QUE ES LA
ANTIMATERIA
En química y física se conoce como
antimateria a las agrupaciones organizadas de antipartículas, de
forma análoga a como la materia es la agrupación de partículas.
En ciencia se usa una barra
horizontal o macrón para diferenciar las partículas de las
antipartículas: por ejemplo protón p y antiprotón p. Para los átomos
de antimateria se emplea la misma notación: por ejemplo, si el
hidrógeno se escribe H, el antihidrógeno será H.
También se utiliza la diferencia de carga eléctrica entre ambas
partículas: por ejemplo electrón e- y positrón e+
Dónde está
la antimateria
Las teorías científicas más aceptadas
afirman que en el origen del universo existían materia y antimateria
en iguales proporciones. Pero la materia y la antimateria se
aniquilan mutuamente, dando como resultado energía pura, y sin
embargo, el universo que observamos está compuesto únicamente por
materia. Se desconocen los motivos por los que no se ha encontrado
antimateria en el universo. En física, el proceso por el que la
cantidad de materia superó a la de antimateria se denomina
Bariogénesis, y baraja tres posibilidades:
1. Pequeño exceso de materia tras el Big Bang: Especula con que la
materia que forma actualmente el universo podría ser el resultado de
una ligera asimetría en las proporciones iniciales de ambas. Se ha
calculado que la diferencia inicial entre materia y antimateria
debió ser tan insignificante como de una partícula más de materia
por cada diez mil millones de parejas partícula-antipartícula.
2. Asimetría CP: En 1967, Andréi Sájarov postuló por primera vez que
las partículas y las antipartículas no tenían propiedades
exactamente iguales o simétricas; una discusión denominada la
Violación CP.[1] Un reciente experimento en el acelerador KEK de
Japón sugiere que esto quizás sea cierto, y que por tanto no es
necesario un exceso de materia en el Big Bang: simplemente las leyes
físicas que rigen el universo favorecen la supervivencia de la
materia frente a la antimateria.[2] En este mismo sentido, también
se ha sugerido que quizás la materia oscura sea la causante de la
bariogénesis al interactuar de distinta forma con la materia que con
la antimateria.[3]
3. Existencia de galaxias de antimateria ligada por antigravedad:
Muy pocos científicos confían en esta posibilidad, pero todavía no
ha podido ser completamente descartada. Esta tercera opción plantea
la hipótesis de que pueda haber regiones del universo compuestas de
antimateria. Hasta la fecha no existe forma de distinguir entre
materia y antimateria a largas distancias, pues su comportamiento y
propiedades son indistinguibles. Existen argumentos para creer que
esta tercera opción es muy improbable: la antimateria en forma de
antipartículas se crea constantemente en el universo en las
colisiones de partículas de alta energía, como por ejemplo con los
rayos cósmicos. Sin embargo, éstos son sucesos demasiado aislados
como para que estas antipartículas puedan llegar a encontrarse y
combinarse. La NASA ha enviado la sonda AMS (Alpha Magnetic
Spectrometer) para buscar rastros de antimateria más compleja,[4]
que pudiesen indicar que todavía existe antimateria en el universo.
Sin embargo los experimentos no han detectado nada hasta la fecha
Producción
y coste de la antimateria
La antimateria es la sustancia más
cara del universo, con un coste estimado de 300.000 millones de
USD el
miligramoLa producción de antimateria, además de consumir
enormes cantidades de energía, es muy poco eficiente, al igual que
la capacidad de almacenamiento, que ronda sólo el 1% de las
partículas creadas. Además, debido a que la antimateria se aniquila
al contacto con la materia, las condiciones de almacenamiento
—confinamiento mediante campos electromagnéticos—, tienen igualmente
un coste elevado.
Otra estimación de su coste la dio el
CERN, cuando dijo que había costado algunos cientos de millones
de francos suizos la producción de una milmillonésima de gramo.
Debido a esto, algunos estudios de la
NASA
plantean recolectar mediante campos magnéticos la antimateria que se
genera de forma natural en los
Cinturones de Van Allen de la Tierra, o incluso en los
cinturones de los grandes planetas gaseosos como
Júpiter
También se trabaja en mejorar la
tecnología de almacenaje de antimateria. El Dr. Masaki Hori ha
anunciado un método de confinamiento de antiprotones por
radiofrecuencia, lo que según sus palabras podría reducir el
contenedor al tamaño de una papelera.
En noviembre de 2008 la doctora Hui
Chen del
Lawrence Livermore National Laboratory de Estados Unidos anunció
que ella y su equipo habrían creado
positrones al hacer incidir un breve aunque intenso pulso
láser
a través de una lámina de oro blanco de pocos milímetros de espesor,
esto habría
ionizado al material y acelerado sus
electrones. Los electrones acelerados emitieron
cuantos
de
energía, que al decaer dieron lugar a partículas materiales,
dando también como resultado positrones
Usos de la
antimateria
Si bien la antimateria está lejos de
ser considerada una opción por su abrumador coste y las dificultades
tecnológicas inherentes a su manipulación, las antipartículas sí
están encontrando usos prácticos: la Tomografía por emisión de
positrones es ya una realidad. También se investiga su uso en
terapias contra el cáncer, ya que un estudio del CERN ha descubierto
que los antiprotones son cuatro veces más efectivos que los protones
en la destrucción de tejido canceroso,[14] y se especula incluso con
la idea de diseñar microscopios de antimateria, supuestamente más
sensibles que los de materia ordinaria.[15] Pero el mayor interés
por la antimateria se centra en sus aplicaciones como combustible (o
incluso para armamento), pues la aniquilación de una partícula con
una antipartícula genera energía pura según la ecuación de Einstein
E=mc² La energía generada por kilo (9×1016 J/kg), es unas diez mil
millones de veces mayor que la generada por reacciones químicas,
diez mil veces mayor que la energía nuclear, y unas cien veces mayor
que la energía de fusión.[16]
Por ejemplo, se estima que sólo serían necesarios 10 miligramos de
antimateria para propulsar una nave a Marte[17]
No obstante, hay que indicar que estas cifras no tienen en cuenta
que aproximadamente el 50% de la energía se disipa en forma de
emisión de neutrinos, por lo que en la práctica habría que reducir
las cifras a la mitad.[18]
Existen varios diseños de motores basados en antimateria, como el
patentado en 2002 por el ingeniero Fernando De La Peña Llaca, que
anuncia poder impulsar una nave espacial hasta un tercio de la
velocidad de la luz.[19] .
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