VENTA DE E-BOOKS
EN ARGENTINA
En la Argentina, la disponibilidad de
libros electrónicos es todavía reducida. Sin embargo, hay una fuerte
movida de parte de varios actores locales para preparar el terreno.
El creciente mercado de netbooks se convierte en el principal
aliciente. Sepa por qué
El libro electrónico comienza a escribir
su historia en la Argentina. Y no lo hace ni de la mano del Kindle
ni del iPad ni tampoco porque la Real Academia Española decidiera
que la expresión compuesta admite dos conceptos, la de dispositivo y
la de texto digital. En cambio, la movida comienza a estar cada vez
más alentada por el sistema educativo argentino. Su base es la
campaña de introducción de netbooks en las escuelas para encarar
nuevos procesos de aprendizaje que se llevan a cabo a nivel nacional
y provincial.
La industria editorial argentina mueve más de $ 1.200 millones al
año. Sin embargo, de los casi 100 millones de textos que se editan
en este lapso, apenas un 7% está digitalizado, de acuerdo a los
datos que arrojó una encuesta realizada en la última edición de la
Feria del Libro. El porcentaje es apenas un número pero muestra
claramente los extremos: aún hay actores del sector que no se
atreven a dar pasos en el mundo digital, mientras otros avanzan
convencidos de que el formato electrónico habilitará un nuevo canal
de negocios, que no necesariamente remplazará al tradicional formato
de papel.
Por esa razón, desde la Cámara Argentina del Libro encaran acciones
para que la industria editorial argentina avance en la creación de
una oferta de e-books. Hace unos meses, se vienen realizando
diversos movimientos, comenzando por la capacitación a editores con
el objetivo de trabajar de manera concreta en este nuevo camino que
se abre. Los datos que llegan del mercado indican por qué. En el
segundo trimestre de este año, Amazon .com, la iniciadora de las
nuevas formas de ventas de textos a nivel mundial, informó que
vendió más libros en formato electrónico que en papel. Claro que
alcanzar ese objetivo no fue casual: se logró luego de que la
compañía bajara drásticamente el valor de Kindle, el primer e-book
lanzado masivamente. En junio de 2010, la compañía decidió reducir
el precio de su dispositivo de u$s 259 a u$s 189. Ese descuento de
30% fue suficiente para que las ventas se dispararan y, con ellas,
también las de los libros en soporte digital.
A esto se sumó que, a principios de agosto, Barnes & Noble, la
cadena de librerías de los Estados Unidos, se vio obligada a poner
su cartel de venta debido a la fuerte competencia que desde el
terreno digital le libraron Amazon y Apple. En el último año, la
compañía perdió más de la mitad de su valor en el mercado bursátil,
tendencia que revirtió cuando anunció la venta.
“Después de una etapa de distancia, el sector ha pasado a un estadío
de acción, de compromiso, de entender el negocio, y en ese proceso
también se encuentran muchas editoriales en la Argentina”, afirma
Roberto Igarza. Este especialista en nuevas formas de consumo
cultural e investigador independiente fue también el responsable de
la encuesta realizada en la Feria del Libro donde surgió que un 38%
de los encuestados manifestó que el libro digital permite llegar a
otros públicos mientras que un 30% indicó que permitirá expandir la
oferta editorial.
El tema de los nuevos públicos parece ser fundamental. A medida que
los gobiernos locales impulsan la introducción de las netbooks en
las aulas, las editoriales de textos escolares advierten que allí se
abre un nuevo espacio, del que todos quieren participar. Por esa
razón, Igarza considera que “el subsector de los manuales de texto
están construyendo rápidamente su plataforma para participar de lo
que significa la introducción de las computadoras en la escuela.
Esto dará un empuje tecnológico de la aparición de e-books por ese
motivo”.
Para Marcelo Cutini, director de DotZero, una empresa que ofrece
servicios de capacitación, especializada en los formatos de edición
digital, “a medida que se vaya desarrollando el mercado bajarán los
costos. Hoy, se deben encarar proyectos experimentales sin pensar en
recuperar el dinero en el corto plazo”.
Por esa razón, desde la Cámara Argentina del Libro (CAL), promueven
acciones para que la industria editorial comience a participar de la
nueva movida. “El sector editorial argentino tiene que avanzar en la
creación de una oferta de e-books. Por eso, impulsamos la
capacitación para pequeños y medianos editores y buscaremos la
manera de que el Estado acompañe en el proceso de digitalización de
lo nuevo y de lo que está en papel. La meta es organizar una
plataforma que respete la cadena de valor para que, por ejemplo, no
desaparezcan las librerías, tal como está sucediendo con el fenómeno
de Amazon”, destaca Carlos de Santos, presidente de la CAL.
La cámara no avanza sola en esta tarea. Trabaja junto a la Fundación
El Libro. En estos espacios, hay un profundo convencimiento de que,
como se dijo más arriba, la capacitación es un factor clave para ir
avanzando. Y de que se debe definir una estrategia de
concientización en ese sentido, aunque aún se encuentran en etapa de
planeamiento.
La seguridad
Uno de los temas que entra en juego cuando se habla de libro
electrónico es el de la seguridad. Existe la creencia, fundamentada,
de que todo lo que pasa a formato digital es pasible de ser copiado
ilegal e infinitamente. Y nuevamente aparece el tema de la industria
de la música. Pero la mirada desde el sector editorial no es
catastrófica.
“La seguridad es un problema, pero no impide que no circulen libros.
