COMO ENCONTRAR EL
PUNTO G EN EL HOMBRE
Instrucciones para encontrar el
punto G masculino
Muchos hombres no se atreven a
explorar esta posibilidad, pero los que lo encontraron dicen que
vale la pena.
Sebastián se embarcó en una misión
compleja. Quiere encontrar su punto G, o que se lo encuentren,
porque no es fácil lograrlo con las propias manos. La buena noticia
es que el punto G masculino, a diferencia del femenino que es rugoso
y que se achica y se agranda haciéndose difícil de encontrar, el
masculino decía, se halla en un lugar mucho más determinado: la
próstata.
Y está ubicado exactamente a cinco centímetros de la entrada del
ano, sobre la vejiga. Chicas, es una protuberancia del tamaño de una
nuez que, haciendo presión como si se intentara tocar el pene desde
adentro del cuerpo del caballero, debe ser fácil de encontrar y
estimular.
Dicen que el adecuado toqueteo de la próstata provoca orgasmos más
intensos, o diferentes, mayor excitación, erecciones más poderosas,
eyaculaciones más potentes. No es un efecto mágico ni instantáneo,
hay que atender simultáneamente la erección en cuestión. Hasta ahí
la cosa es prometedora. El único problema es que los hombres, en
general, temen que ir en busca del punto G los convierta en
aprendices de homosexuales. Sebastián dice que superó ese temor y
que prefiere animarse a explorar nuevos territorios de su anatomía.
"A mí los tipos me parecen demasiado peludos, demasiado grandotes y
muy poco atractivos. No creo que un dedo en mi esfínter tenga el
poder de hacerme cambiar tanto de opinión". Las anécdotas acerca de
explosivas eyaculaciones en el consultorio del proctólogo, son más
parte del mito que de la realidad.
Lo cierto es que sin excitación previa, la estimulación de la
próstata sólo produce la secreción de líquido prostático, lo que no
es realmente algo muy parecido a una eyaculación explosiva.
Tranquilidad a la población: no es como tocar un botón y tener un
orgasmo involuntario.
Sebastián dice que el origen de su renovada curiosidad por su propio
punto G fue la experiencia de encontrar el de su chica. "Vi que ella
la pasaba bomba y entonces pensé, si realmente valía la pena
renunciar a la posibilidad de gozar mucho más para autoconvencerme
de que soy muy macho. Porque a ella no le parece ninguna cosa gay de
mi parte, en todo caso el prejuicioso era yo"
Por: Greta Von Batja http://www.ciudad.com.ar
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