Vicky Harrison tenía 21 años y estuvo
buscando trabajo durante más de dos. Fue a más de 200 entrevistas y
no consiguió quedar en ningún empleo. Y, al recibir un nuevo
rechazo, tomó una sobredosis de drogas. Su padre la encontró ya sin
vida, tirada en el piso de su casa, rodeada de cajas de píldoras y
botellas de alcohol.Vicky dejó
una nota que decía "no quiero ser yo". Sus padres, Tony y Louise,
están desolados y aseguran que la joven estaba deprimida por estar
desocupada: "Vicky era una niña brillante, burbujeante e
inteligente, pero se deprimió al no poder encontrar un empleo "
-explica la señora Harrison- "encontraba humillante llevar tanto
tiempo sin trabajar y no pudo aguantar más".
Vicky vivía en Darwen (Inglaterra) y
dejó tres notas de suicidio: uno para su madre, otra para su padre y
una tercera para su novio. En ellas decía: "Es sólo que no quiero
estar así más. Por favor, no estés triste. No es culpa tuya. Quiero
que todos sean felices"