DISFUNCIÓN SEXUAL
- SINTOMAS Y TRATAMIENTO
El 60% de las mujeres
sufre de una disfunción sexual
Así lo indicaron en una conferencia
de prensa celebrada en el Congreso Mundial de Menopausia que reúne
más de 3·000 expertos.
El 60 por ciento de las mujeres sufre
disfunción sexual frente al 40 por ciento de los hombres, aunque son
los varones los que acuden más a las consultas ante la falta de
deseo, dificultades para la excitación, problemas para alcanzar el
orgasmo o por sufrir dolor en las relaciones.
Así lo indicó Lorenzo Guirao, presidente de la Asociación para la
Investigaciónde las Disfunciones Sexuales en Atención Primaria, en
una conferencia de prensa celebrada en el Congreso Mundial de
Menopausia, que reúne en Madrid a 3.000 expertos.
Se estima que el 30 por ciento de las mujeres carece de interés por
el sexo, el 20 por ciento tiene relaciones no placenteras, el 50 por
ciento encuentra muchas dificultades para llegar al orgasmo y el 25
por ciento es incapaz de lograrlo.
La doctora Rosella Nappi, del Centro de Investigación para Medicina
Reproductiva de la Fundación Salvatore Maugeri de la Universidadde
Pavía, en Italia, afirmó que una de cada cuatro mujeres reconoce que
su deseo sexual redujo y que tres de cada diez experimentan sequedad
vaginal y dolor durante las relaciones.
Guirao adelantó algunos datos de un estudio realizado en 2006 en las
consultas de Atención Primaria de España sobre la prevalencia de las
distintas formas de disfunción sexual entre 6.199 personas -3.600
varones y 2.599 mujeres-, con la colaboración de trescientos
personas.
El 6,6 por ciento de las españolas confiesa no tener deseos
eróticos; el 6,4 por ciento sufre dificultades para la excitación;
el 6,3 para llegar al orgasmo; el 4,1 padece dispareunia o dolor; el
3,4 aversión sexual, y vaginismo, un 2,8 por ciento.
Los problemas crecen entre los 45 y 54 años, donde refieren una
insatisfacción con su vida sexual el 25 por ciento de las mujeres y
el porcentaje se eleva al 40,8 entre las mayores de 55.
El experto relató que en la franja de edad de entre 40 y 69 años es
cuando se produce una mayor disfunción sexual femenina, una etapa en
la que la falta de deseo persistente llega al 11 por ciento, más de
tres veces superior a la observada entre las jóvenes.
La edad en la que hay menos trastornos es la comprendida entre los
18 y 24 años y los 25 y 39 años, con prevalencias de entre el 1 y el
3 por ciento, respectivamente.
El doctor hizo hincapié en que las diferentes disfunciones sexuales
se duplican en las mujeres con histerectomía -extirpación total o
parcial del útero-.
Nappi agregó que los factores de cambio para abordar con éxito este
problema son un mayor entendimiento de la enfermedad, más confianza
en los tratamientos, un cambio de mentalidad por parte de los
pacientes a la hora de afrontar el problema y una comunicación más
estrecha entre la afectada y el médico.
El doctor Johannes Bitzer, jefe de Ginecología Psicosomática y
Sexología en el Hospital Universidad de Basilea, en Suiza, sostuvo
que las mujeres no hablan de sus conflictos sexuales porque
entienden que es algo "muy íntimo" y se "avergüenzan" de revelarlos.
Tampoco están seguras, prosiguió, de cómo va a reaccionar el médico,
al suponer que este no tiene "bastante tiempo" para hablar de estos
asuntos, al tiempo que no saben que hay tratamientos disponibles que
son eficaces para abordar su incapacidad.
Bitzer indicó que los doctores tienen la obligación de "disipar los
falsos mitos" sobre la sexualidad y educar a los pacientes en lo
relativo a sus problemas de relación.
La doctora Michèle Lachowsky, consultora de Ginecología
Psicosomática del Departamento de Medicina Reproductiva del Hospital
Bichat de París, añadió que es necesario cambiar las mentalidades
porque los tratamientos para las mujeres en este ámbito "no siempre
se consideraron necesarios".
No obstante, recalcó que existen fármacos eficaces basados en
hormonas sexuales -estrógenos y andrógenos- para los que hay también
nuevos sistemas de administración.
La experta abundó en la necesidad de tener en cuenta el nivel
psicológico para llevar a cabo un abordaje integral de la situación,
aunque ello no significa, concluyó, que todas las afectadas tengan
que acudir a un psiquiatra o a un psicoanalista
30 de Abril de
2009 (Corrientes Noticias)
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