El peso Argentino fue la
moneda que más se apreció en el mundo frente al dólar
La guerra de divisas que se desatara en
2010 dio lugar a fuertes alteraciones en las cotizaciones de los
distintos signos monetarios frente al billete verde. En términos
reales, la mayoría se fortaleció. En tanto, el euro recorrió el
camino opuesto. ¿Cómo se conforma el ranking de subas y bajas?
La Argentina, de una u otra manera,
siempre se las ingenia para figurar en algún ranking económico
internacional, sea éste de crecimiento de países, de inflación, de
tarifas, o de alguna otra variable clave.
Y en 2010, para no ser menos, sumó
otro "jugador" a la lista.
Y éste es, ni más ni menos, que el
peso argentino, que pasó a ocupar el primer lugar en el podio de
monedas que más se fortalecieron frente al dólar.
De hecho, se apreció un 15% en
relación al billete verde, dejando así en segundo plano al lote de
divisas provenientes del sudeste asiático.
Entre las monedas consideradas
fuertes, se destaca lo ocurrido con el yen, que escaló un 9%. Y en
cuanto a las latinoamericanas, sobresale la evolución del peso
mexicano y el chileno, que avanzaron poco más del 7 por ciento.
En la otra punta de la tabla se ubica
el euro, que fue el que más se derrumbó frente al billete verde,
alcanzando una depreciación del 8,7 por ciento.
"El peso argentino está más
sobrevaluado que en la era del uno a uno", aseguró el ex ministro de
Economía Domingo Cavallo, para quien el motivo fundamental de esto
es la elevada tasa de inflación que afecta al país, sumado al
"corsé" impuesto a la divisa estadounidense.
En primera instancia, el motivo de la
revaluación es que los países desarrollados, que no logran que sus
economías crezcan a un mayor ritmo, han inyectado gigantescas sumas
de dinero y han bajado las tasas de interés, a valores muy cercanos
a cero, para abaratar así el costo de los créditos.
Para Cavallo, este repunte
generalizado se dio, en parte, como consecuencia de la guerra de
divisas desatada por los Estados Unidos, en su afán por reactivar su
economía.
En tanto, Gastón Rossi, economista
del estudio LCG sostuvo que "en estos momentos, existe un gran
exceso de dólares, lo que explica los altos precios que registran
las materias primas".
"Si bien la Argentina cuenta con un
tipo de cambio controlado por el Central, las otras variables del
mercado hacen que el peso se revalorice", agregó Rossi.
"Ante esta situación, es inevitable
que surjan presiones sobre las monedas de países en crecimiento, aun
cuando la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) no hubiere
avanzado con su política expansiva", afirmó Robert Zoellick,
presidente del Banco Mundial, en una entrevista con la agencia
Reuters.
En la vereda de enfrente aparecen
naciones como Brasil, China o India, que con sus elevadas tasas de
crecimiento se han convertido en un verdadero imán para la mayoría
de los inversores.
¿Qué consecuencias trae la
revaluación?
Las consecuencias pueden ser positivas o negativas, dependiendo del
enfoque que se realice para el análisis.
Son positivas para aquellos que
tienen que hacer pagos en dólares.
En el actual contexto, los grandes
beneficiados son los importadores, pues tienen que dar menos pesos
por las compras que realizan, que se traduce en menores precios de
los bienes traídos del exterior frente a los nacionales.
Esta situación alienta la compra de
maquinaria y productos tecnológicos.
También se benefician particulares y
empresas endeudados en moneda extranjera, entre quienes se incluye
al Gobierno, ya que con la apreciación se reduce el costo en pesos
de las obligaciones contraídas en dólares.
En sentido inverso, sus efectos son
negativos para los exportadores y para quienes reciben fondos del
exterior, ya que obtienen menos pesos por los dólares que poseen.
¿Por qué se revalúan las monedas?
Las causas pueden atribuirse a dos grandes factores,
interrelacionados entres sí:
Como ya se explicara, por la
debilidad del dólar en el mercado internacional.
Por la entrada de capitales en los distintos países, ya sea para
inversión extranjera directa o para la búsqueda de activos (bonos,
acciones) que ofrezcan un mayor rendimiento que el que otorgan los
países más desarrollados.
Claro está que para que se dé este ingreso los inversores deben
detectar activos con potencial de suba en otras latitudes, tal como
ocurrió con los títulos argentinos, una vez que el Gobierno
anunciara su intención de resolver la situación de los tenedores del
canje de deuda.
O bien por la confianza que inspira
un país respecto a sus condiciones para crecer con estabilidad y a
largo plazo, como puede ocurrir en el caso de Brasil, Chile, Perú,
Colombia y Uruguay.
Estas economías conformaron un
ambiente amigable para los negocios, al haberse mantenido abiertas
al comercio y a la inversión externa, conservando reglas de juego
claras y sin regulaciones distorsivas.
Existe otra forma de revaluar las
monedas, que se da por el efecto inflacionario, junto con una
variación nula o mínima de la paridad cambiaria, tal como ha
ocurrido con Argentina y Venezuela.
"Durante 2010, el peso acompañó la
devaluación del dólar. Pero hay que tener en cuenta la inflación. De
hecho, la situación hoy está controlada porque el real está
fortalecido y los precios de las commodities están elevados",
concluyó Rossi.
¿Qué se puede esperar para el próximo
año?
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, Luis
Alberto Moreno, reconoció que el principal desafío que deberán
enfrentar las economías de América Latina en 2011, será "el tsunami
de dólares que irá en busca de oportunidades".
Para el funcionario, esta situación
agravará la actual apreciación de las monedas de varios países
frente al billete verde, algo que "amenazará con causar la
desindustrialización en países en los cuales resultará más barato
importar productos que fabricarlos".
El presidente del BID también sostuvo
que esta avalancha de divisas "puede disparar burbujas;
inicialmente, en las bolsas de valores y, posteriormente, en
diferentes tipos de activos, como los inmuebles".
En cuanto al peso argentino, todo
parece indicar que continuará el actual ciclo de apreciación.
Se asume que durante 2011 la
inflación real continuará creciendo gradualmente y le irá sacando
cada vez más terreno a un billete verde que deberá permanecer
anclado para contenerla.
En forma paralela, se estima que el
Gobierno insistirá con su política de "flotación administrada", por
lo que cabe esperar que hacia fines del año próximo el tipo de
cambio crecerá "apenas" un 5%, frente a un 25% que mostrará el
velocímetro de los precios.
Claro que la suerte de la moneda
nacional estará cada vez más atada a la evolución del real.
En tal sentido, una eventual
devaluación de la moneda brasileña encenderá las luces de alarma de
empresarios argentinos, que encontrarán más dificultades a la hora
de competir.
"Más allá de si Brasil nos sigue
dando aire para tener una inflación de 25% con tipo de cambio
planchado, lo que hay que entender es que este modelo de ser un país
barato y que las naciones más ricas nos compren puede llegar en
algún momento a su fin", afirmó Luciano Cohan, analista de la
fundación Cippec
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