LOS DIFERENTES
GRADOS DEL SEXO
Los motivos de consulta en las terapias,
las confesiones entre amigos íntimos, las declaraciones mediáticas
sin filtro, las fotos que, sin rubor, publican muchos en las redes
sociales, entre otros, revelan que estamos frente a "una vida sexual
policromática"
Un lienzo (un cuerpo), muchos colores
(la libre elección), técnicas y estilos (la educación y el
aprendizaje), son las palabras clave para entender a qué viene esto
que pretender ser mucho más que una metáfora sobre el sexo de estos
tiempos que corren.
Lo cierto es que, cada día, muchos hombres y mujeres descubren en su
vida sexual una gama de combinaciones, que van más allá de ser o
sentirse hetero u homosexual. Muchas de estas posibles "escalas de
color", no son reconocidas o no superan la condición de fantasía;
algunos logran llevarlas a la cama; y, unos pocos, los más osados,
se animan a pasearlas, con o sin anteojos, por la vereda del sol.
En esta gran paleta donde cada uno decide cómo pintar su sexualidad,
no sólo se trata de elegir colores, sino de jugar con luces y
sombras. Cada cual elige hasta dónde lo privado debe tomar estado
público. Lo cierto es que cada uno hace lo que puede. Con
información, baja la incertidumbre y crecen las posibilidades de
ejercer un goce saludable y responsable.
"El mundo no puede ser dividido entre cabras y ovejas", dijo, hace
60 años, Alfred Kinsey, el biólogo que, por primera vez, entrevistó
a más de 17.000 personas, con el fin de entender el verdadero
comportamiento sexual del ser humano. De hecho, "el informe Kinsey"
fue el primero en incorporar la bisexualidad dentro de un nuevo
catálogo para elegir.
Chicas que pasean de la mano o abrazadas, poses lésbicas en
populares revistas semanales; hombres de uñas pintadas o con
accesorios que superan lo hasta ahora conocido como "metrosexual";
señoras y señores de toda edad que reconocen, esconden o sospechan
"sentir algo" frente a los de su mismo sexo, sin por esto sentirse
bisexuales.
Los distintos grados del sexo Foto: Flickr/photos/mcgraths
¿Cómo definir entonces lo que no parece tener definiciones?. ¿Es
necesario definir algo?. Podemos, en principio, reflexionar sobre la
idea de que estamos frente una nueva forma de "sensibilidad sexual",
donde cada quien pueda sentir o manifestarse como "pinte" aquí y
ahora (¡mañana vemos!).
Las últimas tendencias darían cuenta de una nueva necesidad, una
nueva forma de gobernar, legislar y administrar el verdadero objeto
de deseo. Un régimen más flexible y sobreadaptado, que, si se asume
con responsabilidad, sólo resta seguir de cerca el comportamiento de
cada cultura social y, en este marco, adecuar las preguntas y
respuestas a los tiempos que corren.
Las escalas cromáticas
Los famosos informes de Kinsey, "Conducta sexual del varón" (1947) y
"Conducta sexual de la mujer" (1953), revolucionaron la costumbres
conservadoras de entonces y, aunque intentaron esconderlas,
anticiparon los comportamientos que hoy encuentran su evolución en
lo que para muchos sigue siendo una sorpresa.
Los datos por entonces conocidos son la base de muchos patrones y
estadísticas de la clínica sexual de hoy. Estas son algunos de las
conclusiones que desnudaron, por entonces, a la sociedad
norteamericana:
- El 50% de los hombres son exclusivamente heterosexuales, sin
contactos ni fantasías homosexuales de ningún tipo.
- El 46% de la población masculina ha mantenido relaciones sexuales
tanto heterosexuales como homosexuales, o reacciona a personas de
ambos sexos en su vida adulta.
- Un 13% de los hombres siente ocasionalmente cierta atracción
erótica hacia otros hombres.
- Un 37% ha tenido alguna relación homosexual con orgasmo en su vida
adulta.
- Un 18% tiene tantos deseos homosexuales como heterosexuales.
- Un 13% es definitivamente más homosexual que heterosexual.
- A un 10% puede considerársele exclusivamente homosexual.
- Sólo el 13% de las mujeres han tenido deseos o experiencias
homosexuales.
- Exclusivamente homosexuales sólo puede considerarse al 6% de las
mujeres entrevistadas.
- La mitad de los varones casados y la cuarta parte de las féminas
han tenido alguna experiencia extramatrimonial durante su vida
marital.
Estos datos aparecen en torno a una escala que Kinsey y sus
colaboradores establecieron para clasificar la orientación sexual de
las más de 15.000 personas que entrevistaron para su estudio. No se
tuvieron en cuenta las fantasías, sino las experiencias sexuales que
hayan concretado. Estas escalas apoyan hoy nuestra teoría de la
paleta cromática del sexo.
