Violó a su hija
durante 20 años y tuvo 7 hijos
Armando Lucero fue trasladado a los
tribunales. Después se le realizarán análisis de ADN para corroborar
la acusación de la mujer, con quien tuvo siete hijos-nietos
En medio de un gran revuelo de
periodistas y policías, a las 8.20 fue trasladado del centro
preventivo de detención el presunto violador Armando Lucero (67). Lo
llevaron a tribunales, posiblemente para que firme la documentación
necesaria en estos casos en un juzgado de Garantías y luego será
enviado a la Penitenciaría Provincial, en el oeste de la capital
mendocina, donde quedará alojado.
Lucero fue sacado a
cara descubierta porque--explicaron los policías--no hará falta una
rueda de reconocimiento. El hombre, delgado, bajo, de bigotes
tupidos y pelo entrecano, vestía un polar celeste y azul y jeans.
'No..no...no' dijo
balbuceando cuando los periodistas insistieron en que dijera si es
culpable de las violaciones reiteradas a su hija Paola, de 35 años,
con la cual concibió 7 hijos. Luego atinó a agregar: 'No lo he
hecho'.
El viernes, cuando
lo indagó el fiscal Marcelo Gutiérrez del Barrio, el hombre se
abstuvo de declarar. El fiscal lo notificó en ese acto de que está
imputado por abuso sexual agravado por el vínculo, con acceso
carnal, de manera reiterada.
El hecho se conoció
hace unos ocho meses cuando el hermano de la mujer abusada, de 37
años, luego de fracasar en su intento de denunciar a su padre como
violador de sus hermanas, tomó contacto con la Legislatura
provincial para exponer lo que ocurría.
Desde entonces
comenzaron en secreto las gestiones, que culminaron el viernes
cuando la mujer abusada denunció a su progenitor, reseñó el titular
de la Comisión de Derechos y Garantías, Ricardo Puga.
Al hombre lo llaman
ahora 'El Chacal' y lo comparan con el austríaco Josef Fritz, que
también abusó durante años de su hija, a la que encerró en el sótano
de su casa y tuvo con ella varios niños, con la diferencia que el
mendocino no privó de la libertad para someter a las suyas.
Puga, quien entabló
contacto varias veces con el hermano de la mujer abusada, tomó
conocimiento que otras dos hermanas debieron abandonar la casa en
Patricias Mendocinas al 3.000, en la capital provincial, porque
también eran violadas ellas en el marco de un pacto de silencio de
todos los integrantes del grupo familiar.
Fuente: Clarín
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