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El video de la jueza que agredió a guardias de tránsito
Las amenazó porque la grúa le llevó
su auto. Es Rosa Elsa Parrilli, titular del juzgado 28, acusada por
el Gobierno porteño. También discriminó a las empleadas y las
insultó.
Una hora antes de
salir para almorzar en la TV con Mirtha Legrand, el ministro de
Justicia y Seguridad porteño puso una firma en un documento de
cuatro carillas y desató un escándalo. Guillermo Montenegro denunció
a una jueza de la Ciudad por amenazar, maltratar y discriminar a dos
guardias de tránsito, muy enojada porque la grúa le había llevado el
auto mal estacionado.
El Ministro pidió a
la Justicia Contravencional que investigue a la titular del juzgado
número 28, Rosa Elsa Parrilli, y también reclamará el juicio
político y destitución ante el Consejo de la Magistratura. "Esa
persona, notablemente ofuscada y en muy malos términos, se dirigió a
las dos empleadas ante las que, en forma despreciativa, prepotente y
autoritaria, se identificó como juez. Dijo que quien daba las
órdenes en el lugar era ella; que por el cargo que tenía nunca
pagaba nada y que esa no sería la excepción y exigía la entrega
inmediata del vehículo de su propiedad", dice la denuncia. La causa
recayó en la Fiscalía Penal 6, de Angel Carestía.
La jueza alegó en
todo momento que estaba haciendo un procedimiento cuando le llevaron
su Volkswagen. La denuncia no sólo importa porque Parrilli es
funcionaria pública, sino porque ante su tribunal se pueden apelar
las contravenciones o infracciones de tránsito que se hacen en la
Ciudad, tanto las graves, como pasar un semáforo en rojo, como las
leves, como el mal estacionamiento. Justamente por esa razón fue que
el 15 de septiembre -cuando empezó esta historia- la grúa le levantó
su VW Gol que estaba estacionado casi en la ochava de Rodríguez Peña
al 400. Eran las 15.22, según el acta. Al auto lo remolcaron a la
playa de infractores del Obelisco, en el subsuelo de 9 de Julio y
Sarmiento y hasta allí fue Parrilli a retirarlo.
Llegó y la emprendió
contra las dos agentes de tránsito del Gobierno porteño que hacen el
trámite de verificación de la documentación (cédula verde y
licencia). Eran las 15.40: allí estaban María Itatí Albe y la
responsable operativa Rocío Marlene Gómez. Lo que sucedió luego
quedó grabado, con audio, por la cámara de seguridad que había
puesto la empresa de grúas SEC ante las constantes agresiones de los
automovilistas. El video se puede ver en clarin.com.
Lo que muestran las
imágenes es a una mujer que se va enojando cada vez un poco más, que
pretende darles órdenes a las empleadas, que les dice "¡rápido,
rápido!", las llama "tontas" y pregunta todo el tiempo "¿con quién
tengo que hablar?". Las amenazas de Parrilli son contundentes:
"Señorita -se dirige a Albe al otro lado de la ventanilla-, venga
acá, la que mando acá soy yo, no tengo que pagar como no pago nunca
en la vida", dice la jueza al principio.
Las empleadas
siempre se comportaron de manera educada y no discutieron con
Parrilli: le informaron cómo podía proceder. Se trata en general de
una situación tensa: llegar al auto, encontrar que no está,
sospechar si fue un robo y tener que ir a buscarlo a la playa de
infractores.
Las agresiones
contra guardias de tránsito son usuales. El 4 de septiembre en Mario
Bravo y Córdoba pararon a un Renault 19 cuyo conductor iba por el
carril exclusivo sin cinturón de seguridad. No tenía registro y el
seguro había vencido en febrero. Le avisaron que le iban a
secuestrar el auto, y cuando le devolvían la documentación, tiró del
brazo al agente, le retorció la muñeca y los dedos, y se los
esguinzó. Luego escapó y cruzó en rojo. Y el 14 de este mes en San
Pedrito y Alberdi pararon una Renault Kangoo cuyo conductor no
llevaba el cinturón. Se bajó del auto, intentó arrancarle de las
manos el talonario de multas y le tiró una patada en las costillas:
escapó con la agente tirada en el piso.
La jueza,
finalmente, decidió ir a ver a un controlador de faltas a una
cuadra, en el edificio municipal de Carlos Pellegrini al 200, quien
curiosamente le perdonó la multa y el acarreo ($ 190). Por eso
investigan a una controladora que podría ser sumariada. La jueza
tendría en su legajo, 29 faltas de todo tipo.
Al volver, en el
video se ve que Parrilli se pone más agresiva: "Ganan 1.200 pesos
para joder a la gente, ¡todas morochas, ni una rubia contratan!"
-grita- y le advierte a Gómez si cayera en su jurisdicción la
metería presa ocho meses. Y le dice: "Te hubiera metido un cachetazo
por hacerme perder el tiempo, no te das cuenta tontita que te dije
que acá mando yo".
"Es muy grave que
una jueza, amparándose en su cargo, no haga lo que tiene que hacer
un ciudadano con sus responsabilidades, y además, el funcionario
público es el primero que debe hacerlo", dijo Montenegro. Este
diario intentó comunicarse ayer, durante todo el día, con la jueza
para conocer su opinión del incidente. En el juzgado tomaron nota
del pedido pero no lo respondieron. A media tarde la jueza atendió
el teléfono en su casa. Al saber que llamaba Clarín, respondió:
"Está equivocado". (Clarín)