El Senado aprobó sin cambios la ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual
La Cámara alta
convirtió en ley el proyecto de Medios de Comunicación Audiovisual
con los votos del Frente para la Victoria y de algunos legisladores
de la oposición, tras un extenso debate que se inició ayer a media
mañana y terminó a las 6.10. La votación general arrojó 44 votos a
favor y 24 en contra
El Senado convirtió hoy en ley el
proyecto oficial de comunicación audiovisual que promueve la
pluralidad de voces y limita la alta concentración mediática, en una
sesión maratónica que se extendió durante más de 20 horas.
La ley de medios propuesta por el Gobierno fue aprobada en general
por 44 votos contra 24 y luego en particular sin modificaciones, tal
como había sido enviada desde la Cámara de Diputados hace tres
semanas.
Los votos del Frente para la Victoria y de algunos senadores de la
oposición como el socialismo, Fuerza Republicana y los dos senadores
del ex ARI de Tierra del Fuego fueron decisivos para aprobar la
norma.
La nueva ley, que lleva el número 26522 y reemplaza a la ley de la
dictadura 22285, prevé terminar con los monopolios en radios y
televisión y darle participación en el espectro radiofónico a
entidades sin fines de lucro, entidades con fines de lucro y al
Estado Nacional, los tres por partes iguales.
Al retirarse, pasadas las 6, del Congreso finalizada la sesión, el
jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó que la aprobación
permitirá "democratizar definitivamente los medios en la Argentina"
y dijo que el Gobierno trabajó "mucho tiempo” para elaborar la
iniciativa.
Fernández explicó que el apoyo que recibió de senadores y diputados
de otras fuerzas se debe a que la ley "tiene que cortar
transversalmente a todo el mundo y tiene que ver con la política,
con el proyecto que se piensa respecto de los medios y de la
vocación que se tiene de transformación".
El subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, aseguró
por su parte que los medios audiovisuales tendrán "un año para
adecuarse" a la nueva ley.
López desestimó que se estreche el margen de medios de comunicación
audiovisual al evaluar que "si la ley se aplica tal cual está, lo
que corresponde es vender, no que desaparezca un medio".
Y en ese sentido, estimó que "se armarán otras sociedades" y que con
la nueva composición del Congreso a partir del 10 de diciembre "si
quiere, se pueden hacer algunos ajustes".
El proyecto se debatió durante casi 20 horas, entre las 10.30 de la
mañana del viernes 9 y las 6 de la mañana del sábado 10 de octubre,
principalmente, porque hubo más de 50 oradores, la mayoría de los
cuales habló durante por lo menos media hora.
Los ausentes de la votación fueron Roberto Urquía (PJ) y Norberto
Massoni (UCR), de licencia por enfermedad, y Carlos Menem, del PJ
disidente, que se fue del Congreso, y Emilio Rached, del radicalismo
que llegó tarde al momento de votar.
A los votos afirmativos del Frente para la Victoria se sumaron el
del socialista Rubén Giustiniani; el tucumano de Fuerza Republicana,
Carlos Salazar; los fueguinos del ex ARI, María Rosa Díaz y José
Martínez; y la radical correntina María Dora Sánchez.
El "apuro" de algunos senadores por dejar el recinto hizo que se
levantasen de sus bancas antes que la máquina que registra los votos
terminase de efectuar el recuento, lo que obligó a que, tras varios
minutos de espera, debiera realizarse una votación nominal.
Al cerrar el debate, el jefe del bloque oficialista, Miguel Angel
Pichetto, afirmó que "esta es una norma moderada" que "atiende la
problemática de las grandes empresas en la Argentina porque les
permite mantener una cuota importante del espacio audiovisual, como
es el 35 por ciento".
Su par del radicalismo, Ernesto Sanz, dijo que "este gobierno
utilizó los dineros públicos para premiar a amigos que hablaban bien
del gobierno y para castigar a aquellos que hablaban mal".
La ley establece entre sus puntos salientes la libertad de expresión
como "un derecho de todos, y no de un grupo”, y determina que la
autoridad de aplicación estará integrada por la oposición
parlamentaria, la Comisión Bicameral, y las provincias en el Consejo
Federal.
Establece, además, principios de pluralidad en el acceso a los
servicios audiovisuales, reconoce el derecho a la comunicación de
los pueblos originarios, determina que las licencias durarán 10 años
y que su renovación requerirá la participación de los vecinos en las
audiencias públicas
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