En la medida en que haya oferta, la piratería tiende a bajar. Si
tomamos el caso de la música hace unos años era todo piratería, pero
ahora hay cada vez más propuestas. Aquellas tiendas que vendían
discos en soporte físico, hoy, también incorporaron el formato
digital, no como un CD entero sino tracks”, señala de Santos.
Para Igarza, en tanto, antes de la existencia de la piratería
provocada por la aparición del formato digital, la industria librera
ya era victima del “fotocopismo- y, principalmente, en el sector
universitario. Para ese subsector, el formato digital puede ser un
aporte”. Claro que este comportamiento surge desde el mismo ámbito
universitario donde se propone estudiar por capítulos, lo que
profundiza el fotocopismo. Por eso, avanzar en una estrategia de
soporte digital obligará también a modificar la manera de
comercializar. “Tal vez haya una oportunidad de vender por
capítulos, a precios no muy superiores a $ 0,05 por copia más papel
que sale una fotocopia, y en este sentido el e-book aparece como una
alternativa rentable para una editorial”, sigue el especialista.
Y aquí las opciones son mucho más amplias porque aparecen las
chances de reescribir textos que permitan habilitar nuevas formas de
consumo. Ya no sólo textos escolares sino también bibliotecas
personales, como las colecciones que suele entregar el Gobierno de
la Ciudad a los chicos de las escuelas primarias, u otras
alternativas de distribución de libros que bien pueden emanar del
sector público o del sector privado. Por eso, se insiste en que el
elemento disrruptivo en el negocio de los libros electrónicos que
comienza a tomar forma en la Argentina es la introducción masiva de
netbooks en el ámbito escolar, tanto de parte del Gobierno nacional
como de los estados provinciales. San Luis, Chubut, La Rioja y la
ciudad de Pergamino son sólo algunos ejemplos de estas iniciativas.
Los dispositivos
Si bien las netbooks parecieran ser, por ahora, el principal
motivador de la definición de estrategias respectivas en el país,
también es cierto que hay múltiples dispositivos que pueden ayudar a
impulsar esta reconversión.
El Kindle de Amazon, el Sony Reader, los iPhone, iPod Touch y iPad
de Apple se erigen como otros estimuladores de la tendencia. Claro
que, dadas las características del mercado argentino, estos
dispositivos son elitistas desde su origen: se trata de productos
importados que pagan altos gravámenes por ser considerados productos
suntuarios y, por tal motivo, caros a los bolsillos de un 90% de la
población.
“Sólo se dispararía el consumo masivo si estos dispositivos rondaran
los u$s 100. Por otra parte, si se trata de celulares, hasta que no
se amplíe el uso de equipos con pantallas no menores a las 4
pulgadas no habrá suficiente interés de las personas para inclinarse
hacia los e-books”, señala Igarza.
Pero, si las netbooks impulsan a la industria a digitalizarse y
crece el uso de smartphones con pantallas aptas para leer libros
electrónicos y comienza a haber demanda, las editoriales no tendrán
más que orientar parte de su estrategia de negocios hacia ese
formato.
¿Es caro invertir en esta reconversión? Todo depende del género:
quienes se dediquen a los libros técnicos sí tendrán que hacer más
esfuerzos, pero aquellos que se basan en el ensayo monográfico
podrán migrar con inversiones reducidas. La inversión crecerá a
medida que se enriquece el texto. En otras palabras, aquellos libros
de fotografías, con gran cantidad de gráficos y demás serán los que
deberán enfrentar las inversiones más importantes.
En la Argentina y a diferencia de otros países (ver recuadro), la
excusa para digitalizarse camina de la mano de la incorporación de
herramientas digitales en la escuela. Tal vez como hace mucho tiempo
no sucede, el ámbito educativo pueda ser artífice de un cambio de
paradigma en las industrias culturales, como lo es la editorial.
Cómo aprovechan los vecinos el negocio
En Chile, ya existe una plataforma de venta libros digitales,
Bazuca.com. La empresa ofrece un catálogo de más de 17.000 títulos
de libros electrónicos en valores que oscilan entre los u$s 3 y los
u$s 26. En el país trasandino, se comercializan productos como
Kindle, Sony Reader y el iPad.
Por su parte, en Brasil, existe eBooksBrasil.org, una biblioteca
pública que permite descargar de manera gratuita una amplia variedad
de libros en formato pdf. Se suma: Distribuidora de Livros Digitais
(DLD), una asociación integrada por Editora Objetiva, Grupo
Editorial Record, Editora Sextante, Editora Intrinseca y Editora
Rocco que creará una plataforma de alojamiento y distribución de
libros en formato digital.
Un negocio potencial en cifras
920.000 fueron las PC portátiles vendidas en la Argentina en 2009.
525.000 netbooks que se venderían en 2010.
700.000 netbooks se entregarían en el marco del plan Conectar
Igualdad del gobierno Nacional este año.
Fuente: Carrier & Asoc. / ANSES
La percepción del mercado
38% cree que el libro electrónico permite llegar a otros públicos.
30% considera que posibilitará ampliar la oferta editorial.
8% asegura que le permitirá competir con la oferta internacional.
14% de las editoriales afirmó que no venderá libros digitales en los
próximos dos años.
7% de las editoriales está comenzando a producir.
10% de las editoriales está iniciando la comercialización de manera
directa o a través de plataformas de terceros.
Fuente: encuesta realizada por el equipo de investigación del
consultor Roberto Igarza, en el marco de la última edición del a
Feria del Libro
Fuente /
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