Dinero en exceso
En febrero el índice de liquidez, en términos de
depósitos, del conjunto del sistema financiero local alcanzó al
29,6%, una cifra que iguala el máximo registrado en el año 2004
y refleja un incremento de 5 puntos porcentuales respecto de la
situación de un año antes.
Tal estado de abundancia es explicada por el economista Aldo
Abram, a partir de lo que él define como una situación
anormal: “Estamos ante una sensación de incertidumbre,
generada por el propio Gobierno, y que tiene como consecuencia
la suba de tasas que realizan las mismas entidades en su afán de
resguardarse”.
Por estas horas, esta cuestión que pareciera ser exclusivamente
técnica, viene ganando espacio en el debate público. Tal es así
que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner apuntó días
atrás contra los bancos que "se sientan sobre la
liquidez por temor a caer", y los instó a reactivar el
crédito. Además, aseguró que "si no otorgan préstamos será el
Estado el que tenga que intervenir".
La primer mandataria agregó que se está dotando al sistema
financiero internacional de liquidez y advirtió que la misma "no
se está transfiriendo a los verdaderos afectados que son las
empresas, empresarios y trabajadores que, en definitiva, son los
encargados de volver a construir el circuito virtuoso de la
economía".
Los
depósitos, en manos de unos pocos
El sistema financiero argentino se compone de un total
de 84 entidades que compiten entre sí para ganar nuevos
clientes. Sin embargo, el "gran partido" lo siguen
disputando apenas un puñado. Es así como, a la hora de salir a
captar depósitos casi 8 de cada 10 pesos quedan
en manos de apenas 10 bancos.
Según la última información
disponible elaborada por el propio BCRA, el ranking
sigue siendo liderado por el Banco Nación que, por sí
solo, aglutina el 23,3% de la captación. Claro está, que buena
parte de la misma proviene del propio sector público.
Más atrás se encolumnan el también oficial Banco de la
Provincia de Buenos Aires, los españoles
Santander, BBVA y el Macro. Estas cinco entidades se
reparten nada menos que el 54% de las colocaciones.
Más allá de las posiciones en el ranking, surge del análisis un
tema que preocupa sobremanera a los directivos: la fuerte
desaceleración registrada en este último tiempo: entre enero de
2008 e igual mes del año en curso, los depósitos crecieron
apenas el 10,6%, es decir, muy por debajo de la inflación
“real”.
La exacerbada fuga de capitales que se ha venido registrando
durante el año anterior y que continúa en estos meses
de 2009 explica el porqué el sistema, en su conjunto, se ha
estancado.
Otro dato, de por sí llamativo, viene dado porque entre las
entidades líderes el Nación apenas creció un 2,2% en un
año, afectado por el retiro de fondos oficiales, en
tanto que sus inmediatos seguidores avanzaron todos por encima
de la media del sistema.
Este frenazo en el crecimiento se debe a la desconfianza de los
depositantes que, en palabras de Abram, “consideran que si el
Gobierno piensa que puede disponer de esos fondos para delinear
políticas, también puede tomarlos si llegase a necesitarlo. De
esta forma, el sistema no funciona como debería y los bancos
pasan a ser el segundo lugar donde guardar el dinero”.
Esta fuerte concentración de los depósitos no hace más que
mantener abierto el interrogante sobre el
futuro del resto de las entidades, más si se tiene en cuenta que
entre 69 bancos se reparten apenas el 13% restante.
“La concentración en pocas entidades responde en
principio a las situaciones de crisis vividas en 2002,
con el corralito y demás, que hizo que las personas buscaran
aquellas que les resultaban más confiables”, explicó Abram.
Fausto Spotorno, de la consultora de Orlando Ferreres le explicó
a iProfesional.com, que “la concentración se
debe a que el sistema financiero de nuestro país es chico". Al
preguntarle al especialista sobre la capacidad que tiene para
soportar las turbulencias respondió: "En este momento la
liquidez es alta, de un 30%, si lo comparamos con el 23%
registrado en 2007, mientras que la irregularidad es baja. Por
lo tanto podemos decir que está sólido”.
Préstamos
Si de préstamos se trata, casi uno
de cada tres pesos salen de tan sólo dos entidades: el Nacion y
el Provincia.
La concentración en préstamos es
levemente inferior respecto a lo que ocurre en el caso de los
depósitos, aunque no deja de ser significativa. Las 10
primeras entidades absorben el 70,5% del total colocado entre
personas y empresas.
Lo que diferencia ambos rankings es la ubicación de determinados
bancos en uno y en otro.
Así por ejemplo, en préstamos es notoria la superioridad del
Banco Nación. Pero los mayores bancos españoles
y argentinos de capitales privados se cuelan en los primeros
lugares y desplazan al Banco Provincia. Es así como el
Santander, Macro, Francés y Galicia ocupan los cinco lugares del
podio.
¿Sobran entidades?
