La hora de los
BoBos
El nombre surge como un híbrido entre
las palabras francesas bourgeios (burgueses) y bohemians (bohemios).
Las personas de espíritu libre, hedonistas, ambiciosas y que asumen
la vida casi como un hobby (los BoBos) eligen restós más informales,
con ambientación vintage y que ofrecen comida sana y casera.
Conocé las propuestas porteñas para comer como un Bobo.
Nace una nueva raza: los post-yuppies,
personas de entre 30 y 40 años que trabajan en servicios y
comunicación, tienen un buen pasar económico y se destacan por su
creatividad y frescura mental. Los BoBos (un nombre híbrido que
surge de las palabras francesas bourgeios –burgueses- y bohemians
–bohemios-) constituyen un colectivo nombrado por primera vez por el
periodista norteamericano David Brooks en el libro BoBos in Paradise:
The New Upper Class and How They Got There y, como todo grupo, tiene
gustos particulares a la hora de sentarse a comer.
Ellos adoran salir a comer y eligen lugares chicos, cálidos, con
especialidades propias de cada lugar, como panificación y bebidas
preparadas por la casa, y también les encanta ver a los cocineros en
acción, publica la Revista Para Ti.
En Francia, los restaurantes BoBoVere (la última parte del término,
Vore, proviene de devorador), son lo más chic del momento. Se
encuentran en el interior de casonas recicladas, decoradas de manera
simple, con mesas con manteles de papel o hule y con una oferta
gastronómica que paunta a lo más nutritivo de la cocina asiática,
italiana y española.
Si sos un BoBo, ¿dónde podés ir a comer en Buenos Aires?
- Baraka (Gurruchaga 1450, Palermo): es un restó con comida a la
vista y mesas de maderas rústica. Ofrecen limonadas, tortas caseras,
platos abundantes y de primera calidad. Las recetas de la abuela y
la bisabuela de los dueños son las estrellas del menú: el budín
Estela y los ravioles Olimpia. Todo es tan pero tan casero, que sus
dueños advierten que lo único que no hacen es la Coca-Cola.
- La Prometida (Delgado 1189, Colegiales): propone “cocina de
pueblos”, no usan freezer ni microondas y cocinan todo al horno o al
wok, no hacen fritos y los panes no tienen grasa. Por el patio
interno (y con acceso independiente por virrey Arredondo 3486) está
Bardepán, una cafetería-lunchería que ofrece pan fresco y té con
panes untados con manteca.
- Masamadre es con M (Olleros 3891, Chacarita): su dueño dice que
quiso abrir más una cocina que un restaurante y que buscaba crear un
lugar donde dar de comer pero menos ligado al servicio de
gastronomía. Usan muchos cereales, legumbres, semillas y muy poca
carne. Se trata de una cocina de platos familiares con una marcada
impronta italiana.
- El Obrero (Agustín Caffarena 64, La Boca): es un bodegón que
ofrece una comida “más fácil de entender”, según su dueño, y que
tiene una relación precio-calidad más adecuada, con sabores más
genuinos. Podés pedir peceto a la cacerola con papas y arvejas –una
porción abundante cuesta $19-. Como postre, no te pierdas el pavé de
vainilla.
- Il Ballo del Mattone (Gorriti 5936/5950, Palermo): es una tratoria
italiana con manteles de hule, paredes cubiertas de collages y copas
de la abuela. La pasta seca es importada de Italia y el pan se amasa
cada mañana y cada tarde. Los ñoquis de papa con salsa de crema son
imperdibles.
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