La Selección Argentina perdió y quedó en el repechaje
Paraguay jugó un muy buen primer tiempo
y le alcanzó para ganar 1 a 0 y así clasificar al Mundial.
A los 9 minutos del segundo tiempo fue expulsado Juan Sebastián
Verón por doble tarjeta amarilla.
Esta derrota pone en peligro la clasificación
El seleccionado argentino perdió esta
noche 1 a 0 con Paraguay, que se clasificó al mundial de Sudáfrica
2010, resultado que lo deja quinto en la tabla de posiciones de la
eliminatoria sudamericana, puesto que lo obliga por ahora a jugar el
repechaje.
Nelson Haedo, una de las figuras de la cancha, marcó el gol del
equipo de Gerardo Martino, en el primer tiempo. Juan Sebastián Verón
fue expulsado en el segundo tiempo.
El partido se jugó en un colmado estadio Defensores del Chaco, con
un regular arbitraje del brasileño Salvio Fagundes.
Paraguay, con poco, fue más que Argentina y gracias a esta victoria
ya está en el mundial, mientras que Argentina quedó quinta, un punto
por debajo de Ecuador, y por ahora va al repechaje.
Argentina insinuó en el comienzo del partido pero se quedó, pagó
caros sus errores y ahora será el tiempo de replantearse un montón
de cosas, sabiendo que al frente del seleccionado está la figura más
importante de su historia futbolística y todavía no está nada
cerrado en esta eliminatoria.
Argentina salió a jugar con la línea de cuatro de siempre y delante
de ellos se ubicó Verón, por derecha, Fernando Gago y Javier
Mascherano como “dobles cinco” y Jesús Dátolo por la izquierda.
Y desde el inicio el seleccionado argentino trató de pararse en
campo contrario, con los dos cinco jugando delante de la línea del
mediocampo, con Messi moviéndose por todo el frente de ataque y un
movedizo Dátolo por la izquierda, esta vez bien asistido por un
lateral, como lo es Emiliano Papa.
Pero el equipo de Maradona padeció lo mismo que contra Brasil,
porque manejaba la pelota, creaba espacios donde no había, pisaba el
área pero sin crear situaciones de gol, algo que conspiró contra sus
ideas.
Y como ante Brasil, pero esta vez con más suerte, en la primera
llegada seria de Paraguay casi convierte pero el remate de Nelson
Haedo no fue gol gracias a las manos de Sergio Romero y al palo
derecho del arquero argentino.
Todo lo bueno que hizo un rato el mediocampo, sobre todo por las
bandas, el buen manejo de pelota y los desbordes, perdían fuerza al
no haber nadie en el área para empujar la pelota, pese al sacrificio
que mostraron Messi y Agüero.
Las dos caras de Argentina a esa altura eran notorias, pero en su
propia área las disimulaba con la seguridad que brindó el debutante
Romero. Aunque con el correr de los minutos todos se contagiaron de
los errores.
Los dos centrales elegidos por Maradona para este partido, Sebastián
Domínguez y Gabriel Heinze, nunca se mostraron seguros y los dos
laterales (Zanetti y Papa) fueron siempre opción de salida, pero no
estuvieron firmes a la hora de marcar.
Llegando a los 20 minutos el partido entró en un terreno de
impresiones, porque la pelota dejó de pasar por Verón y por Dátolo y
porque Paraguay, creciendo en el juego, fallaba en los metros
finales por errores propios y no por aciertos argentinos.
Dentro de ese panorama el local seguía estando más cerca de la
victoria, por Heinze y Domínguez fueron una máquina de cometer
errores y el palo salvó nuevamente a Argentina, luego de un remate
de Jonathan Santana.
Con esa situación el local se agrandó, porque Haedo desbordaba,
Salvador Cabañas no podía ser parado y los dos zagueros centrales
argentinos eran una invitación para cualquier rival.
Por eso no sorprendió la apertura del marcador, que llegó con remate
cruzado de Haedo, quien solo dentro del área no perdonó luego de una
gran jugada colectiva.
En ese momento Maradona se metió en el banco de suplentes
gesticulando, probablemente insultando, como no pudiendo entender
como su defensa agrandaba a un rival que no parecía tener mayores
ambiciones ofensivas.
Lo que siguió después fue porque Argentina se desordenó, con Gago
parado por izquierda, Verón con las medias bajas por el cansancio
deambulando por la cancha y con Mascherano tratando de apagar todos
los incendios.
Para el segundo tiempo Maradona mandó a la cancha a Ezequiel Lavezzi
y sacó a Dátolo, que había jugado bien el primer cuarto de hora del
partido, pero Verón cometió un error de un amateur haciéndose
expulsar a los 8’, complicando más la noche fría de Asunción.
Después de la expulsión todo volvió a ser confusión, con Gago
agarrándose la cabeza por Maradona no marcaba quien ocuparía el
lugar de Verón por derecha o molestándose porque le tocaba a él.
Esos gestos son una muestra cabal del presente del equipo argentino.
Con ese panorama Maradona mandó a la cancha a Martín Palermo,
saliendo un desdibujado Agüero, y si al conjunto nacional con 11 le
costaba, con 10 mucho más.
Todo lo del equipo argentino dependía de arrestos individuales que
pudieran tener Messi o Lavezzi, más el sacrificio de los que
quedaron en cancha, que corrieron y lucharon contra su propia
confusión.
Los minutos finales encontraron al seleccionado de Maradona
empujando con mucha dignidad a Paraguay, pero sin ideas, y los
locales teniendo varias situaciones de gol para liquidar una
historia que se terminó de resolver con el gol de Haedo primero y
con la expulsión infantil de Verón después
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