La escala Kinsey establece una serie de 5 grados de bisexualidad,
entre la homosexualidad (6) y la heterosexualidad (0) exclusivas.
Esta es una síntesis de la información que arroja la práctica sexual
de cada rango de la escala:
Rango 0: Exlusivamente heterosexual
El individuo del rango 0 es heterosexual, no desarrolla afecto que
no sea amistad con otros de su mismo sexo y difícilmente hace
amistades con individuos rango 0 del sexo opuesto. El rango 0 en un
hombre no es igual que en una mujer. Las mujeres del rango 0
expresan más afecto, como los saludos de beso en la mejilla, algo
menos común en hombres.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 0%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 100%
Rango 1: Heteroflexible en segundo grado
El individuo del rango 1 acepta amistades de cualquier sexo y
preferencia sexual. Es predominantemente heterosexual y sólo
incidentalmente puede tener alguna fantasía homosexual. Se considera
a sí mismo como heterosexual, mientras encierra en el closet
cualquier otra posible forma de vivir su sexualidad.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 1%-25%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 99%-75%
Rango 2: Heteroflexible en primer grado
Aunque el individuo del rango 2 puede empezar a tener interés en el
mismo sexo, aún es mayor lo que sostiene con el sexo opuesto, y
debido a ello, se esfuerza en ocultar toda señal de otra preferencia
sexual. El rango 2 aún se sigue considerando a sí mismo como
heterosexual, pero ya siente una curiosidad por los de su mismo
sexo.
Esto significa, por ejemplo, que un hombre de rango 2 acepta tener
relaciones no sólo con mujeres, travestis y transexuales, sino
también de manera furtiva con hombres pasivos de apariencia varonil
(puede aplicarse en casos de compañerismo y amistad, donde ambos
mantienen una relación en secreto), pero en la mayoría de los casos
esto último es pasado por alto como fantasía o juego. Aunque en este
rango todavía no se enamora, ya mantiene relaciones frecuentes con
otro individuo del mismo sexo pero sin que ello signifique serle
infiel a la pareja de sexo opuesto.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 26%-49%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 74%-51%
Rango 3: Bisexual
El individuo rango 3 es bisexual y desea a ambos sexos por igual. El
individuo rango 3 no es muy notable, debido a su aparente "doble
vida", pero lejos de la creencia común, las relaciones del individuo
con rango 3, a diferencia de los rangos anteriores, no son furtivas.
Rango 3 se distingue en hacer uso de un criterio muy avanzado para
llevar sus relaciones fuera del closet con éxito sin nada que
ocultar, y sin que ninguno de los bandos se quede con la peor parte.
La mujer del rango 3 resulta la favorita para los hombres
heterosexuales del rango 0, ya que a pesar de ser casi tan prohibida
como la mujer del rango 6, es quien les abre posibilidades infinitas
en el mundo de las fantasías sexuales. A partir de este rango, el
individuo ya se puede enamorar de alguien del mismo sexo de igual
forma como del sexo opuesto, y por lo mismo, la fidelidad si juega
un papel muy importante en cualquier relación que sostenga.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 50%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 50%
Rango 4: Homoflexible en primer grado
Al individuo del rango 4 supuestamente le empieza a gustar menos el
sexo opuesto. En el caso de los hombres, aprecian la belleza
femenina sin morbosidad y de forma más equilibrada; es decir, deja
de enloquecer por el sexo opuesto, y por lo mismo, empieza a
volverse prohibido para las mujeres heterosexuales. La mujer
homoflexible sigue frecuentando a los hombres, pero su desinterés en
ellos no es tan notable.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 51%-74%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 49%-26%
Rango 5: Homoflexible en segundo grado
El individuo del rango 5 frecuenta mayormente a los de su mismo sexo
que del opuesto, por lo que las relaciones que lleguen a tener con
alguien del sexo opuesto son muy ocasionales o se limitan sólo a la
amistad.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 75%-99%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 25%-1%
Rango 6: Exclusivamente homosexual
Sólo tiene relaciones con personas de su mismo sexo. Es el polo
opuesto al rango 0.
Rango 7: Asexual
Este individuo no se inclina hacia ningún grupo, por lo general opta
por la abstinencia de por vida ya que no disfruta el sexo.
Todos los comentarios que aparecieron sobre el Informe Kinsey ,
desde su publicación hasta nuestros días, coinciden en señalar que
lo que logra esta investigación es documentar el gran abismo que
puede existir entre las actitudes sexuales y las prácticas reales de
todos los hombres y mujeres del mundo.
Quien quiera conocer más a Kinsey y saber un poco más de lo que
hombres y mujeres pueden llegar a desear, pueden ver el filme
Informe Kinsey (2004). Quien quiera conocer un poco más de sus
propios deseos deberá sentarse a ver su propia película (a "color" o
en "blanco y negro"). /lanacion.com.ar
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