedio del
3.4% del PIB durante la vida de esta recesión.
Cabe aclarar que ha habido algunos
trimestres durante los que la caída fue mucho más severa. Hace poco,
el gobierno publicó su revisión final del PIB para el cuarto
trimestre del 2008, en el que éste disminuyó un 6.3%. Algunos
economistas piensan que la caída del primer trimestre del 2009
podría ser incluso mayor.
Pero es midiendo la caída de la
actividad económica de arriba a abajo que los economistas juzgan la
profundidad de una recesión. Y una caída del 3.4% sería la peor
desde la Segunda Guerra Mundial, además de superar por mucho a la de
la recesión promedio en ese periodo.
Aun así, está lejos de la caída del
26.5% del PIB que tuvo lugar en Estados Unidos entre 1929 y 1933.
Una de las principales razones por
las que los economistas piensan que otra depresión puede evitarse,
es que se requiere más que un severo declive en el gasto de los
consumidores y el capital inmobiliario para suscitarla.
Aunque el patrimonio neto de la
vivienda ha caído un record de 11 billones de dólares o 18% durante
el curso de esta recesión, la economía en su conjunto es capaz de
superar una sacudida semejante.
Históricamente, los desastres
bursátiles y estallidos de las burbujas inmobiliarias no han llevado
por fuerza a depresiones. Se necesita que confluyan una variedad de
factores económicos y decisiones políticas para convertir una
recesión en algo aun más serio.
"No sé si se puede hacer un vínculo
casual entre una pérdida de riqueza y una depresión", dijo Lakshman
Achutan, director ejecutivo del Instituto de Investigación del Ciclo
Económico.
Aprendiendo las lecciones de
la década de los 30s
Los cambios significativos en las
políticas desde la década de 1930 también amortiguarán la caída.
El seguro de desempleo, los pagos del
Seguro Social y el mayor capital del gobierno a nivel federal,
estatal y local, mantienen el flujo de dinero en la economía incluso
cuando los consumidores y negocios reducen sus gastos.
"Hay muchas más garantías
disponibles", dijo Keith Hembre, economista en jefe de First
American Funds.
Hembre agregó que la propuesta de
estímulo de 787,000 millones de dólares aprobada por el Congreso en
febrero también impulsará una mayor actividad económica en el
futuro.
Además, la Reserva Federal, guiada
por el experto en la Gran Depresión, Ben Bernanke, le ha inyectado
billones de dólares a la economía con nuevos programas de préstamos
que el banco central no había probado antes. Eso ha aumentado el
suministro de dinero. En contraste, éste se redujo durante la Gran
Depresión.
Se cometieron muchos otros errores
políticos en la década de los 30s que, según los economistas, no se
repiten hoy en día, entre ellos la imposición de inflexibles tarifas
que acabaron con el comercio internacional así como de límites
establecidos por el gobierno para los precios y niveles de
producción.
Incluso cuando en la recesión actual
el Congreso estadounidense les impuso la disposición "Buy American"
(Compre Americano) a las obras públicas pagadas por la propuesta de
estímulo, no existe un llamado para volver al estricto
proteccionismo de los 30s o a los controles de precio y producción.
"Me gustaría pensar que hemos
aprendido algo, y por tanto estamos mejor en términos de políticas",
dijo Achutan.
Pero incluso si los estadounidenses
no caen en otra depresión, eso no hace que la actual crisis
económica sea menos dolorosa. Además, pocos economistas predicen que
el fin de la recesión llegue en un futuro cercano.
A Hembre le preocupa que los Estados
Unidos atraviesen un periodo prolongado de estancamiento económico
similar a la llamada década perdida que Japón soportó a principios
de los 90s. Según Hembre, el descenso continuo de los precios de la
vivienda y los altos niveles de deuda de los hogares y los gobiernos
podrían retrasar la economía por algún tiempo.
Y algunos economistas no descartan
del todo otra depresión.
El mes pasado, en un artículo para la
Oficina Nacional de Investigación Económica, los profesores de la
Universidad de Harvard, Robert Barro y Jose Ursua, indicaron que la
probabilidad de que haya una depresión menor (que definieron como un
declive de al menos el 10% del PIB) es de alrededor del 20%,
mientras que la probabilidad de una depresión mayor (definida como
una caída del PIB de al menos el 25%) es del 3%. Moody's Economy.com
pronostica una probabilidad del 10% de que haya una nueva depresión
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