El total de bancos con que cuenta el sistema argentino muestra
cierto desajuste respecto de lo que ocurre en otros
países. No por la cantidad en sí, en términos
absolutos, pero sí por la relación entre dicha cifra y el
volumen (total) operado. En este sentido la alta concentración
señalada cobra mayor relevancia (en la mayoría de los países el
número de entidades juega en relación directa con los montos que
cada una opera).
En tal sentido, Argentina muestra
un elevado número de bancos y cifras muy reducidas de depósitos
y préstamos, que atentan claramente sobre la eficiencia global
y, en última instancia, sobre los costos y tasas de interés.
Vale decir, muchos participantes para disputarse menos volumen
respecto al que se mueve en otras tierras.
El efecto de la crisis y la
inflación
Desde el inicio de la crisis los bancos de capital nacional y
extranjero prácticamente paralizaron la financiación al sector
privado. En líneas generales, prefieren prestar poco y mantener
la liquidez para utilizarla en caso de que se presente alguna
situación que impulse una salida de depósitos. En tal sentido,
la experiencia de los años 2001 y 2002 parece haber marcado a
fuego a los directivos.
Es por ello que, en el último año, la carrera por colocar fondos
fue ganada ampliamente por las entidades estatales. “Cuando hay
crisis los bancos siempre mantienen las tasas altas. Forzarlos
a que las bajen no tiene sentido. No tenemos instrumentos
poderosos para hacerlo", explicó Spotorno.
El analista agregó que “hay
distintas maneras de hacer que las tasas disminuyan, una de
ellas es la emisión. Pudo hacerlo Estados Unidos, pero en
nuestro caso, emitir implicaría que el dólar se dispare y se
pierdan reservas”.
“También se podrían reducir los costos financieros, pero sería
una medida con poco impacto. Hay que considerar la inflación
para tener en cuenta la tasa real, ya que los bancos no pueden
establecer una tasa que sea negativa.
En los últimos 12 meses, el Nación incrementó su cartera
de préstamos en un 35,6%, seguido por un Ciudad que
resurge luego de varios meses de bajo nivel de actividad. Sólo
después de ambos se encolumnan dos privados: Citi y Macro.
“Hoy los bancos estatales cuentan con mejor fondeo que los
privados porque tienen los depósitos del sector público a bajo
costo, y pueden dar crédito en posiciones más ventajosas”
afirmó. el titular de la consultora Argentine Research, Roberto
Drimer
El escenario futuro
De aquí a fin de año, diversos analistas y actores del sector
consideran que el panorama futuro en materia de créditos, tasas,
banca privada y pública, sería el siguiente:
- Una banca pública con
elevada disponibilidad de fondos, que seguirá siendo la
encargada de fijar las tasas de interés de referencia para
el crédito a particulares y empresas
- Una banca privada con
numerosas entidades y pocos fondos para administrar, que se
vería obligada a redefinir su perfil de negocios para poder
competir con la banca oficial
- Una demanda de fondos
estancada por el escaso interés que demuestra el sector
privado en tomar nuevos créditos
- Un sector público que
absorberá gran parte del crédito, con el consiguiente
desplazamiento del sector privado (crowding out)
- Una banca privada que deberá
focalizar su esfuerzo en los préstamos de corto, en
particular aquellos vinculados al consumo (ahora alicaído),
y en la administración de los medios de pago
Ante este panorama
iProfesional.com consultó a diversos especialistas para
conocer su opinión acerca del sistema financiero argentino, si
están aptos para soportar el embate de la actual crisis y si es
de esperar un escenario de fusiones entre entidades.
Aldo Abram, CEO de Exante explicó que está creciendo una
polémica en torno a la situación de los bancos y qué es
lo que ellos deberían hacer. “Esto es así porque el Gobierno
cree que su finalidad es financiar el modelo que están llevando
adelante, cuando en realidad el objetivo de ellos es el
de cuidar el dinero de los depositantes”.
Según explicó el ex ministro de Economía, Roque Fernández, "hoy
un banco no es un gran negocio y muchos estarían deseosos de
salirse". Sólo mantienen rentabilidad aquellos que sostienen un
sistema razonable de administración de pagos, que es muy
costoso. Pero el negocio de prestar ha sido acotado. Y están
obligados a alguna inversión en títulos públicos que les dejó
pérdidas por tenencia", sostuvo.
Por ahora, Fernández observa la postura de “dejar pasar
el temporal” y de “no de tomar medidas importantes en
materia de fusiones y adquisiciones”. Tampoco percibe interés de
capitales extranjeros de aumentar su participación en la banca
local a través de la compra de alguna entidad.
“Qué sucederá en el futuro, si habrá fusiones o no, dependerá de
las políticas que aplique el Gobierno, puntualmente sobre cómo
actuará frente a la credibilidad del sistema financiero que es
el mayor capital que tiene”, concluyó el economista de Exante.
Rubén Ramallo
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