COMO FUNCIONA EL
TEMA DE LOS DESCUENTOS CON TARJETAS DE CREDITO Y DEBITO
Las cadenas se quejan de que las
promociones con tarjetas se llevan gran parte de su rentabilidad
Antonio Coto Gutiérrez, presidente de
los supermercados de descuento Día%, fue el primero en animarse a
hablar en público sobre el tema. En su reciente presentación en las
jornadas de supermercados, el número uno de la cadena que hoy cuenta
con cerca de 500 locales en el Gran Buenos Aires señaló lo que era
un secreto a voces en el sector. "Las promociones del 20 o 25 por
ciento de descuento con alguna determinada tarjeta o banco que se
aplican en la Argentina no se ven en ningún otro lugar del mundo, y
no me parecen sustentables en el tiempo, con lo cual creemos que más
temprano que tarde desaparecerán", explicó el ejecutivo.
En el mercado reconocen que este tipo
de acciones cumplieron un papel clave para sostener el consumo
masivo cuando otras categorías, como electrodomésticos, autos o
viviendas, sufrieron un derrumbe en sus ventas. Sin embargo, ahora
que lo peor de la crisis parece haber pasado, se preguntan cómo
hacer para empezar a desarmar el esquema de promociones -que se está
llevando gran parte de su rentabilidad- sin perder el favor de sus
clientes.
"Hoy las acciones promocionales están
muy instaladas en la mente del consumidor, lo que ya se tradujo en
cambios en los hábitos de compra. Al final del día, nos encontramos
con un cliente mucho más informado, pero también más infiel",
explicó Osvaldo del Río, gerente del área Retail de The Nielsen
Company.
En Tomadato, otra consultora
especializada en consumo masivo, destacan, además, que este tipo de
promociones ya no son exclusivas de los supermercados y que se
extendieron a los shoppings y las casas de electrodomésticos. "Los
supermercados no saben cómo salir de este tipo de acciones, y lo que
se ve ahora es que otras cadenas están siguiendo ese camino. Por
ejemplo, hoy hay casas de electrodomésticos que comenzaron a aplicar
descuentos puntuales en determinados días para algunos rubros, como
ya venían haciendo los supermercados", señaló Emiliano Schwartz, de
Tomadato.
Más allá de la opinión de los
consultores, tanto en los supermercados como en los shoppings
también reconocen el peligro de este tipo de promociones, que
absorben el 30% de las ventas los días que se aplican los mayores
descuentos.
"Cuando un competidor comienza con
este tipo de descuentos los tenés que seguir; si no, te quedás fuera
del mercado. El problema es que los clientes se vuelven
completamente infieles, con lo cual termina siendo un arma de
consumo muy peligrosa y que no se puede sostener demasiado tiempo",
explica Carlos Velazco, director de Carrefour Argentina.
Costos compartidos
Uno de los puntos clave es quién
corre con el costo de los descuentos. En el caso de los
supermercados, la inversión se comparte en partes iguales entre la
cadena y el banco. Por ejemplo, si el descuento que se ofrece a los
clientes que paguen con una tarjeta determinada es del 20 por
ciento, un 10% es aportado por el banco emisor del plástico y la
otra mitad, por la cadena.
Claro que en el acuerdo entre las dos
partes se fija un monto máximo para la inversión del banco. Si se
supera esa cifra, porque la afluencia del público es superior a la
esperada, todo el descuento pasa a ser absorbido por el
supermercado, que en estos casos puntuales termina resignando gran
parte de su rentabilidad (en promedio, una cadena opera con un
margen bruto de ganancias del 25%).
"Tradicionalmente, el ebitda (sigla
que significan «ganancias antes de intereses, impuestos,
depreciación y amortización») de una cadena rondaba entre los 6 y 7
puntos, y hoy en nuestro caso está por debajo del 1 por ciento, no
sólo por este tipo de descuentos, sino también por los controles de
precios que aplica Guillermo Moreno", se quejaron en otra cadena
líder.
En el caso de los descuentos en
shoppings, en el reparto de costos entra a tallar otro jugador, que
es el local en el que finalmente se hace la compra. El acuerdo
tradicional para este tipo de promociones es que el banco y el
comercio minorista se repartan en porciones iguales el costo del
descuento, mientras que el shopping se hace cargo de toda la
inversión publicitaria (generalmente, diarios y vía pública, aunque
también se puede incluir algo de pauta en televisión o radio).
Para los supermercados y los
shoppings la ganancia obvia pasa por un aumento en las ventas, aun a
costa de perder rentabilidad. Por su parte, los bancos apuestan no
sólo a ganar nuevos clientes y fidelizar a los que ya tienen, sino
también a obtener algún tipo de beneficio extra con la
refinanciación de los pagos mensuales. O ff the record, en una
entidad muy activa en este tipo de acciones, reconocen que, tentados
con las promociones y los descuentos, muchos clientes terminan
gastando más de lo que su capacidad de pago les permite y a la hora
de pagar la tarjeta refinancian parte de sus compras en cuotas, lo
que significa un ingreso adicional para el banco en concepto de
intereses.
20%
Descuento con tarjeta
Es el promedio de los descuentos que
aplican las cadenas de supermercados para las compras realizadas con
determinadas tarjetas de crédito o débito.
30%
Compras direccionadas
Es el porcentaje de las ventas que
absorben estas operaciones los días de vigencia de las promociones.
Fuente: www.lanacion.com.ar
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